LA APUESTA ( JK & TN ) 💜

5

JUNGKOOK

—¿Irás a la fiesta? —el rostro de Lisa está sobre mi pecho y me lo pasea con su uña haciendo círculos.

Nos encontramos desnudos y tendidos en su cama. Sus padres no están en casa.

—¿Cuando me he perdido yo una fiesta? —la volteé hasta que quedó en el colchón debajo de mí, le abrí las piernas con mis rodillas.

—¿De verdad Jeon? —sonrió mordiendo su labio.

—De verdad Lisa, ¿No quieres una segunda ronda? —le pregunté y le empecé a lamer uno de sus rosados pezones. ¡Joder los tiene perfectos!

Sin cabeza en lo que más pensar lo llevé a mis dientes.

—¡Ah!, que me haces daño idiota —me empuja para subirse encima de mí a horcajadas.

Su pelo rubio, que huele a putas lilas, se pasea por mi cara. ¡Mierda! ¡Como me pone eso!

Me besa fuerte y me lame después el cuello, luego mueve sus caderas para frotarse conmigo. Está mojada y yo muy caliente.

Con las manos en mi pecho echa su cabeza hacia atrás cuando ya tiene mi polla insertada en su jugoso coño.

—Joder Lisa, vas a por todas —decido girarla porque necesito llevar las riendas de esta mierda.

La penetro con fuerza una y otra vez. Enterrarme en ella como un salvaje es lo que necesito ahora. La cama golpea contra la pared haciendo un ruido que si sus padres hubieran estado en su casa, llamarían a los bomberos.

—Mierda Jeon...no pares.

No iba a hacerlo de todas formas.

—Dime que te gusta.

—Siiiii joder, me...gusta ahh... —dice entre un jadeo que me pone loco.

—Eso es lo que quiero...que te guste...

Y con una explosión me derramo en el preservativo cuando ella grita mi jodido apellido.

Nos separamos respirando con dificultad.

—Me estoy enamorando de tí Jeon.

Abro los ojos impactado por lo que ha dicho.

¡Maldita sea!

No me interesa para nada que se ponga cursi y sentimental. Yo no la quiero, solo lo pasamos bien, eso es todo lo que le daré.

—Lisa, ya te he dicho mil veces que yo no quiero nada serio con nadie, nunca te he mentido con eso —se lo había dejado claro desde que decidimos acostarnos. Nunca le di falsas esperanzas.

—Lo sé —se puso triste— pero es que no puedo remediarlo. Es fácil para mí quererte Jeon.

—¿Quieres que dejemos de vernos? —si seguía con esa ilusión y no entendía la situación, era lo mejor.

—No...no tienes de qué preocuparte, lo entiendo y con tenerte así tengo suficiente —me besó.

TN