XI. Oh no! Nueva escuela

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Esperé un largo mes en los resultados de la Universidad, todos los días los esperaba con ansías, estaba sumamente nerviosa y mi madre presionandome cada día, el trabajo cansado por que era temporada alta de obras de teatro, me ascendieron por la dedicación que tuve un mes después de lo último que había pasado con Jordan.

Iba practimente todos los días para sacarme de la mente a Jordan de la cabeza, era casi un éxito superarlo o por lo menos eso creía yo.

Martín mi guardespaldas o mi amigo ahora, siempre me esperaba a las afuera del teatro en su auto, la verdad es que no me gustaba que estuviera a las afueras esperando durante las largas 6 horas de mi jornada de trabajo, y en muchas veces le insistí de que se fuera y regresará por mí a la hora de salida, pero era inútil convencerlo, había sido un militar y me decía que estaba acostumbrado a ésto.

En muchas ocasiones o más bién diario, merodeaba a las afueras del teatro cuando la gente se encontraba haciendo largas filas para entrar, según él visualizaba a las personas por si había alguién sospechoso sercas de mí. La verdad es que en muchas ocasiones quice contratarlo para seguridad del inmueble ya que ahora era supervisora del teatro.

El día de los resultados me acomompaño al instituto de educación Universitaria para ir por mis resultados, tenía la opción de que mandaran por correo o e-mail los resultados pero mi madre quería que ninguna persona se asercara a nuestra casa, eso incluía a los carteros y que no estuviera mucho tiempo en internet, para proteger mis datos e identidad. A veces creía que mi madre tenía una severa crisis de paranoia.

Cuando llegamos al instituto, mis resultados ya se encontraban en la recepción había sido la única que había ido por ellos, por lo tanto enseguida la señorita que se encontraba en la recepción me reconoció y me dió el sobre sin mas demoras.

En cuanto lo tuve en mis manos sentía que ése sobre quemaba, no lo abrí de inmediato, esperé hasta llegar al auto junto con Martín. En ése momento necesitaba de alguien a mi lado y el único que había sido como un amigo para mí era aquél sujeto que me cuidaba como si fuera su propia hija.

-y dime, lo vas a abrir o no?

Miraba el sobre como si fueran los resultados de una prueba de embarazo.

-No sé, tengo cierto miedo.

-Si quieres puedo hacerlo por tí.

-Harías eso por mí?

-claro que si Hara, si doy mi vida por tí, por qué no haría algo tan fácil como ésto? Es más vamos a un café que te parece?

-Eso estaría muy bién, bueno no,... Es decir si quiero pero si no son los resultados que quiero de que serviría un café?

-Mujeres!!!.-Volteó los ojos.

Lo miré de mala gana, haciendo un puchero de niña.

-Vamos, sé que seran buenas noticias.

Prendió el auto y comenzó a manejar por las calles.

-Hay un lugar el cual frecuentaba antes, que está muy sercas de aquí, el café es delicioso y las crepas son gourmet.

Escuchaba que me hablaba de sus épocas de universidad, de las chicas que conoció y muchas cosas mas que no escuché por la falta de concentración que tenía en ese momento. Lo único que tenía en mente era el resultado de aquél mísero papel.

Dependía mucho de lo que contenía, sabría mi posible futuro en una sola desición, en un número y unas cuantas palabras.

En cuanto le dí el sobre para que lo abriera ya nos encontrábamos en la cafetería con una crepa y un frape a lado y los nervios apunto de explotarme la cabeza.

Quién Entiende A Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora