Park Jimin era mejor conocido como un joven caprichoso, no de mala manera, si no más bien uno que se pavoneaba, inteligente, platicador hasta por los codos, de personalidad coqueta pero dramática cuando se lo proponía, sus ojos mostraban esa picardía de chiquillo que hace miles de travesuras pero por sobre todo... Park Jimin está acostumbrado a que todo el mundo le preste atención.
Sin embargo ahí estaba, bajándose del carruaje y quitándose los guantes, con la barbilla alzada dándole una mirada recelosa a la casa en donde se estaba hospedando el duque de Peterborough.
Subió las gradas con esa delicadeza que poseía y llegando a la puerta se acomodó sus rubios cabellos, se mordió por última vez los pomposos labios y tocó.
Esperó unos segundos hasta que la puerta se abrió y dejó ver a una sirvienta vestida de un blanco impoluto quien al verlo abrió los ojos e hizo una temblorosa reverencia.
— Conde...
— Deje las formalidades y llévame con Lord Yoongi — le dio una mirada coqueta y levantó sutilmente las comisuras de sus labios — por favor.
La joven asintió rápidamente.
— Sígame por favor mi lord.
Jimin la siguió por el enorme lobby, admirando silenciosamente la decoración.
— Espere aquí por favor — le indicó la joven.
Observó cómo tocaba tan suave la puerta de lo que él supuso era el estudio de la casa, escuchó un adelante para luego ver a la joven hablar rápidamente informando su llegada.
Se rió de la pobre muchacha que parecía temblar pero al ver que ella se acercaba corriendo escondió su sonrisa burlona, se dirigió a él diciéndole un: Lo está esperando mi lord.
Entró decidido con toda la elegancia que poseía, más al cerrar la puerta tras él entendió a la joven y tragó en seco.
Gesto serio, labios y ceño fruncidos, cabello con tonalidades rojizas, piel tan blanca que combinaba tan bien con los muebles caros de madera y qué decir de esas manos sosteniendo libros, papel y pluma.
Al salir de su estupor y ver que el duque parecía no darse cuenta de su persona se aclaró la voz y alzó la ceja cuando el pelirrojo no hacía señas de querer detenerse.
Volvió a aclararse la voz y esta vez la mano que sostenía la pluma se detuvo.
El joven de tez pálida levantó la mirada e hizo un gesto con su mano para que Jimin tomara asiento frente al gran escritorio de caoba.
En su lugar, el rubio se acomodó el chaleco y comenzó a caminar con galantería frente al escritorio.
— Esperaba más de la cortesía de un duque ¿sabe? Se supone que de acuerdo con la costumbre y la propiedad de nuestra sociedad señor Min, quien propone matrimonio debe llegar a la casa del doncel y no al contrario.
Lord Min suspiró y dejó la pluma en el tintero para luego juntar sus manos y observar seriamente a Jimin.
— Y yo esperaba más de la inteligencia de un conde, al pensar que ambos sabíamos que este matrimonio no fue propuesto por mí, por lo cual no estoy rompiendo tradiciones ni tampoco poniendo en duda mi propiedad porque yo, jamás le he propuesto matrimonio.
Jimin se quedó callado, sin embargo hizo un movimiento rápido y siguió con su monólogo en un tono tan refinado e ignorando el comentario del pálido, caminando de aquí para allá.
— Con mi padre hemos acordado que mi dote será por medio de granos básicos, producidos por nuestras tierras, que le prometo mi señor, son muy agradecidas. Para que este matrimonio se lleve a cabo le propongo desde un inicio no inmiscuirnos en la vida del otro, dormir en habitaciones a parte y cuando estemos frente a...
Jimin siguió parloteando hasta que cansado de no obtener respuesta se volteó más no esperaba toparse de lleno con el rostro de Sir Yoongi quién lo vio de la forma más sería que Jimin tuvo que tragar en seco.
—¿Terminó mi lord?
Jimin inhaló hondo, lo que fue otro grave error. El aroma de ginebra, tabaco y la loción de Sir Yoongi entró por sus fosas nasales, lo que hizo que retuviera el aliento y mordiera su labio en un intento de contener el gran sonrojo que empezaba a tomar color en sus mejillas.
— Sí — musitó en forma queda.
El duque tomó una postura más dominante, soltó un sonido proveniente de su pecho en señal de aprobación que hizo a Jimin bajar la mirada.
— Créame mi lord que este matrimonio, será en apariencia normal, concuerdo en lo de no inmiscuirse en la vida del otro — dio un paso atrás — Sin embargo, en cuanto a sus "condiciones de vida" y por lo que esta unión está hecha, como verá será altamente ventajosa para su rango, me comprometo y tiene mi palabra que nunca le faltaré el respeto y siempre tomaré en cuenta su palabra, venerarlo como se debe frente a la sociedad pero algo que quiero aclarar es que usted no espere de mí afecto, amor o pasión, ofrezco únicamente ser su amigo y compañero.
Jimin asintió, apretó las mandíbulas y volvió a alzar su cabeza y le ofreció la mano al duque.
Yoongi tomó la pequeña mano y la apretó cerrando el trato no sin antes colocarle una sortija de plata con diamantes amarillos incrustados y justo en el momento exacto porque la puerta se abrió de par en par revelando a Kim SeokJin.
—¡Ah! maravillosa escena ¿no crees mi cielo? — dijo extasiado mientras Kim Namjoon entraba apenado y con una reverencia saludó a los presentes.
— Momento indicado mi señor — dijo entredientes Jimin — es una pena que deba irme.
—No sin antes decirles que están cordialmente invitados al baile en honor al cumpleaños del gran duque de Brighton.
—Ahí estaré, ahora si me disculpan...
Estaba a punto de soltar la mano del duque cuando este aprovechándose de la distracción del rubio besó sus nudillos e hizo una reverencia. Jimin respondió a la reverencia y despidiéndose de los duques Kim salió.
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De época - YM
FanfictionUn matrimonio conveniente, un amor así solo los había llevado a una historia... De época. Mini-Fic de 9 capítulos cortos.