2. Hooked

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Antes de leer

- Segunda parte de Hooked 

- Contenido sexual (obviously)

- Recuerden que aquí cambian las edades (A Daniel lo describo como el menor de todos)

Resumen: Daniel está celoso

...

Capitulo dedicado a: kErmit_tHe_fr0g

...

Segunda parte de la serie Hokeed 

Horns

Semanas mas tarde 

 Tomó una gran bocanada de aire, tallando su rostro casi con fiereza 

No son nada 

No son nada 

Se repitió tantas veces en su mente como pudo. Estaba jodido 

- ¿estas bien? - Diego se sentó de cuclillas a su lado con el rostro ligeramente preocupado 

- si, es solo que... - es solo que estoy ardiendo en celos - no sé que pasó 

- podemos ir a la enfermería - sugirió el chico 

- Estaré bien, tranquilo - tomo otra bocanada de aire antes de levantarse y darse cuanta de que todos lo miraban, incluyéndolo a él

Lo que había pasado era que apenas Daniel llegó al campo de futbol donde generalmente tomaba las clases de educación física, pudo ver a Roberto en las gradas con una chica... muy juntos. Estuvo tan distraído que en algún momento alguien le dió un balonazo haciéndolo caer al suelo completamente desconcertado. 

Daniel esbozó una sonrisa antes de correr tras el balón, empujó a Diego en el proceso, pero lo habia conseguido y por suerte para él, todos sabían lo malo que era en deportes, así que esperó un golpe de suerte cuando pateó el balón con todas sus fuerzas y este salió volando y golpeando a Roberto justo en la cara. 

- lo siento, amigo - Dan gritó antes de darse la vuelta. 

... 

- Me iré antes, no tengo la ultima clase y no tiene sentido quedarme aquí - Dan soltó entre gruñidos mientras cerraba su casillero. A su lado, Diego se estaba secando el pelo recién mojado.

- Vale, iré a tu casa en la tarde para hacer la tarea de inglés. - el menor asintió.

- ¿Has visto mi celular? - cuestionó quedándose quieto intentando recordar dónde lo había dejado.

- ¿No estaba en tu casillero?

- No, tampoco está en mi mochila. ¿Crees que lo dejé en el campo? - Diego se encogió de hombros

- ve a revisar antes de que alguien lo encuentre

Sin decir nada más salió del lugar y como era de esperarse, dió tres vueltas a la cancha pero no lo encontró.

- Estoy jodido - Se dejó caer en la banca de los vestidores -ahora vacios-, se había cansado y su celular no estaba, genial.

- Deberías ser más cuidadoso con tus cosas, amor

- Ay no - Daniel se quedó estático en su lugar. No quería voltear, al parecer él estaba detrás suyo. Había pensado que estaba en clase o algo así.

Tomó aire antes de encararlo.

El chico estaba recargado en uno de los casilleros, tobillos cruzados, el pelo sujeto en una coleta mal hecha y con su celular en la mano. Se veía jodidamente sexy.

- ¿Ese es mi celular? - Dan reaccionó levantándose de golpe. Roberto esbozó media sonrisa por fin acercándose a él con lentitud.

- Cariño, ¿Qué manera es esa de desquitarme cuando estás celoso? - Saracho murmuró cerca de su rostro extendiéndole el celular.

- No estaba celoso - Dan negó

- ¿entonces el balonazo por qué fue?

- Soy malo en deportes - se defendió. El mayor soltó una pequeña risa.

- Busca una mejor excusa - susurró antes de tomar su barbilla y levantar su rostro. Formó media sonrisa antes de besarlo. Al principio Daniel se quiso oponer, pero a quien engañaba, malditamente lo deseaba.

Roberto lo tomó de la cintura, enterrando sus dedos ahí, quizás dejaría marcas, pero no podía importarle menos.

Daniel jadeó en su boca intentando respirar pero simplemente no podía hacerlo de manera correcta. Tocarlo era como espinarse.

Roberto tenía un corazón demasiado frío, tanto como el cielo, todo lo contrario a su toque, que lo quemaba ante cada caricia.

- Te recuerdo que el de la idea de mantener esto en secreto fue tuya - susurró el mayor bajando los besos a su cuello, haciendo estremecer a Dan.

Claro que lo recordaba, pero no recordaba el porqué.

Sintió las manos de Roberto bajar por su trasero y luego volver a subir hacia su cintura. En un intento desesperado, Dan casi arrancó la playera de otro. Roberto solo sonrió antes de retirar la camiseta del contrario.

- Eres un desesperado. ¿No pudiste esperar a que llegáramos a casa? - El mayor sonrió sobre su pecho antes de succionar uno de sus pezones.

- Tu me provocaste - Dan jadeó enterrando los dedos en los largos cabellos de su chico atrayéndolo más a él.

Pocos segundos bastaron antes de que ambos quedarán completamente desnudos y Roberto volviera a sus labios, lo empujó bruscamente haciendo que chocara con la pared más cercana.

- Voy a prepararte, amor - Dan negó frenéticamente

- No hay tiempo. Solo hazlo - Casi había sonado como una súplica. Roberto sonrió antes de agarrarlo por los muslos y levantarlo. Daniel enredó los brazos en el cuello del mayor para sujetarse y no caer.

Roberto era el fuego en el pecado y Dan ardía ante su toque.

Tan placentero pero tan doloroso a la vez.

Las embestidas llegaron duras, secas y bruscas, haciéndole encoger el estómago ante las sensaciones.

- Mierda - Saracho jadeó acelerando las embestidas que hacían sacudir el cuerpo del menor.

Daniel gimió escandalosamente enterrando sus uñas en la piel bronceada del chico mayor antes de venirse sobre su estómago desnudo. Roberto lo sintió desmoronarse en sus brazos, apretándose tan fuerte que el mismo se corrió también dentro de él.

- Deberías ponerte celoso más veces - Roberto suelta una risita y Daniel no puede hacer más que rodar los ojos.

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Ya no tengo más ideas

Roto - WiplashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora