La voz temblorosa de Venti salía casi en un susurro, tan bajo que si no fuera por el silencio aterrador que había en la habitación no hubiese sido escuchado.
Xiao se acercó con pasos lentos, se agachó y con sus manos huesudas y frías, acarició con delicadeza el rostro de Venti, apartando cada lágrima que salía de sus ojos acuosos.
—Perdóname cariño.
Deposito un beso en la frente del contrario, se levantó y abandono el cuarto. Dejando a un solo y aterrado Venti.
—No puedo arriesgarme.
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এ 𝖈𝖔𝖓𝖔𝖈𝖎é𝖓𝖉𝖔𝖑𝖔.°•
Aunque no lo pareciera, la temporada favorita de Xiao era la primavera; no hacía demasiado calor, la brisa era agradable y los colores eran llamativos. Algo simplemente encantador.
Xiao amaba la primavera pero detestaba las situaciones con las que se topaba normalmente en esa época del año. No importaba donde estaba o a donde fuera siempre se topaba con parejas melosas y grupos grandes de amigos, riendo y disfrutando, mientras que él se encontraba completamente solo.
Un día de esa primavera harto de todo decidió intentar acabar con su vida. Subió con pasos determinados hacía lo más alto de la Posada Wangshu.
Al llegar una hermosa vista de Liyue lo recibió, sus manos apretaron la barandilla y cerró los ojos sintiendo la suave brisa.
"Si lo hago ¿realmente se irá este sentimiento?", se preguntó.
La soledad lo carcomia todos los días, no había día en que se sintiera desdichado y solitario. No podía soportarlo y el hecho de ver a la gente siendo feliz con otros le hacían preguntarse "¿Por qué no yo?", le parecía injusto que todos tuvieran a alguien en quien confiar, alguien que los busque y los consuele, mientras que él solamente fue desechado.
Se colocó en la barandilla, sin molestarse en quitar sus zapatos, cerró sus ojos y respiro hondo. Pronto todo habrá desaparecido y finalmente se sentiría libre. Su cuerpo se inclino hacia delante y soltó un gruñido de dolor al sentir como su brazo fue jalado repentinamente, sus ojos buscaron con confusión a la figura que lo sostenía, y antes de verle el rostro fue lanzado a tierra firme.
Su cuerpo choco estrepitosamente con la figura del contrario. El rostro de Xiao se calentó, no sabía si era por vergüenza o enojo, y se apartó rápidamente.
—¿Qué crees que haces?
El otro lo ignoró y con rostro preocupado colocó sus dos manos en las mejillas de Xiao, haciendo que sus miradas se encuentren. —¿Estás bien?— habló.
Y como si sus palabras tuvieran un hechizo, Xiao quedo embobado; el rostro del chico era hermoso e inocente, sus ojos grandes y llenos de vida eran lo que más llamaba su atención, su cuerpo lucía delicado pero era lo suficientemente fuerte como para sujetarlo. Era simplemente majestuoso.
Su corazón comenzó a acelerarse y sus oídos ensordecieron, no importa cuantas veces le hablara el contrario él solo era capaz de escuchar los latidos de su corazón.
¿Así se siente estar enamorado?
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