Capítulo 9 - Ésta es mi historia

30 9 8
                                    

Capítulo IX

Nota: Esta parte de la historia será contada por el narrador, puesto que en esta etapa Gustav cuenta con 8 años, y sería difícil describirlo de esa forma.

Gustav

Saben? La escuela es el peor lugar del mundo, es decir, es la etapa para hacer amistades y empezar a socializar.

Para Gustav no fue más que un infierno, una tortura en vida, él desde que entro a la escuela destaco en todos los cursos, sus maestros y maestras lo denominaban "niño prodigio" por ser muy avanzado para su edad.

Gustav vivía junto a su madre Beatriz en una iglesia, el sacerdote de este lugar les brindo ayuda luego de la tan inesperada llegada de Bea al país, ella y Sara no tuvieron ningún tipo de comunicación desde 1993.

...

Era Lunes, uno se los peores días de la semana, mejor dicho, el peor, ya que en este día todas las neuronas tenían que estar en funcionamiento, luego de un largo reposo de sábado y domingo, pero para Gustav esto no era problema, para el fue muy sencilla la etapa de estudios, a decepción de las personas de su entorno.

La primera hora tocaba clase de artes, con la maestra Spilman, de manera que Gustav destacaba en sus clases, era igual en artes, tenía una habilidad sin duda especial para crear manualidades y para pintar.

—Mis niños! Están listos para empezar a dibujar?— la maestra entro con toda la energía posible.

Mientras aquella señora de baja estatura y cabello corto había salido a buscar las pinturas y pinceles para los niños y niñas, algo terrible para el pequeño Gustav sucedía en el salón de clases.

—Oye cerebrito! Otra vez harás una de tus tonterías?— aquel niño que molestaba a Gustav, no solo fue cruel con sus palabras, si no también acompaño estas con un empujón, el cual hicieron caer a Gus.

—Yo... yo...— las palabras de Gustav eran pronunciadas con temor.

—Yi... yi... ahora eres tartamudo?— que crueles podían ser los niños.

—Edmund! A tu lugar!— por fortuna la maestra había llegado.

—No creas que te dejare tranquilo cucaracha!— para tener 8 años aquel niño no media sus palabras.

Pronto todos volvieron a sus lugares, sin embargo Gustav se encontraba solo en una de las mesas del fondo, esto no era ninguna sorpresa, él no tenía amigos más que uno imaginario que él llamaba "Gabriel".

Las clases de arte habían culminado, era tiempo de receso, Gustav solía sentarse en un rincón del patio, acostumbraba comer un sándwich de pollo, o de cualquier otra cosa menos pescado, su mamá preparaba estos, pero no soportaba ver aquel animal marino.

—Oye! Pavito! Por qué estas solo? Ah es verdad, no tienes amigos—  Edmund nunca se encontraba solo, lo acompañaban dos niños más, lo sé, típica historia americana.

—De... de... déjame en paz Edmund— los tartamudeos fueron notorios, cada que Gustav tenía miedo no podía evitar cometer este acto.

...

Gustav se encontraba en casa almorzando con Bea, el unico momento en él que podía estar tranquilo era estando en su casa, Bea nunca lo dejó, a pesar de que ella no supiera de lo que sufría en su escuela, nunca dejaba de darlo amor y cariño, algo divino para Gustav, luego del martirio del colegio de todos los días, el encontrarse en casa era para él un descanso se la realidad.

10 años de Gustav

A pesar del paso del tiempo, la escuela seguía siendo la peor pesadilla para Gustav, Edmund seguía dándole el mismo trato, las mismas palabras hirientes, y la misma falta de compasión alguna.

—Cerebrito! Que me trajiste de comer?— Edmund se acercó hasta donde estaba Gustav.

—No... no... no traje nada para ti— al parecer Gustav había decidido enfrentarlo y dejar de temer.

—Te crees el valiente? No conmigo!— a pesar de ambos tener 10 años Edmund no tuvo piedad alguna, soltando un golpe hacía Gustav, dejando morado uno se sus ojos.

Está vez era imposible que su madre no lo note, a la salida Beatriz fue a recoger a su hijo, al divisar el golpe en Gustav, empezó a preguntarle lo que había pasado, sin embargo él no le daba razón alguna, Bea sin dudarlo 2 veces decidió quejarse con la directora del colegio, expresando su disgusto sobre la falta de seguridad y supervisión que existía en el plantel.

Si existía algo que caracterizaba a Gustav, era su aún amistad con el ser imaginario, ya era lo suficientemente grande como para dejar eso, no creen? Aunque era en cierto modo comprensible, ninguna persona real se acercaba a Gustav para entablar una amistad con él.

Conforme pasaban los días, Beatriz notaba ciertos cambios de humor repentinos y extraños comportamientos en el menor, al principio no le dio importancia, y creía que era parte de "la edad".

Letras de Venganza [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora