She Is Not My Girlfriend. - Andrómeda y Almendra-

Capítulo 8

~Almendra~

- Madre.- pronunció Andrómeda tras voltear.

- ¿Se puede saber qué es lo que estás haciendo?-

- Besando a mi novia, ¿algún inconveniente con eso, madre?-

- Druella, calmate.- le aconsejó Cygnus, agarrando a Druella del hombro.

Por lo que Andrómeda me había contado, Cygnus nunca había presionado a ninguna de sus hermanas a hacer algo, esa siempre fue Druella, y, además, Cygnus tenía adoración por Andrómeda, siemore hacían todo juntos cuando ella era pequeña y se contaban de todo, de hecho, Andrómeda le contó a Cygnus cuando empezamos a salir y éste lo aceptó, apoyando a su hija dorada.

- No. No dejaré que mi hija salga con otra mujer, dejando a la familia sin herederos, siendo que Bellatrix ha declarado no poder tener hijos.-

- Hola, buenas tardes, ¿hay algún inconveniente con mi hija?- mi madre Alejandra había puesto sus manos en mis hombros, posándose detrás de mí con Serena a su lado.

- Su hija está contagiando a mi hija con sus aberraciones.-

- Mi hija no hace nada malo, sólo está amando, y usted es la única aquí que algo malo hace, despreciando a su hija por amar a otra chica.- podía sentir la mirada fulminante de Alejandra sobre Druella sin necesidad de mirar.

- Ustedes le han enseñado eso a su hija y ella ha contagiado con su enfermedad a la mía.- Druella dijo, con expresión y voz asqueada.

- No es ninguna enfermedad, el amor nunca será una enfermedad, el odio, por el contrario, lo es, así que por favor seamos civilizadas y no haga todo este escenario que aquí la única que queda mal es usted por despreciar a su hija solo por amar a alguien de su mismo género. Ahora, si me disculpa, mi familia y yo nos retiramos.- y nos aparecimos en casa.

- Mami.- dije al verla una vez en casa.

- Cariño, ¿estás bien?- Alejandra se encorbó y me abrazó. Una vez que se alejó, Serena repitió el gesto.

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Habían pasado los años, cinco años tras terminar Hogwarts.

No había vuelto a hablar con Andrómeda desde ese día en la estación, siendo que me ignoraba, y la única carta que recibí de ella esas vacaciones fue una diciendo "Terminamos".

Me encontraba en mi casa, leyendo un libro, tratando de olvidar lo que hoy pasaba.

Me había llegado el rumor de que Andrómeda Black se casaría hoy, nada más ni nada menos que con Erick Hunstberger, uno de los del dúo que nos molestaba en Hogwarts, sí, Erick de Elio y Erick.

Mientras leía, mi timbre sonó y fui a abrir la puerta, encontrando a un muchacho de, aproximadamente, quince o dieciséis años y pelinegro en la puerta, tirado en el tapete, sangrando y gravemente herido, junto a un elfo y una chica que yo bien conocía que abrazaba al niño, la chica era morocha de ojos marrones. Esos ojos marrones que tanto extrañaba.

- ¿Qué...?- comencé pero ella me interrumpió.

- No hay tiempo, puede morir, necesito que nos ayudes.- pidió y yo asentí.