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Dejo pasar exactamente una semana

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Dejo pasar exactamente una semana.

Una semana donde salía de su cuarto y Venti no estaba, una semana donde su amor estaba con el rubio, una semana donde Xiao memorizó todos los recorridos y comportamientos del chico ajeno a ellos.

En el transcurso de esa semana la salud mental de Xiao había empeorado, nuevamente. Había comprado una cámara y la utilizaba cada vez que seguía a Venti o cada vez que se infiltraba en su cuarto.

Tenía una rutina y apenas dormía por ver a Venti dormir, adoraba ver como sus labios carnosos se encontraban entre abiertos y un hilo de saliva caía de la comisura de sus labios. Xiao quería lamerlo, morderlo, encerrarlo y hacerlo suyo, pero Xiao nunca haría algo que pueda dañar la integridad de su chico.

Si, era capaz de encerrarlo y si era capaz de lastimarlo para hacerle entender que no podía abandonarlo, que no podía hablar con cualquiera sin su permiso pero nunca sería capaz de abusar sexualmente de su delicado cuerpo, no podría.

Xiao lo observaba dolido, dormía tan profundamente sin darle importancia de como se sentía él. Ahora solo lo saludaba cada vez que Xiao ocasionaba sus encuentros y eso lo hacia sentir desesperado.

Imagino todo un mundo utópico antes de tiempo y ahora ese mundo se caía a pedazos. Dos largos meses que había pasado junto a él como uña y carne fueron arrojados a la basura, el chico de cabello rubio había arruinado todo. Tenía que eliminarlo, Venti tenía que volver a ser suyo. No permitiría que nadie se lo arrebatara.

Observó a Venti por una última vez y deposito un beso en la frente de la persona que dormía plácidamente, tomó su mochila, arregló su capucha y salió del cuarto.

Aether despertó con un dolor insoportable de cabeza, sus extremidades dolían y sentía como gotas de sudor bajaban por su frente. Miró el foco de luz y observó a su alrededor, sus ojos se abrieron en sorpresa y trato de quitar sus ataduras.

El cuarto estaba repleto de fotos de Venti y habían camisas blancas tiradas por el suelo.

—Nunca pensé que sería tan difícil traerte hasta acá. Fue una pelea buena, hace tiempo nadie había puesto tanta resistencia.

Aether se puso en guardia al sentir las manos enguantadas rozar su mejilla derecha —No entiendo. ¿Qué es lo que tienes que Venti ama tanto?— sus delicados dedos bajaron de su mejilla hasta su cuello y aquello ojos dorados se encontraron con la mirada nerviosa de Aether.

El chico rubio trato de hablar y Xiao soltó un suspiro —No gastes tu aliento, no me interesan tus plegarias.— El de ojos dorados tomó unas tijeras y observó fijamente al chico —Aether, tienes suerte de que estoy siendo amable. —susurró — tienes unos ojos hermosos. ¿Debería quitártelos?.

Xiao se despertó, había sido una noche larga y por el cansancio no se dio el tiempo de limpiar. El cuarto olía a hierro y sudor, las manchas casi negruzcas aún se encontraban en el piso. Lo único ordenado era la ropa del chico y los mechones de cabello que se encontraban guardados en una bolsita transparente.

Miró por última vez el cuerpo de Aether, su respiración era débil y soltaba quejidos de dolor, su cabello antes sedoso ahora estaba corto, enredado y algunos mechones estaban pegados a su rostro sangriento y sudado. Xiao decidió no matarlo, no todavía.

Lo utilizaría para más tarde.

Xiao se lavó y vistió sus ropas casuales, arreglo su maquillaje y se fue de la habitación, dejando atrás al cuerpo moribundo del rubio.

Xiao se lavó y vistió sus ropas casuales, arreglo su maquillaje y se fue de la habitación, dejando atrás al cuerpo moribundo del rubio

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perdí el 50/50 con qiqi, ya no actualizare más.

mine ; xiaovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora