Preparación para la batalla

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El intento de divorcio no pasó como esperaba. Hablé con mis abogados para concretar un plan. Tenía que recuperar mi libertad sin perder a mis hijos.

Cuando le llegó la demanda de divorcio a Glimmer, comenzó la verdadera guerra.

-¿Eres tonta? Claro que lo eres, no hay mejor explicación para esto. -Caminaba nerviosa de un lado a otro de la cocina. - ¿Cómo se te ocurre intentar amedrentarme con esta demanda de divorcio? Te lo he repetido un millón de veces, primero te mueres antes de tener el divorcio. No eres nada sin mí, esa fama que tienes de cirujana increíble, las manos del medio millón de dólares, es gracias a todo lo que te di.

Estaba harta con que me gritara a la cara que por ella lo que soy ahora. Sí, me ayudó mucho con el dinero de sus padres cuando no tenía en qué caerme muerta tras el inicio de la residencia cuando llegué a Estados Unidos siendo que ella estaba haciendo la suya en Londres todavía. Ella pagaba mi renta y me reponía todo lo que podía llegar a gastar. Estaba agradecida, pero no era para eso. Me hacía ver como si fuera una perra que se casó con ella por interés y realmente sí me había casado por amor. Estaba tonta y perdidamente enamorada de ella cuando nos casamos. Fue su mierda la que mató y terminó de sepultar ese mismo amor.

-Ya no es tanto por mí, Glimmer. Entiende. No es vida para los niños o para ti. Finn ha bajado sus notas, tiene problemas con sus compañeros y no nos habla. Dejó de hablarme por tu culpa.

-Finn no le habla a nadie, es autista.

-Conmigo habla, con tus papás habla, con Mara habla, el problema eres tú y no su autismo. Deja de tratarlo como si tuviera una discapacidad. Luna no te dirige la palabra tampoco y tiene serios problemas con la comida. Crees que no me doy cuenta de lo que pasa porque estoy más tiempo metida en el hospital que en esta casa, pero no es así. Y si estoy tanto tiempo en el hospital es porque odio cada maldito segundo que estoy a tu lado. Estar aquí en casa es una tortura y ya no quiero estar así. Este departamento es mío y tendrás que irte de manera definitiva. Lee lo que viene adjunto a la demanda. -Había logrado que se girara una orden de desalojo para mantenerla fuera de mi casa hasta que terminara el proceso de divorcio. -Saca tus malditas cosas y para mañana que regrese del hospital, no quiero ver nada tuyo aquí.

-Me llevaré a los niños.

-No, los niños van a territorio neutral.

-¿Neutral? ¿Hablas de Mara? Siempre es Mara, ni casadas se dejan en paz. Ya lo hizo una vez y volverá a hacerlo.

Me dejó callada. Obviamente que Mara los cuidaría. Ella era esa residente de ortopedia con quien la engañé hace un par de años, por eso no se llevaban nada bien. Todo se arregló y nos hicimos muy amigas posterior al suceso y la pelea con Glimmer.

-Puede ser.

-Ya veremos cómo termina esto. Recuerda que nada de esto jugará a tu favor.

Tomé a los niños con algunas cosas básicas y los dejé en casa de Mara. De ahí, me fui a hacer guardia al hospital.

Pasadas las 4 de la mañana, recibí un mensaje de Catra.

"Hola. Espero que hayas llegado bien a casa. Sé que ya pasaron algunas semanas, solo no quería parecer intensa."

Le contesté de inmediato.

"Siento mucho lo que pasó esa noche, no era mi intención que sucediera de esa forma."

Me contestaba los mensajes. La batalla se desarrollaba bien.

"Me gustó. Me gustaría que supieras que todo lo que te dije era verdad. Sigo un poquito enamorada de ti y por ese amor que te tengo es que me estoy mensajeando contigo en plena guardia de fin de semana en la madrugada."

Sugar. Parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora