𝑽𝒊𝒏𝒈𝒕-𝑺𝒊𝒙

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Hoy se había despertado aún cuando estaba oscuro, eso llenó su cuerpecito de temor, pero la incomodidad en su pechito era mayor que el miedo.

La solución obvia era llorar, y eso fue lo que hizo, soltó un estruendoso chillido.

Pudo ver como su papá se levantaba de la cama, pero mamá seguía dormido.

-¿Qué sucede Jules?- Louis habló adormilado, mientras se flotaba un ojo, lo tomó en sus brazos y lo arrullo.

Pero él no quería dormir, algo lo estaba molestando, poniéndolo inquieto. Pero se sentía cansadito, pronto la creciente humedad en su pantalón lo alteró más.

-Oh carajo Jules- Louis comenzó a maldecir en voz baja -Llevabas muchos días sin accidentes.

Y él lo sabía, lo había estado haciendo bien, lo podía ver en la cara de su madre, cada día que lo despertaba con muchos "bisitos" y lo felicitaba.

El recuerdo lo había hecho llorar aún mas fuerte, quería a su mamá ahora.

-Vamos cariño deja de llorar, despertarás a todos, anda mejor vamos a darte un baño.

Louis lo llevó hasta la regadera y le quitó la ropa para bañarlo rápidamente, empezaba a hacer frío en estos días. Cuando lo terminó de duchar lo enrollo en una toallita de pato, que Harry le había regalado.

-No te muevas por favor, me bañaré rápido- lo dejó sentado sobre la tapa del baño.

Veía sus piesitos, eran pequeños, ó eso decía mamá, le gustaba cuando H le daba bisitos en sus pies, daban cosquillas.

Oh su mamá, lo extrañaba.

Un puchero se comenzó a notar en su boquita, empezando con su llanto silencioso.

Cuando su papá salió, ni siquiera se percató de que Jules estaba llorando, solo se enredó una toalla en la cadera y cargó a su hijo para salir del baño.

Se sorprendió de ver la luz encendida del cuarto y aún más ver a Harry sacando ropa del armario.

-Cariño, ¿Qué haces despierto? Vuelve a dormir - Harry giró en su dirección, su gran y enorme vientre mostrandose debajo de la pijama del chico.

El lobezno de H había crecido de una manera significativa, ahora era imposible de ignorar, el delgado cuerpo del omega lo hacía resaltar aún más.

Ambos alfas se sorprendieron cuando Harry le gruñó a Louis -¿por qué mi está cachorro llorando e incómodo ?

Harry se sentía molesto y quería que ya sacaran a su cachorro de su interior, no lo soportaba más, su espalda dolía como el infierno y sus piernas estaban acalambradas la mayoría del tiempo, parecía una enorme ballena.

Extraba su cuerpo bonito de antes, le quedaba claro que seguía teniendo un físico lindo, pero su confianza en si mismo ya no era la misma.

Esas enormes y rojas estrías que habían salido en sus muslos y en la barriga, lo aterraban. Había pensado seriamente en ir al psicólogo, justo como Camille.

-Mamá- gimoteó Jules, quería que Harry lo cargaba, se sentía mal.

–Oh brillito, ven, vamos a vestirte y luego dormiremos un poco más – se lo arrebató a su padre de los brazos con un gruñido –Tu ropa esta ahí –le dijo a Louis.

Mamá le puso su cremita, y el ¿Cómo se llamaba? Oh si, perfume; le puso una nueva pijama y le cepillo su cabello.

–¿No te gustaría cortarlo?– le preguntó harry a su hijo, su cabello ya era muy largo, le llegaba abajo de los hombros.

"Lovie" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora