Quisiera tener algo contigo (Cancelado)

9. Arrebato

Esta se acerca y da dos golpes al ventanal justo frente a ella. Logrando así sobresaltar a la joven pacíficamente dormida.

Alya prende su luz de noche, completamente acelerada por el miedo, para comenzar a girar su cabeza de un lado a otro mientras intentaba alcanzar sus lentes.

—¿Mari?— pregunta tras colocarse su marco. Alya se levanta de su cama, se calza sus pantuflas y se acerca a abrir la puerta que daba hacia su balcón —Son las...— gira la cabeza hacia su reloj —¡¿Seis de la mañana?!— espeta sobresaltada.

Ladybug suspira y se destransforma —Tuve un percance durante el patrullaje, por eso la hora. Además, se supondría que debía de estar en tu casa por el fin de semana. Recuerdas el evento caritativo ¿Cierto?

—Podrías simplemente haber dicho que iríamos juntas como civiles, pero en realidad...— Alya se detiene a pensar un segundo para después abrir los ojos de par en par —Marinette, ¿Qué mierda es un percance para ti?

La agotada pelinegra sólo levanta un poco su blusa para dejar ver el pedazo de gasa en su costado derecho —¿Puedo sólo quedarme a dormir?— le pregunta con sus ojos entrecerrados —Ha sido una larga madrugada.

Alya se vuelve a acostar para hacerle espacio a Marinette en la cama, la cual se desvaneció al instante.

.......

La pelinegra siente un pequeño zarandeo molesto, para gruñir en un intento de detener ese molesto movimiento.

—¡Niña! ¡Despierta ahora mismo!— ordenó Alya decidiendo quitarle la almohada sin piedad.

Exaltada Marinette levanta su cabeza para encontrarse con la mirada juzgante de Alya. Ella rápidamente apuntó hacia el corte descubierto de la pelinegra; la cual, al darse cuenta, se bajó de un tirón la camiseta para sentarse en la cama exaltada.

—¡¿Qué rayos te sucedió, Marinette?!— preguntó entre bufidos mientras señalaba la deforme herida.

La nombrada se levantó de la cama para alcanzar su celular, el cual estaba descansando sobre la cómoda de Alya.

—¿Por qué destapaste mi gasa? Ni siquiera me preguntaste— se quejó amargamente tomando su celular —¡¿Las once de la mañana?!— espetó confundida para un segundo más tarde, cerrar sus ojos lentamente y suspirar exhausta —Trece llamadas perdidas más 32 mensajes de Kagami y 7 mensajes de mis padres.

Alya la miró haciendo una mueca para después negar con la cabeza —¿Sabes? No pienso opinar. Iré a buscar gasas y desinfectante— dijo para salir de la habitación algo derrotada.

Marinette teclea el número de Kagami para esperar pacientemente a que conteste la llamada.

—¿Hola?— se escuchó del otro lado de la línea.

—¡Kagami! De verdad que no he podido hablarte, no era mi inten-

—Después de la noche que pasamos me ignoras un día entero.

—De verdad que no era mi intención, si pudiera disculparme mil veces yo-

—Te estaré esperando en el parque en una hora.

*Bip* *Bip* *Bip* *Bip*.

Colgó...

«¿Realmente se lo tomó tan mal?» Pensó la de coletas.

—Sólo tengo alcohol— dijo Alya apareciendo por la espalda de Marinette, logrando exaltarla.

La pelinegra suspiró para llevarse la mano derecha a su herida —Vayamos a mi casa.

...

Alya terminó de pegar la gasa, haciendo que Marinette por fin se pudiera levantar de la cama para cambiarse.