A partir de los sucesos pasados ambos fueron cediendo, Jimin dejó de ser un tanto arrogante y Yoongi a ser más abierto a charlas. Compartían ahora los desayunos, almuerzos y cenas, caminaban por los jardines cuando el conde parecía no estar lleno de obligaciones y en otros momentos jugaban críquet los fines de semana.
Todo parecía ir en tranquilidad, bromeando y cotilleando de vez en cuando, al fin logrando un vínculo de amistad que poco a poco y con el pasar de los meses empezó a tambalear para darle paso a otros sentimientos más fuertes.
¿Cómo saberlo? ninguno de los dos lo sabe, tal vez Yoongi lo pudo presentir cuando veía la sonrisa de labios abultados y ojos coquetos del rubio y sintió algo removerse en su estómago. Aunque también Jimin cuando descubrió que Yoongi sí sonreía y de manera tierna con todo y encías.
Y tal vez no se habrían dado cuenta de sus sentimientos si no fuera por esa hermosa tarde de jueves, con el sol dando rayos brillantes, un clima tan perfecto que el duque no se pudo resistir de tomar su caballo y cabalgar en los terrenos alrededor del castillo.
Jimin tampoco desaprovechó la oportunidad y tomó su arco para poder cazar alguna liebre o simplemente darle a las manzanas de las copas de los árboles que se encontraban cerca de un bosque aledaño al castillo.
Yoongi iba cabalgando a gran rapidez tras un venado que presumía, sería la cena de esa noche, sin embargo lo perdió de vista al ver a cierto rubio tirar flechas a diestra y siniestra, con el sol dándole un aspecto más intrépido que Yoongi no pudo evitar tirar de las riendas del caballo para poder bajarse de él.
Jimin al escuchar el ruido de los cascos de un caballo dejó de lanzar y por alguna extraña razón su corazón dio un vuelco al ver a semejante caballero sobre aquel pura sangre, bajó su arco y lo dejó sobre la tierra para empezar a acercarse al conde.
Ver a Jimin sin un traje tan formal como acostumbraba y llevar solo los pantalones entallados, botas altas y una camisa de mangas abombadas y con las cintas del pecho abiertas mostrando un poco de esas clavículas suaves tenía a Yoongi algo descolocado, sin embargo se acercó al rubio.
— ¿Ya le has dado a algún blanco Jimin? — preguntó el pálido y Jimin sonrió divertido.
— Solo practico ¿y usted? me parece que su presa se ha escapado mi lord — dijo con un tono de coquetería que en las últimas semanas el menor había empezado a usar sin darse cuenta.
— Ya te he dicho que...
— Que lo tutee, lo sé — dijo y le pidió las riendas del caballo para luego atarlo a un árbol — ¿ha intentado el tiro con arco?
— He de confesar que no —sonrió — probablemente se me de mal.
— No digas eso, ven y deja que te enseñe
Jimin lo tomó de las manos y lo dirigió al centro.
Tomó su arco y sacó una flecha.
— ¿A qué le quieres apuntar? — preguntó.
Yoongi vio a lo lejos la única manzana que pendía de una rama.
— A esa manzana de allá
— Tiro difícil pero, seguramente logrará sacarle un rasguño — sonrió — bien, párate erguido, separa los pies a la altura de tus hombros... así.
Yoongi siguió las indicaciones del menor al pie de la letra.
— Sujeta la cuerda en la flecha, pon estos tres dedos en la cuerda... muy bien, pon esta mano en el mango y relaja tu brazo, tampoco tanto — se rió — eso es... ahora apuntemos a la manzana y tira de la cuerda yendo hacia tu cara, que toque tu boca... er... permíteme
Jimin acomodó la flecha cerca de la boca del conde y por alguna razón ambos encontraron la mirada en el otro, movido por la cercanía que el momento creó Jimin tocó suavemente el labio del pálido a lo que el otro por acto de reflejo se lamió sus comisuras. Jimin contuvo la respiración y sonrió apenado.
— Apunta al blanco — el duque dirigió su vista a la manzana — y suelta la flecha cuando sientas que estás listo.
Y así lo hizo, la flecha cortó el aire y salió disparada. Ambos expectantes siguiendo a la flecha hasta que...
— ¡Dio en el blanco!
Gritaron ambos y se abrazaron efusivamente, sin embargo al verse envueltos en los brazos del otro se vieron envueltos por una clase de intimidad, de esa en la que tu corazón palpita más despacio y sientes algo en el estómago.
Jimin sonrió tímido en el cuello del pálido mientras él pasó sutilmente sus labios por el cuello del rubio haciendo que empuñara sus manos en los hombros del mayor.
Jimin estaba seguro que...
— Jimin... — dijo el pálido con voz ronca a lo que el menor casi cierra los ojos si no fuera por el sonido de un trueno que los hizo brincar a ambos — lloverá, debemos irnos pronto.
Parpadeó rápidamente y siguió al mayor hasta su caballo, no sin antes acomodarse su arco y flechas a la espalda.
Yoongi lo tomó de la cintura y realmente sintió que su respiración se quedaba atascada, se apoyó de los hombros de él y saltó para poder acomodarse en el caballo, acto seguido Yoongi se encontraba detrás de él haciendo correr al sangre pura por los terrenos hasta llegar al castillo, aunque claro está que no se libraron de unas cuantas gotas.
Y ese fue uno de los momentos en los que ambos descubrieron que los abrazos y las risas no eran suficientes para sus alocados corazones.
Vestimenta del duque de Peterborough, Park Jimin.
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De época - YM
FanfictionUn matrimonio conveniente, un amor así solo los había llevado a una historia... De época. Mini-Fic de 9 capítulos cortos.