Día 4

1.1K 96 1
                                    

Libre:

Ryuisui cuando estaba pequeño solo le interesaba una cosa: Navegar por el mundo en busca de tesoros.

Por eso siempre le insistía a su hermano de que lo ayudara a construir su propio barco, para alejarse de su supuesta familia y seguir su sueño de conocer el mundo. Lástima que su hermano se había ido a otro continente y lo había dejado solo con su estricta familia.

Pero eso no lo desánimo, todo lo contrario  le dio más motivo de seguir con sus sueños. Aprendió a navegar grandes barcos a dibujarlos, realizar maquetas de gran escala de ellos, desarma prototipo y revisar planos uno tras otro.

Lo que ayudó a conocer a varias personas y también parejas con que pasar el rato. Después de todo él lo deseaba todo, incluso más de lo que se podía desear.

Lástima que un rayo petrificador arruinó todo eso, por lo menos es lo que pensaba cuando vio todo desaparecer. Pero al ser despetrificado por el reino científico y ver que lo construía todo desde cero le dio motivación suficiente para ayudarlos. También de ser uno de los generales y creadores del nuevo mundo.

— Creó que la parte de abajo debería ser más resistente — opina Ukyo sacándolo de sus pensamientos — Las olas en épocas de tormenta pueden llegar ser desastrosa, arruinarían esa parte del barco.

— ¿Sabes de barco Ukyo? — pregunta Ryuisui en verdad curioso del chico que parecía un nido de pájaro por la parte baja de su traje.

— Kukuku apuesto que Ukyo sabe más que tú en esa parte Ryuisui, después de todo el chico sonar estuvo en la marina y viajando en submarinos — comenta Senku mientras que estudiaba unos planos con Kaseki y Chrome.

Ryuisui no sabía esa información, solo sabía que Ukyo tenía buen oído. Además de que era un experto con el arco y flecha.

El susodicho se sonroja y a Ryuisui le dio gracia ver sus orejas todas rojas — No soy un experto como Ryuisui, solo opinó por lo que veía en marina. Algunos barcos se llegaban a extropear por los golpes de las olas o los iceberg, después de todo la madera no están resistente. Se puede llegar a pudrir con facilidad y el hierro oxidar.

Ryusui asiente y sigue revisando los planos, no sería mala idea reforzar algunas zonas.

— Bueno, yo me voy. La clase de Gen ya va a terminar y me toca a mí dar la siguiente lección — comenta el chico saliendo de la sala de los cinco generales dejando a un Ryuisui curioso por su presencia.

***********

Ryuisui se acerca a las aulas de los profesores por simple curiosidad y sólo ve a Ukyo escribiendo en papel, se veía muy concentrado en su tema. Con cuidado pasa y se va acercándose sin que se de cuenta.

Ve como escribe una especie de diario o una especie de memorias.

— No es mala idea — comenta Ryusui en voz alta y chasqueando los dedos — Así queda un registro de todo lo que pasa.

Le pareció gracioso ver como Ukyo saltaba de su asiento y luego lo observaba, soltando un pequeño suspiro en el proceso.

— Me asustaste Ryuisui — lo regaña el de ojos verde aqua y luego mira nervioso sus escrito — Si, pensaba en hacer una especie de libro para las futuras generaciones. Aunque no se si sea buena idea...

— ¿Por qué dices eso? — pregunta el rubio buscando una de las sillas que tenía en el lugar y sentándose a su lado.

Ve como Ukyo baja la mirada, sintiéndose culpable por algo — Casi arruino o destruyó las ilusiones de Mirai, no pensé que Tsukasa le habría contando una historia diferente de la sirenita. Hubiera visto su casa de desilusión, en ocasiones pienso que no sirvo como profesor.

Ryusui furnce el seño al escucharlo — Eso fue un simple error Ukyo, nadie sabía las versión de Tsukasa. Cualquiera le hubiera dicho la verdadera historia, lo bueno es que Ruri ayudó en ese tema y ya Mirai no se siente mal. Sin contar que no he escuchado a ningún aldeano o niño quejarse de tu forma de enseñar, más bien cada día los veo más ansioso de aprender y eso es lo bueno. Significa que eres un grandioso maestro.

Ukyo le sonríe, lo que ocasione que algo dentro de él se mueva aunque no sabe que era exactamente. Era una sensación nueva, una que jamás había sentido antes.

— Tienes razón Ryuisui, muchas gracias. Ahora si me disculpa iré a ver si todo está bien, pasado mañana partimos y necesitamos tener todo listo.

El rubio solo asiente, viendo como el Ukyo sale del salón y dejándolo con el corazón latiendo a mil por segundo.  ¿Acaso se estaba enamorando del lindo profesor?

RyukyoWeek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora