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☆⋆ ࣪ ִֶָ .
Los rayos del sol golpearon suavemente su rostro y una suave brisa veraniega acaricio su semblante. Sus ojos se abrieron lentamente y miró hacia la ventana abierta un tanto extrañado. Estaba seguro que la había cerrado antes de ir a dormir y luego de pensar, y pensar, simplemente lo dejo pasar. Ayer estaba demasiado borracho como para recordar con seguridad.
Cepillo su cabello mojado y decidió no hacerse sus características trenzas, salió de su habitación y espero al final de las escaleras, espero con la esperanza de que el rubio apareciera pero no lo hizo. Era raro, normalmente Aether era el que lo esperaba con una expresión molesta y Venti solo reía mientras escuchaba los reproches del rubio.
Espero un tiempo más y la mañana se volvió tarde, soltó un suspiro y se dirigió donde Xiangling con una vaga esperanza de que Aether se encontrara ahí y lo invitara a comer como disculpas.
Al llegar vió a Xiao, mirando con su rostro estoico el de la chica, el cuál estaba lleno de emoción. Venti decidió escabullirse por detrás para asustar al chico y con sus manos tapo la visión de este.
—Adivina quien soy— dijo canturreando cerca del oído de Xiao, el cuerpo de este se relajo al escuchar la voz familiar de Venti y con delicadeza tomo sus muñecas y las alejó de su campo visual —¿De que hablan?— El bardo se sentó al lado de Xiao.
Xiangling habló inmediatamente — ¡Carne!.
—¿Carne?— repitió extrañado, miró a Xiao, sus ojos dorados lo miraron por un momento y con una falsa verguenza esquivo la mirada. —¿Por qué hablan de eso?.
—Xiao me preguntó sobre como preparar la carne perfecta, así que le pedí que especificará el tipo por qué hay demasiados, dijo que era de cerdo, la cuál es muy cara pero dijo que era una excepción para alguien especial.— habló Xiangling de manera apasionada.
—¿Ah si?— los ojos vivaces de Venti brillaron con travesura, coloco uno de sus brazos alrededor de los hombros de Xiao, al realizar esta acción se dio cuenta de la extrema delgadez en el que se encontraba y no pudo evitar sentirse preocupado. —¿Quién es esa persona tan especial de mi Xiao? ¡Me hace sentir celoso!.
Las orejas de Xiao brillaron en un tono carmesí, cubrió su boca con el dorso de su mano —Tú— dijo evitando la mirada sorprendida de Venti.
El bardo sonrió y lo envolvió en un abrazo, la simple palabra de Xiao hizo que su corazón saltara —¡Que tierno!—
—¿Quieres cenar conmigo esta noche?.
—¡Por supuesto!.
Luego de eso un silencio se formo, Xiangling llegó con los platillos y comieron tranquilamente.
Venti pensó que quizás debería empezar a comer junto a Xiao, su cuerpo delgado y huesudo al tacto lo hacía sentir preocupado.
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