XXIV. Carreras clandestinas 1

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El tiempo se hizo muy corto en el lugar, estaba más que emocionada, los chicos después de mi presentación me aceptaron mejor, me ayudaron a subir a una patineta y andar en ella, algunos otros chicos que me vieron y que entrenaban con los patines me comenzaron a hablar y enseñar algunos trucos con los patines en la rampa. A Matthew seguía sin encantarle la idea de que estuvieran ahí, robándole la compañía de sus amigos y cuando la noche llegó, tuvimos que irnos del lugar.

Nos quedamos unos minutos solos cuando su novia Andrew y los demás se tuvieron que ir.

Abrí mi mochila y saqué unos pantalones deportivos.

-Toma, te los traje, tu sudadera está aún sucia no la encontré por qué estaba debajo de mi cama. Así que en estos días te la devuelvo.- Matt tomó sus pantalones y los guardo en su mochila,- bien me tengo que ir.

El chico agachó la mirada.

-Estuviste bien hoy.- me soltó de un momento a otro.- te veías felíz.

-Me divertí mucho.

-Pero no quiero que vuelvas.

Me coloqué enfrente de él.

-Escucha bien Matt, no entiendo por qué eres así conmigo, me sacas de quicio, un día estoy en problemas y vas y me salvas, después solo te quiero dar las gracias y eres grosero, no me importa si me odias o no o si tienes alguna falla en el cerebro, pero ésto me gustó mucho y si quiero volver es mi problema, deja de meterte en mis asuntos, se feliz con tu novia y a mi déjame divertirme.

Me di media vuelta y me fuí sin parar de caminar hasta que entré al coche.

Pude ver cuándo el auto arrancaba que seguía ahí parado, el carro comenzó a avanzar y él se perdió de mi vista.

En el trascurso a la casa me repetí en la mente una y otra vez por qué le había dicho que fuera feliz con su novia, no me importaba en absoluto su vida, por qué había nombrado a esa chica.

Era una tonta, y me sentía aún más estando con él, sobre todo por qué parecía que quería darle a entender que no era una chica hueca y tonta que solo se metía en problemas, me ponía de muy mal humor y sentía que estaba mal de su cabeza.

El resto de la semana logré pasar un gran tiempo con sus amigos de Matt  quienes en la escuela me seguían enseñando en la patineta, había logrado un avancé y me sentía bien, me sentía cool como aquellas chicas que me habían presentado, era la primera vez que lograba encajar en algo y que me emocionaba tanto. Menos el hecho de ver a Matt y su cara de amargado.

El viernes saliendo de la escuela Elijah me invitó a un evento de carreras de autos, estos chicos hacían de todo, y era fenomenal, nada presumidos, nada de cuidarte de novias locas y celosas todo era nuevo y fabuloso para mí.

En la semana pude ver que Jordan y Nathan me miraban de lejos, Jordan intento en varias ocasiones hablarme pero no sé lo permití y el jueves en la práctica de fútbol se veía muy tenso y enojado, estaba haciendo un esfuerzo enorme por tratar de ganar ese torneo que todos esperaban que incluso se lesionó en práctica un tobillo.

Por las pláticas de las fans de Alexa me enteré que no había sido tan grave pero que se veía últimamente muy tenso, tanto que había peleado con su novia.

Alexa y Melissa me las llegué a topar un par de veces en los pasillos pero las chicas al parecer y darse cuenta de que era la hija de una Juez se habían calmado del bullying y burlas hacía mi.

No volteaban a verme ni un segundo, y eso era bastante cómodo. Aún no podía entrar a la cafetería pero Elijah y los chicos se encargaban de traer mi almuerzo y me lo llevaban a dónde prcticabamos con la patineta.

Ellos eran mis nuevos amigos, eran bastante diferentes a todos los demás, me gustaba estar con ellos.

Me había caído de la patineta un par de veces y me había lastimado una rodilla, pero no había sido nada grave, solo un moretón enorme que me dificultaba caminar deprisa, en natación ya había mejorado por lo menos ya no le tenía miedo a ahogarme y podía comenzar a nadar con los demás.

-No voy a poder ir a las carreras.- le dije a Elijah.

-Por?

-Mi mamá se volverá loca en cuanto le diga que son carreras clandestinas.

-Ps no le digas!.- me dijo Elijah mientras caminabamos solos por la asera hacía el estacionamiento.

-Y cómo diablos piensas que voy a llegar.

-Simple, vete a dormir como siempre y te sales a hurtadillas de los guardias, y yo te voy a esperar Serca de ahí, vienes conmigo en auto, te diviertes y de regreso ya sabes obvio te vendría a dejar.

-Pero irme sin permiso?

-Hara ya eres mayor de edad, ya no estás en edad de pedir permiso. Vamos a estar todos incluso Matt. además mas vale pedir perdón que permiso.

-Crees que pueda burlar a los guardias?

-Claro, eres lista.

- Ok lo voy a intentar, estamos en comunicación por mensaje ok.

-Perfecto, verás que será asombroso y no te vas a olvidar de este día.

Me despedí de él y posteriormente me fui al automóvil.

Por la noche, y con unos nervios que comían mis ansias, me fuí a dormír como normalmente lo hacía, me puse unos jeans y una playera cortita como una hombliguera me metí a la cama ya arreglada y lista para escapar, le mandé un mensaje a Elijah para que me esperar a cinco casas de la mía.

Esperé a que todo se apagará y no se oyera ningún ruido, Martin se fue a dormir y yo pude salir de mi cama.

Cerré la puerta con seguro por dentro de mi cuarto y coloqué unas almohadas simulando que estaba ahí acostada y por la ventana de mi cuarto logré salir con mucha precaución sin hacer ruido.

Baje dejándome caer en el arbusto que estaba Serca y en cuanto me pude parar me eché a correr sin mirar atrás, había dejado la ventana un poco abierta para el regreso. En cuanto vi el auto negro de Elijah me subí de inmediato, adentro se encontraba Blake .

- Eso es mi chica.- dijo Elijah emocionado.

-Creo que me lastime más la rodilla por la caída.

Me acomode el cabello y me quite algunas ramas en el espejo del retrovisor y dimos marcha al auto.

En el camino pensé en todo momento la regañisa que me darían si se daban cuenta y el castigo de por vida que me darían.

Sin embargo era una experiencia que no podía explicar, nervios, adrenalina, felicidad, miedo todo revuelto.

Tardamos aproximadamente unos 40 minutos en llegar cuando pude apreciar las luces de los autos.


Quién Entiende A Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora