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Dos semanas después el duque Min Yoongi de Peterborough y el Conde de Glasgow estaban contrayendo nupcias.

Una boda tan cara como se esperaba, con cientos de invitados y por supuesto los nervios a flor de piel de la pareja.

Ambos apenas si se habían visto durante ese tiempo, cortando la posibilidad de ganarse la confianza de una buena relación de amigos.

Jimin llevaba un chaleco de dos pechugas que le llegaba hasta los muslos, de color blanco con un complicado diseño de hilos en las muescas, broches dorados, su camisa con encaje blanco en el cuello, pantalones de un gris oscuro y botas negras que le llegaban cerca de la rodilla, magnífico según le había dicho su madre.

Por otro lado el señor Min vestía un largo abrigo azul marino de gamuza con broches adheridos en bordados y botones dorados, un chaleco negro con diseños dorados, pantalones negros y botas altas café quemado, con su cabello rojiso peinado hacia atrás.

Estando frente al altar Jimin temblaba, sus labios parecían tener un tic cada vez que sonreía y al tomar la mano de Min Yoongi para que lo desposara legalmente sintió que no podía respirar. El pálido vió la indecisión en sus ojos porque de manera rápida colocó su otro brazo en su cintura para darle estabilidad, lo cual agradeció mentalmente.

— Yo, Min Yoongi duque de Peterborough, te quiero a tí Park Jimin, como esposo

y me entrego a ti, y prometo serte fiel

en la prosperidad y en la adversidad,

en la salud y en la enfermedad,

y así amarte y respetarte

todos los días de mi vida.

Jimin sintió el frío de la sortija y con un suspiro siguió:

Yo, Park Jimin conde de Glasgow, te quiero a ti Min Yoongi, como esposo

y me entrego a ti, y prometo serte fiel

en la prosperidad y en la adversidad,

en la salud y en la enfermedad,

y así amarte y respetarte

todos los días de mi vida

Colocó la sortija en el dedo del señor Min y ambos se voltearon al público.

.

— Así pues los declaro esposos y duques de Peterborough, lo que se ha unido hoy...

— ¡No lo separe nadie!

Los aplausos llenaron el jardín y ambos tomados de las manos se giraron y Min Yoongi dejó un beso en la mejilla de Jimin.

La cena y el baile pasó tan rápido, el primer vals fue tan incómodo como lo había sido la otra vez, sin alegría, sin ningún afecto el uno por el otro.

Llegada la despedida de todos, su madre lo siguió hasta las escaleras atolondrándolo con consejos de su "noche de bodas".

— ¡Mamá! ni el señor Min ni yo nos sentimos capaces de consumar un matrimonio que ninguno deseó y agradezco al cielo que esta sea mi última noche en esta casa...

— ¿Tan pronto se irán? — dijo sorprendida.

—Le aseguro mi señora — dijo Yoongi asustando a madre e hijo — que entre más rápido lleguemos a Peterborough su hijo podrá tomar el título que tanto les interesa, al fin y al cabo por esa razón se hizo este matrimonio ¿verdad?

La mujer se quedó sin habla y se hizo a un lado para dejar que el duque se acercara a su hijo.

— Querido permíteme acompañarte a tu habitación, ha sido un día muy largo.

Jimin asintió y con una reverencia se despidió algo inseguro de su madre, tomó el brazo de su esposo y comenzaron a subir las gradas.

— Lamento no darle más tiempo para que pueda compartir unos días más con su familia, pero debo decirle... — paró su accionar y observó a todos lados para luego tomar ambos brazos de Jimin — si nos quedamos aquí seguirán con la presión para que podamos concebir un hijo que estoy seguro, ninguno de los dos puede con algo así... aún.

Jimin lo miró sorprendido, volteó la mirada y todo tuvo sentido. Ahora querían un hijo para asegurarse de que la alianza sería definitiva.

— ¿No les basta con el matrimonio? — dijo y soltó una risa incrédula para luego ver asustado al señor Min, no muy seguro sobre lo que quería preguntar y mucho menos si quería escuchar lo que temía.

— Por favor, dígalo — Jimin tragó saliva.

— Usted... ah~ — bajó la mirada, algo que duró muy poco porque Min Yoongi tomó entre sus dedos su mentón alzándolo para que ambos se vieran directamente a los ojos y Jimin se quedó de piedra.

— Yo qué — le dijo mientras le sostenía la mirada.

— Usted dijo... aún ¿eso qué significa? — murmuró apenado.

Un escalofrío lo envolvió al sentir la respiración del señor Min en su oreja derecha y aún más cuando este habló con voz grave.

— Que usted y yo, no ahora ni dentro de cinco años, deberemos concebir un hijo.

Jimin sintió algo en la boca de su estómago y se separó de él.

Lo pensó un rato y luego asintió como si nada lo hubiera perturbado.

— Por favor, vaya a descansar señor Min — dio una reverencia y se dirigió a su habitación, dejando una rendija abierta de su puerta para ver cuando el duque entró a la habitación de enfrente.

Cerró la puerta y se dejó caer deslizándose en ella.


Este es el traje del duque Min Yoongi

De época - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora