Tomar de las manos

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Siempre ocultaba sus manos debajo de un par de guantes, el verlas solo recordaba la sangre en ellas, como estas sin importar cuanto intentara limpiarlas la sangre siempre estaría en sus manos.


Personas inocentes y o no, madres, padres, hijos. Más de los que recordaba.


Agradecía que su memoria como el soldado del invierno no fuera tan clara, sino su lista del número de personas que había matado incrementaría y eso le aterraba. Había hecho tantas cosas y lastimado a miles que, aunque intentara ayudarlos sus pecados serían perdonados.


Steve siempre se había mostrado positivo hacia él, lo alentaba y le decía que podía ser mejor, su programación del soldado del invierno se había ido gracias a la ayuda de Shuri y T'Challa. Pero, aunque aquella se hubiese ido, las pesadillas no, las pesadillas lo atacaban cada que cerraba los ojos y buscaba descanso. Temía volver a herir y lastimar, volver a ser ese monstruo que alguna vez fue, y ahora más temía perder lo que tenía.


Después de Steve se sacrificará para salvar al mundo al usar las gemas para acabar con Thanos, había comenzado a poner en orden su vida, como decía su terapeuta, un paso a la vez, pero entre todos esos pasos terminaría donde estaba ahora.


Se había disculpado con Tony por lo que le había hecho, por haber... matado a Howard y a María, esa era una de las misiones que tenía mayor claridad en su memoria, lo recordaba con tal claridad que había ocasiones donde en verdad creía que estaba nuevamente en ese momento, en ese kilómetro de carretera, con su brazo de metal golpeado el rostro de quien fue su amigo y envolviendo el cuello de la madre de Tony. Después de haberlo hecho de alguna forma logro estar a su lado, fue lento y un poco incómodo, pues en ocasiones sentía la mirada del castaño sobre de él, notaba como a veces cuando lo sorprendía este temblaba un poco, pero poco a poco, paso a paso comenzaron a acercarse y formar una buena amistad y les costó aceptar que lo que existía entre ellos iba más allá de una simple amistad.


Siempre evitaba tocar al castaño, él a diferencia de sí era alguien bueno, de alma pura, él en cambio era alguien con las manos manchadas en sangre, por ello comenzó a usar un par de guantes para evitar el contacto directo de sus manos con el hombre a quien amaba. En momentos sentía que eso que ellos tenían era incorrecto, pero no podía alejarse de él, imaginar su vida sin él. A pesar de que sus brazos se otro y no aquel que daño a muchos, sentía incorrecto el tacto.


Dentro de una semana cumplirían un año de haber comenzado a salir, durante ese tiempo ambos habían sido muy cuidadosos entre sí, Bucky intentando no tocar mucho a Tony y Tony tratando de no ver al asesino de sus padres, sino a James Barnes.


— James — volteó a ver al castaño que se acercaba a él con un par de tazas de café — dentro de una semana cumpliremos un año de que comenzamos... esto — asintió ligeramente — y bueno, todo ha ido bien entre nosotros, pero hay algo que me inquieta.


— ¿Qué ocurre?


— Bueno... siempre evitas tocarme y nunca lo has hecho sin usar guantes y no se pueda soportar el ser tocado por ti, es solo que...


— Entiendo, entonces nosotros termi-


— ¡No! Eso no, no quiero que terminemos, pero quiero que esto funcione y no sabremos si continuara haciéndolo hasta que ambos estemos bien con tocarnos — dijo mientras jugaba un poco con sus manos.


— Ya veo — no podía negarlo, él también quería tocarlo, pero esa idea se esfumaba cuando recordaba lo que sus manos habían hecho.


— Podemos comenzar con pequeños pasos, como — vio como el castaño le extendía su mano, él llevaba la suya a la de él queriendo tocarla, pero al sentir el roce sintió como si lo ensuciara y su mente jugo en contra haciéndolo imaginar la sangre en su mano.Retiro su mano y se puso de pie para salir de esa linda casa en el bosque, no podía hacerlo, no estaba listo, dando una torpe disculpa salió de ahí y se dirigió a su departamento....Después de ese pequeño intento no fue a ver al castaño por una semana y finalmente había llegado el día especial, él que nunca creyó que llegaría, pero lo había hecho. No podía dejar a Tony ese día, era especial, por ello su debate, frente a él se encontraba un par de guantes que dudaba si tomarlos o no. Por ello fue que los llevo consigo sin colocárselos, simplemente guardándolos en uno de sus bolsillos.


Nuevamente estaba frente a esa linda casa en bosque, podía oler el delicioso aroma de café en el aire, si había algo que era indispensable ahí era el café y las hamburguesas, apretó sus manos en sus bolsillos y camino hasta la puerta donde toco el timbre.


— Pasa, está abierto — escucho la voz de Tony y entro a la casa, caminó hasta estar en la cocina donde estaba él sirviendo un par de tazas de café — creí que no vendrías.


— Lamento haberme ido de esa forma — se disculpó desviando la mirada sin ser capaz de verlo a los ojos.


— Está bien, es mi culpa por presionarte


— No, es mía. Es solo que tocarte se siente incorrecto, mis manos están...


— Sucias — levanto la vista para ver una ligera sonrisa en el rostro ajeno — eso ibas a decir, ¿No? — asintió ligeramente — no debes preocuparte por eso, las mías también lo están.


Stark se acercó a él hasta estar enfrente, donde solo dejo una de sus manos extendidas.


— No sería la primera vez que mis manos se ensucian, lo hacen cada vez que estoy en el taller, o en la cocina — rio un poco por ello, era diferente, pero lo hacía sonar como algo sin significado — da un salto de fe, déjame ayudarte a sostenerte antes de que caigas o te rompas.


Lentamente saco una de sus manos de su bolsillo y con duda se acercó a la contraría, cuando sintió el roce quiso retroceder y volver a esconderla, pero ver los ojos oscuros del otro le dio confianza y tomo su mano. Y ambos sonrieron un poco, como un par de adolescentes enamorados.


— No has considerado ser modelo de manos — rio nuevamente ante sus palabras — lo digo en serio, tienes manos muy lindas.Con libertad como nunca antes había sentido entrelazo su mano con la de él. Se sentía bien tomarlo de esa forma.

FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora