Cap 1. -Se necesitaba a una tonta...-

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Luz se atrevió a espiar un poco por entre los hombros de los carreros betas, antes de esconderse detrás de ellos, secó ambas palmas de las manos en su vestido de segunda mano y le dijo a Hunter que le avisara cuando pareciera ver a Amity en el almacén.

- ¡La veo! -gritó Hunter, estirando el cuello mientras Luz trataba de desaparecer dentro de la carreta.

- ¡Oh, no! -se lamentó en un susurro.

- ¡Hay una mujer afuera! -dijo Hunter, excitado.

- ¿Es ella? ¿Piensas que es ella? -murmuró Luz, nerviosa.

- Todavía no lo sé, pero mira hacia aquí.

- Hunter, ¿estoy bien?

Hunter miró el llamativo vestido azul con falda de volantes fruncidos. No le gustaba demasiado. Dejaba ver una buena parte de los senos de su hermana, aunque Luz había tratado en lo posible de ajustar el escote con unas pinzas para que quedara más decente. Pero el alfa contestó:

- Estás bien, Luz.

- Me gustaría tener un sombrero -dijo Luz, pensativa. Se alisó distraídamente su cabello rebelde, con lo que consiguió que ese defecto se hiciera más obvio.

- Tal vez te compre uno. Ella lleva uno puesto. Es una gorra pequeña y rara.

- ¿Qué... qué más? ¿Cómo... cómo es ella?

- Se le ve bastante alta, pero no puedo ver bien. Tengo el sol de frente.

Luz cerró los ojos. Sostuvo las manos apretadas entre las rodillas y deseó saber rezar. Se hamacó de adelante hacia atrás; luego, con decisión, volvió a abrir los ojos e inhaló profundamente sin poder evitar un temblor en el estómago.

- Dime cómo es apenas puedas distinguirla mejor -murmuró. Uno de los betas escuchó el murmullo y se volvió, curioso- ¡Siga conduciendo! -dijo ella de mal humor, haciendo un gesto impaciente con la mano, y él volvió la mirada al frente, riendo entre dientes.

- ¡Ya la veo! -exclamó Hunter-. Se le ve que es algo fornida, usa camisa blanca y breeches oscuros metidos dentro de las botas y...

- No, ¡su cara! ¿Cómo es su cara?

- Bueno, no puedo ver desde acá. ¿Por qué no miras tú misma?

Entonces, también Hunter se sentó para que la alfa no lo notara observando cuando se detuvieran.

En el último minuto, Luz le advirtió:

- Recuerda, no digas quién eres hasta que yo haya tenido la oportunidad de hablar con Amity. Trataré de que se acostumbre un poco a mí antes de que tenga que acostumbrarse a ti.

Se sacudió la falda, miró luego su pecho y apoyó allí una mano temblorosa, esperando que Amity no notara la porción de piel que quedó al descubierto cuando se había cambiado de vestido.

Hunter tragó con dificultad, haciendo resaltar la nuez de Adán en su cuello joven y delgado.

- Buena suerte, Luz -dijo, pero su voz se quebró como le ocurría con frecuencia últimamente. Por lo general, estos falsetes inesperados los hacían reír, pero en este momento ninguno de los dos se rió.

Cuando la carreta se acercó, la alfa se preguntó, de pronto, qué hacer con sus manos. ¿Qué pensaría su Luz de esas manos pequeñas y torpes? Las metió en el bolsillo, palpó sus cartas y aprisionó una de ellas como si fuera una tabla de salvación. Sintió los oídos invadidos por el sonido que hizo al pasar saliva. Ya podía ver con claridad a los dos conductores. Detrás de ellos, otras dos cabezas se sacudían, y Amity fijó la mirada en una de ellas, tratando de distinguir el color de cabello. Olfateó un poco el aire y se percató de dos olores peculiares.

¿CÓMO PUEDES CONOCER EL AMOR? -LUMITY ADAPTACIÓN - OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora