XII. Primer día.

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Estaba a unas horas de entrar a la escuela, me había despertado aún con aquél nervio que surge siempre cuándo éstas a punto de conocer nuevas cosas y personas, la escuela era lo que había anelado durante algunos meses, había dejado de estudiar y tener aquella presión de hacer tarea y estudiar para exámenes así que me sentía demasiado nerviosa o era eso o el hecho de que seguramente me toparía con Jordan en los 4 años que cursaría mi licenciatura.

Había hecho planes mentales tales como ser una marginada y pasar desapercibida por los alumnos de la N.U.A.C, sólo me enfocaría en mis estudios sólo eso, nada de fiestas, nada de amistades. Sólo una alumna más.

El hecho de pensar en la dimensión del inmueble y la cantidad de alumnos me daba fobia. Siempre había sido una alma solitaria, pero parecía que para los demás era un bicho con fluorescencia que llamaba la atención por solo brillar sin que yo lo quisiera. Tenía atención por ser la hija de una juez, pero también era molestada por ser un tanto asocial, siempre había pasado en mis anteriores escuelas, los alumnos me molestaban por no hablar mucho o más bién no ser como la mayoría.

Solo con las personas que conocía era abierta a mi vida.

Subí al auto y Martín me dejó en las afueras de la Universidad, las piernas me temblaban, me preguntaba cuál será el trabajo de Martín dentro de la Universidad?, no me lo había revelado, según él ya tenía su puesto pero era una sorpresa, y además me había revelado que su hijo iba a ésta misma escuela, pero nunca me había enseñado una foto de él, según Martín no era bueno que revelará su identidad sólo para proteger información de él y que era mi guardespaldas.

En fín, por lo menos tenía un cómplice conmigo y un amigo también, no estaría sola del todo.

Caminé hacía la entrada, aún estaba oscuro apenas eran las 6:40 am, había llegado un poco temprano pero no era la única, ya había alumnos, esperaba que nadie se hubise dado cuenta de quién me había traído, siempre tenía que cuidarme de que nadie se diera cuenta de que Martín era mi guaruda, era eso o tener que caminar a lado de él todo el tiempo. Sería algo muy loco y por supuesto no pasaría desapercibida.

La mayoría de los alumnos que se encontraban en el inmueble iban directo a la dirección, todos teníamos que ir por nuestra tira de materias y horarios.

Cuando me forme en la grande cola que había ya, me dí cuenta que había muchos chicos, eran guapos debo aceptar, parecía que al final no la iba a pasar tan mal como había creído. Sólo tenía la esperanza de que el primer día fuera perfecto.

Dieron las siete, la hora en la que la mayoría de los alumnos entraba, había recibido mi tira de materias y horarios, así que caminé por el pasillo con un pequeño mapa que nos habían dado para localizar los salones, estaba demasiado ocupada tratando de localizar mi primera clase cuándo escuché Una voz conocida.

-Maldita sea, tengo que tomar clase de nuevo con el mismo maestro.

Volteé para ver de quién era esa voz y enseguida que ví aquél sujeto el cual se encontraba a unos pasos de mí con otro chico, tapé mi cara con el mapa.

Ésto comenzaba a ponerse muy mal, si no mas recordaba su nombre era Tomy, aquél chico grandote que había coqueteado conmigo en la fiesta, era jugador de americano y parecía que era un clásico chico que disfrutaba de la compañía de las mujeres, todo un playboy.

Pasó alado de mí, y me vió estaba segura y enseguida supo quien era, pero sin embargo me ignoró o talves no se acordaba de mí, pero se había quedado callado en cuanto me vió.

Quién Entiende A Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora