Quisiera tener algo contigo (Cancelado)

11. Cartas

⚠️¡Aviso!⚠️: Wattpad se volvió loco y me aparecía sólo mi antiguo borrador del capítulo, así que lo vuelvo a subir por las dudas. Por suerte tengo una copia de seguridad para cada cosa que escribo. Pueden continuar leyendo :)

Marinette, sin hacer ruido para no despertar a nadie, sacó sus galletas del horno de la panadería e inmediatamente las despegó sin esperar a que se enfriaran y las metió en una bolsa de papel, para subir corriendo hacia el apartamento de sus padres.

Entró al baño para tomar una vela mediana, salió y subió las escaleras a su habitación pisoteando la madera desgastada. 

De su cuarto tomó algunos papeles, cerillas, lápices y una antigua manta, para enseguida transformarse en Ladybug y salir por la terraza.

Con una expresión de seriedad recorrió todo el camino, para ser la primera en llegar al clásico edificio donde empezaban cada día el patrullaje.

Desplegó aquella vieja manta en el suelo para colocar la vela en el medio y la bolsa de galletas a un lado. Puso los papeles debajo de la bolsa para que se sujetaran y prendió un cerillo para acercar la flama al pabilo, logrando así que este también comenzara a quemarse más lentamente.

Chat llegó justo cuando Ladybug terminaba de alejar el cerillo de la vela tras lograr que esta se encendiera.

—¿Con que el viento trajo a un gato callejero?

—Supongo que hice bien en acicalarme ¿Sabes?— lamió el dorso de su mano como si fuera un gato y acarició uno de sus despeinados mechones de pelo.

—Siéntate, Chat— suscitó Ladybug señalando con su palma hacia arriba el lugar que estaba frente a ella. Chat, tarareando, acató las órdenes de la superheroína. Sentándose enfrente de ella —Estoy segura de que aceptarás mis queridas galletas— afirmó mientras le extendía la bolsa de papel.

—Sería un pecado no hacerlo— admitió mientras tomaba una galleta entre sus dedos para darle una primera mordida —Dios Santo, tienes manos de ángel— aseguró con una expresión casi orgásmica.

—Dudo que sea para tanto— alegó desviando su mirada.

—No lo hagas— le exigió el superhéroe terminando de tragar —Por cierto, no es que me queje, pero... ¿Qué es todo esto?

—Estuve pensando que eres la única persona que podría entenderme, así que debería dedicarte más tiempo.

—Deberíamos dedicarnos más tiempo, Bug— corrigió mirándole directamente a los ojos.

Ladybug negó con la cabeza para volver a mirar su mirada —Traje algunas hojas y lápices, planeé que las usáramos para dedicarnos algo el uno al otro. Un dibujo, una frase o lo que sea que se te ocurra. Luego podemos quemarlo en la vela para eliminar pruebas.

—Me resulta una genial idea— Chat toma una hoja y un lápiz para correr a apoyarse en la ventilación del edificio —¡¿Podemos comenzar?!— vociferó animado. Él mantenía una pequeña sonrisa de emoción en su rostro similar a un niño pequeño.

Ladybug también agarró un papel, pero esta decidió sólo apoyarse en el suelo —¡Ahora sí!— contestó.

Tranquilamente, ambos comenzaron a plasmar lo que sentían em aquellos papeles.

La superheroína comenzó dibujando un gato negro sentado y mirando hacia el frente con una feliz sonrisa, pero en la punta de su oreja derecha colocó una mariquita.

La pelinegra se detuvo unos segundos a observar su dibujo detenidamente. No demostraba algo en concreto, era muy subjetivo. Debajo de este escribió: “El gato y la mariquita: dos opuestos contra la naturaleza. La creación y la destrucción: dos opuestos contra la física. Chat y yo: dos opuestos... no tan opuestos, pero ambos contra la naturaleza, la física y el mundo”.