Capítulo 10

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Descubrimientos:
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La puerta de la habitación fue cerrada.

Oaxaca abrió de nuevo sus ojos.

Llevaba despierto más de dos horas, ningún químico extraño haría que cambiará su extrema rutina de sueño.

Ahora sin Veracruz en la habitación no había mucho que pudiera hacer, solo pensar. Vagar en el silencio, dentro de sus profundos y retorcidos pensamientos. Crueles a veces, conciliadores en otras.

Sus heridas obtenidas en la pelea agresiva y sin sentido contra Sonora aún continuaban en su cuerpo, tardaban más de lo normal en curar, otro efecto secundario del maldito químico.

Hacia que tú cuerpo se volviera débil, al igual que tu mente.

Te debilitaba lentamente tanto mental como físico, jamás había enfrentado algo así, pero era de esperarse, la tierra y agua que era tocada por el invasor perdía vida de una extraña manera, lo que les pasaba factura a ellos.

La puerta volvió a sonar, sus ojos se cerraron nuevamente, su respiración se volvió constante y suave, como si durmiera.

El sonido le hizo saber que era el enfermero encargado de mantener bien su salud, algo sin sentido.

Escuchó cada uno de sus movimientos, no era que buscará algo extraño en ellos, sino, no quería hablar con nadie y fingir continuar soñando era una buena opción.

El enfermero termino de hacer su trabajo, esperaba que se retirará  de la habitación para poder volver a observar el techo sin propósito alguno.

La puerta sonó cuatro veces, había salido y alguien más había entrado, la diferencia fue de un minuto aproximadamente.

No reconocía el sonido de las pisadas de la persona desconocida.

La persona se acercó a él, podía sentir su presencia más cerca de la camilla.

Y después de varios segundos que parecieron una eternidad, esa persona sopló en su cuello, el aliento caliente chocó con su piel, una extraña sensación de incomodidad lo envolvió de inmediato.

La persona sonrió, y después regresó a su posición original.

Sacó su teléfono de uno de los bolsillo e hizo una llamada.

— Señor... — la voz masculina inundó la habitación, Oaxaca no podía reconocerla — los resultados han sido buenos — comenzó su aparente reporte — No, solo dos hasta el momento.

Oaxaca sentía que el corazón le comenzaba a latir más fuerte, la curiosidad y el poco temor que sentía querían ganar, querían observar a la persona que hablaba.

— Es lento, pero es la primera fase — hablo después de un par de minutos en silencio — ya lo sé señor, quiere que sea rápido para que ellos no se enteren, pero primero teníamos que probar los resultados, veremos si la situación es la correcta para comenzar con la fase dos.

Oaxaca estaba preocupado, sentía que el sudor frío comenzaba a acumularse en su frente.

— ¿No la recuerda? No importa mucho, cuando comience la recordara, por lo mientras puedo decirle que su objetivo será cumplido pronto — sonrió de nuevo mientras observaba el rostro tranquilo de Oaxaca — El país caerá, no se preocupe... ¡Ni siquiera han descubierto lo que es! Debería felicitar a su grupo de científicos y doctores, supieron hacer un trabajo excepcional... —

Un par de frases de cortesía y halagos bastaron para que terminara la llamada.

Oaxaca sentía pánico.

𝓓𝓮𝓼𝓬𝓸𝓷𝓸𝓬𝓲𝓭𝓸 - ˢᵗᵃᵗᵉʰᵘᵐᵃⁿˢ -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora