Baile lento

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Tony están más que feliz en ese momento, sintiendo su cuerpo pegado al de Steve, una de sus manos sostenido lo con firmeza en su cintura y la otra en su mano. Apoyaba su cabeza en su pecho escuchando el tranquilo latir de su corazón y podía sentir como la cabeza del rubio se apoyaba sobre la de él.

Era un momento hermoso que deseaba que el tiempo se detuviera en ese instante. Que todo se detuviera y solo quedaran ellos dos en la eternidad, moviéndose al suave ritmo de la música.

A pesar de que prefiriera escuchar AC/DC en su taller aquella canción no estaba mal y es que como podría estarlo cuando esa fue la primera canción que bailaron juntos y la que bailaron el día de su boda.

Esa canción era perfecta para ellos.

En un lento baile, pidiendo entregar todo de uno al otro, todo su cariño en un liviano instante. Por qué siempre estarían juntos, Steve siempre estaría para él y él para Steve.

— Te amo mucho Tony — escuchó la suave voz del hombre frente a él mirándolo a esos bellos y puros ojos azules.

Y con una sonrisa dijo — Yo te amo aún más Rogers.

— ¿Y eso cuánto es? — pregunto curioso mientras le había dar una pequeña vuelta para atraparlo en sus brazos y pegar su espalda a su pecho, sus brazos cruzados y con el rostro de su esposo en su cuello dando un vasto beso.

— Tres millones, te amo tres millones Steve — el rubio rio al recordar como su hija había dicho eso hacía unas noches.

— Si Morgan se entera de que me quieres tres millones de enojara y dirá, papi ese amor es mío — dijo y ambos rieron un poco, nuevamente lo hizo girar para volver a tomar su cintura y pegarlos su cuerpo, sus narices se rozaban un poco y sus miradas estaban unidas.

— Es cierto, entonces te amo dos millones — volvió a reír, pequeña risa que fue callada por los labios del soldado.

Después de muchos años había encontrado a la pareja perfecta para él. Ambos disfrutaban del lento baile que solo los hacía viajar al pasado.

A ese dorado pasado del cual no cambiaría nada. 

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