Día 7

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Tienda de Flores:

Las flores favorita de Ukyo eran las rosas y eso lo sabía muy bien su pareja. Cada vez que regresaba de un largo viaje o estaba de buen humor, que era prácticamente todos los días le regalaba una rosa roja.

Ukyo adoraba las rosas y siempre trataba de que cada una de ellas estuvieran bien cuidada en un hermoso florero.

Su peculiar novio le pregunta una vez, ¿por qué le gustaba tanto la rosas? Que a él le iría mejor unas margaritas o tulipanes blancas.

La repuesta que le dio lo dejo mudo.

— Las rosas rojas me recuerdan a ti, son tan hermosa y delicada. Pero tiene una espinas que las protegen, tu eres hermoso y tus espina son tus fortalezas.

Ryuisui solo sonríe, no una de sus típicas sonrisa. Está era calmada y llena de ternunar.

— Entonces la rosas rojas desde ahora también serán mis favoritas, porque me recordará el amor que nos tenemos.

Ukyo sólo lo beso y se dejó abrazar por el más alto.

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Debía ser una broma, lo que veía en la televisión no podía ser real.

Lamento informarle esta trágica noticia, pero la nave espacial Sujuu donde viajaban el científico mundialmente reconocido y sus acompañantes de nombre Ryusui y Tsukasa han fallido en el accidente.

Después de escuchar las horribles noticias, todos se quedaron paralizado. Hasta que Gen se levantó del mueble y camino unos cuantos pasos para luego desmayarse catando en el suelo.

El caos se hizo presente, los gritos de todos y las lágrimas no se hicieron esperar.

Ukyo no supo que hizo ese día y los siguientes, su cuerpo estaba en las situaciones que lo requerían como los papeles fúnebre y el entierro. Pero su mente no estaba, como si se hubiera desconectado.

Sólo estaba ahí para apoyar a sus amigos, ser el apoyo de Gen y de Francois, también de Sai junto con los demás. Recibía la condolencias de las personas, pero no le hacía mycho caso. Como si su mente no aceptara que perdió a su pareja y a sus amigos.

Lloró cuando un ramo de rosas tocó a su puerta, Francois le dijo que venía de parte una florería famosa. De donde Ryuisui compraba las flores, extraño revisa el ramo de rosas rojas y ve una tarjeta.

Debió ser una broma de mal gusto, porque la tarjeta decía que venía de parte de Ryuisui. Tal vez la florería se entero de su partida y como condolencia le envío ese hermosos ramo. Se sienta en el suelo junto con el ramo y empieza a llorar, hasta grita de lo injusto que era la vida.

No sabe cuando se quedó dormido, solo sabía que estaba acostado en uno de los muebles de esa vacía mansión. Cuando se despertó vio un té caliente frente a él, supuso que fue cortesía de Francois.

Se lo toma más por cortesía que otra cosa, cuando termina se levanta para ir donde estaba el ramo de rosas y se sorprende al ver otro.

Ukyo no lo soportó más y tomó sus cosas para ir donde la tienda de flores, para reclamarle sobre su cruel broma.

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La florería era hermosa, eso lo podía ver a simple vista y llegó a la conclusión que era uno de los motivos que era la favorita de Ryuisui. Todas las flores soltaban un aroma encantador y su belleza te traía paz.

— ¿En que lo podemos ayudar señor? — pregunta una joven chica al verlo entrar y quedarse observando la flores.

Ukyo lo duda un momento, tal vez la florería no tenía mala intenciones pero le dolía ver las rosas y recordarle que Ryuisui ya no estaba con él.

— Soy Ukyo Saionji.

La joven lo mira soprendida y luego cambia su gesto a uno de tristeza, pero no era de lástima. Era de compasión y dulzura.

— Lo sentimos tanto por el señor Nanami.

Ukyo sonríe de tristeza, él más que nadie sentía la partida de su novio.

— Entonces, ¿por qué me sigue enviando los ramos de rosas? Si sabe que él ya no está — pregunta él con dificultad, tenía las ganas de llorar y sentía un nudo en la garganta.

Se sorprendió al ver como la chica le sonríe con dulzura — Porque él nos pidió que si algo le llegara a suceder, siempre le enviaramos un ramo de rosas rojas todos los días a su ángel.

Ukyo no aguanto más y lloro, ni estándo al otro lado del mundo terrenal dejaba de ser tan detallista.

— Pero eso...debe...costarle a... Ustedes... ¿Cuánto le debo?

La chica lo consuela y  le consteta con calma — Nada, es gracias al señor Ryusui que está floristería creció tanto y llego a varias zonas del país. Más bien nosotros le debemos tanto a él.

El de ojos verde asiente y le cree, porque sabía lo generoso que era su dragón ambicioso.

Más tranquilo salió de la floristería, tenía que visitar y ver como estaba Gen. Eso sí, nunca dejó de recibir sus rosas rojas.

RyukyoWeek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora