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Ya habían pasado días desde la fiesta de té. Al joven rubio no se le preguntó nada y aunque así fuera él mismo evadía o ignoraba la pregunta y Min Yoongi por más que intentara coincidir con su esposo para preguntarle si se encontraba bien, este siempre le evadía.

Era de noche y Jimin empezó a cenar. Antes esperaba a que el señor Min apareciera para así poder comer juntos, sin embargo luego de darse cuenta que el duque no parecía apreciar esos detalles decidió dejar de hacerlo.

Estaba casi a la mitad de su plato cuando el duque entró y ordenó que le fuera servida su cena. Por alguna razón se hizo un silencio incómodo que se rompió en un segundo.

— Min-ho me contó sobre el inconveniente con la esposa del coronel...

Jimin dejó caer sus cubiertos.

— Que lindo que lo llames inconveniente querido

— Me refería a... no importa ¿estás bien? — Min dejó de comer para prestar atención al rostro de su esposo.

Jimin tenía los ojos hinchados y rojos, al igual que su nariz y labios por estar siendo mordidos constantemente, sin embargo se recompuso y alzó el rostro con una expresión superficial.

— Perfectamente — dijo y se metió un pedazo de carne a la boca.

Min Yoongi se levantó de su silla y se paró junto a Jimin.

— Mírame

Jimin siguió masticando, tomó de su copa de agua y cuando estaba por llevarse otro trozo de carne su brazo fue detenido.

— ¡Maldita sea Jimin, mírame! — gritó haciendo que por fin el rubio lo voltease a ver.

Los ojos de Jimin estaban acuosos y parecía que en cualquier momento derramaría lágrimas.

— ¡¿Qué es lo que quiere?! — estalló por fin — ¡¿Esto es lo que quería?!

— Afuera todos — dijo el señor Min.

Poco a poco el comedor se quedó en silencio únicamente con la presencia de ambos en el.

— Yo... lamento que hayas tenido que pasar por eso pero...

— ¡Ay por favor Yoongi! — decidió dejar de tratarlo con respeto — De haber estado junto a mí, junto a tu esposo ¡eso no hubiera pasado! ¿sabes la vergüenza y la frustración que sentí? no, no lo haces, de hecho ¡no sabes nada de cómo me he sentido desde que estoy a tu lado! estoy harto de ser ignorado y que hayas faltado a tu palabra.

Se levantó de la mesa y le dio la espalda para respirar.

— Entiendo que ninguno de los dos pueda sentir afecto ¡pero al menos sí un poco de amistad! yo trataba de incluirte en mis actividades, esperarte para las comidas y tú simplemente... — de él brotó una risa triste — me ignoras ¡y me haces quedar como un maldito perro que buscó de tí solo por tus riquezas cuando ambos sabemos que yo no fui quien te eligió! Tú mismo me dijiste que me venerarías como a un esposo ¡¿dónde queda su palabra mi señor?!

Yoongi se quedó en silencio, no tenía con qué defenderse porque sabía que era cierto. Se maldijo mentalmente y caminó hacia Jimin, quien por supuesto forcejeó antes de simplemente dejarse abrazar y llorar en el hombro de Yoongi.

— Lo necesitaba ahí, lo he necesitado todo este tiempo y usted solo me hace a un lado — continuó llorando y tiró unos cuantos golpes al pecho del conde.

— Lo siento — habló por fin — dí por hecho que el solo tenerte viviendo bajo mi techo nos daba un respaldo, pensé que tú tendrías el mismo sentimiento que yo — soltó una risa que carecía de gracia y empezó a dibujar círculos en la espalda del rubio — al parecer sigo siendo un niño haciendo rabietas por algo que no quería, me encerré tanto en el odio que le tenía a mi padre por hacerme esto y no me detuve a pensar que tú solo querías aligerar esta carga que nos arrastró a ambos en un matrimonio conveniente.

Se separó de él y limpió con sus pulgares las lágrimas del menor y llevó sus labios a la mejilla abofeteada depositando un suave beso que le supo salado.

— Soy un imbécil, por favor perdóname — suplicó.

— Solo si prometes protegerme de todos ellos e intentar ser mi amigo

El duque asintió y volvió a abrazar al rubio.

— Lo prometo

De época - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora