Capítulo 20 - La búsqueda

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Capítulo XX

Escritor

Pasaron 2 años desde lo sucedido, Gustav sigue prófugo, Bea, Aury, Sara y Charlotte fueron liberadas, claramente su vida no sería la misma, todo cambio, se dedicaron a formar esta nuevamente, a tratar de superar lo ocurrido, sin embargo, Gustav dedicó esos 2 años en encontrar la manera de seguir vivo, encontró un estudio abandonado dentro de unos callejones, en una zona oscura y con humedad, no era nada agradable pero para Gustav era suficiente, encontró la manera para alimentarse, encontró la manera de subsistir, no como él quería antes de todo lo ocurrido, pero al final de cuentas, lo tenía.

Gustav

Primero tengo que hacer mi lista, lo sé, un poco absurdo no?, pero quería tener en claro con quienes iba a vengarme, google sería mi fuente para tener la dirección e información de todos, Facebook aportaría en esto, solo quedaba trabajar, dar marcha a esto, y comenzar de nuevo.

Edmund Smith, tú serías el primero, me lastimaste en el colegio, tanto física como psicológicamente, crees que voy a dejar todo eso así? Por supuesto que no, ahora yo te iba a hacer sufrir.

Ingrese a la página del colegio, para tratar de averiguar unas pocas cosas de esto, había encontrado una computadora en el estudio que encontré, no era moderna pero su aún funcionamiento me sorprendió, mi búsqueda sobre información continuo, con esperanzas de encontrar algo importante, vaya que fue así, no pudo graduarse, sus notas eran un desastre, pero que habías hecho con tu vida, sabía que no iba a encontrarlo así, pero tenía conocimiento que estas peor que yo, o eso creo.

Me vestí con un largo abrigo de tela negra, un sombrero del mismo color, y tome una pequeña cuerda, inserte una esfera del tamaño de una canica para que esta diera vueltas, eso representaría la maldad y la perversidad del mundo, el como da vueltas y no cesa, y nada terminaría con esta, por miedo y por temor, por eso mismo tenía que hacer justicia con mis propias manos, y haré que esa maldad que perturbó mi vida, se detenga.

Salí del lugar en donde me encontraba, hacía frio, estaba nublado y había poca gente, no acostumbraban salir en este clima.

Camine hasta la estación de buses, mi destino? New York, iban a ser unos 340 kilómetros aproximadamente, no lo sé, al subir al bus, tomé asiento pegado a la ventana, el vehiculo avanzo y yo me apoye en donde estaba, la lluvia empezó a caer como si fuese una película de Hollywood, en mi mente pasaron todas las escenas las cuales me hicieron cambiar, a ser quien soy yo, muchas personas pagarían esto, Alexandre Bernard, asesino de mi padre, Dra. Abigail, Dr. Frederik, van a sentir todo lo que me hicieron pasar esos 5 años, si alguien más decidió lastimar a alguien que amo, sentirá lo que es la muerte.

El carro frenando bruscamente me despertó, habíamos llegado, me bajé del bus y caminé, caminé con rumbo fijo, un lugar determinado, no debía de socializar mucho, estaba siendo buscado por casi todo los Estados Unidos.

Estaba parado frente a la puerta, en aquel día nublado, me acerque hasta el porche para luego dar unos golpes a la puerta con delicadeza, minutos después esta se abrió, la desgarradora mirada de aquella señora pidiendo auxilio se asomo por la puerta.

—Quién es?— una delicada voz temblorosa salió de ella.

—Usted es la madre de Edmund Smith?— cuestione cauteloso y ella confirmo con su cabeza —puedo pasar porfavor?

Ella negó rotundamente y cerro la puerta enfrente mío, algo raro ocurría dentro de esas cuatro paredes, volví a tocar la puerta pero esta vez un hombre alto y robusto la abrió, a diferencia de la señora este presentaba una mirada llena de odio, sus puños con sangre apenas visible y tratando de tapar la entrada.

—TE QUIERES LARGAR?!— aquel hombre grito, yo me acomodo el sombrero, levante una mirada amenazadora y hable sin temor.

—No le avergüenza ser un cobarde?— la mirada del señor se llenó aún más de odio, alzando su puño para darme una golpiza, sin embargo un grito "DETENTE" salió de adentro de la casa, aproveche aquel momento en el que el hombre volteo, me adentre a la casa sin miedo a recibir un golpe de parte de él, pude divisar a un indefenso Edmund tendido en el suelo con la bica ensangrentada, su madre sentada a su lado tratando de ayudarlo, ahora conocía el motivo de su comportamiento, su padre era un abusivo, un cobarde, y un monstruo, como aquellos con los que viví cinco años.

Sentí su respiración por detrás, la mirada de Edmund se encontró con la mia.

—Gustav?— lleve mi dedo índice a mi boca, indicando que guardara silencio, saqué la misma navaja con la que le quité la vida a Roger, la sujete con odio y la apunte en el cuello del padre de Edmund, las sirenas empezaron a sonar, alguien había llamado, al voltear vi a la madre de Edmund con el teléfono en mano y a él mirándome con desprecio y rencor, aveces la gente no necesita de nuestra piedad, de nuestra ayuda, y de nuestra gentileza, las personas no cambian, las cambian, pero si no pueden hacer eso, lo mejor es darle una pequeña lección, sin embargo la humanidad había desaparecido de mi vocabulario.

Con mi navaja hice pequeños cortes en el brazo del señor, mientras lo miraba y pronunciaba —lastima me da su familia...

Fui hasta la cocina, prendí las hornillas dejando que el gas tome poder en la casa, camine con cautela a la puerta, voltee a mirarlos, saqué unos cerillos de mi bolsillo y fue cuando ellos se dieron cuenta de la vida que llevaban, ojos que suplicaban piedad, llanto que pedía auxilio a gritos, pero así es la vida, debes de saber con quien convives, prendí aquel cerillo y lo tire sobre la alfombra, salí de la propiedad y a unos pocos metros el fuego y gas liberado en la casa, hizo efecto, aquella construcción empezó a incendiarse con ellos dentro, mis pensamientos estaban en paz, solo eran un estorbo para la sociedad, así como muchos otros...

Letras de Venganza [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora