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JUNGKOOK

—No puedo creer que haya llegado el puto día que vea como pierdes una apuesta —Yoongi se ríe de mí.

Sonrío de forma fría como respuesta.

Estamos bebiendo, rodeados de gente que va a su rollo. Que se divierte y que no piensa en el futuro, al igual que nosotros.

—Te equívocas, nunca perdí en nada, y ahora tampoco lo haré te lo aseguro, la tengo a punto...muy cerca de caer —saqué un cigarrillo y lo encendí—. El problema es... —mi maldito padre era el que me tenía desquiciado y el que conseguía que no pudiera centrarme completamente en ella.

—El problema es... —repitió Yoongi y dejó un momento para seguir— ...que si tú no te la follas, lo haré yo mismo —su risa torcida me reventó el hígado.

De pronto me vi pensando en lo asustada que estaba siempre que intenté tocarla. De cómo se comportaba porque, según me dijo, estuvieron a punto de abusar de ella.

—No vas a tocarla —le advertí con la sequedad suficiente para despertar su interés.

—¿Como dices?

—Es mía —le dejé claro—. Fue vuestra la idea de la jodida apuesta, ahora dejarme actuar en paz.

Su rostro mostró la diversión, pero no replicó más sobre el tema.

TN

—¿Y pusiste su nombre al trabajo de clase? —me preguntaba Tae cuando comíamos un helado en un puesto callejero.

—Sí.

—Sí...¿y ya está? —enarcó una ceja.

—¿Qué más quieres que te diga? —me salió disparado el enfado que llevaba días soportando.

Lo reconozco, no fue muy inteligente hacerle el favor para como en realidad se comportaba conmigo, y menos entendía esa bipolaridad que tenía tan rara.

—Te está gustando TN —Tae chupó el helado sonriendo y haciendo gran ruido a su paso.

—¿El qué?

Eun Woo reía al verlo succionar de tal forma tan escandalosa. Y yo intentaba entender a qué se refería.

—Jungkook. Te gusta. Mucho.

Yo froté mi cara cansada.

—No voy a contestar a eso —me negaba. No iba a caer en las redes de un tío que estaba acostumbrado a que le mecieran el agua.

—No sabía que eras una cobarde.

—Tae —le dice Eun Woo como advertencia—. Terminaréis peleando.

—Es que no aguanto que se mienta a sí misma tan descaradamente —le contesta mi amigo con medio cabreo.

—Es su vida no la tuya.

—Chicos sigo aquí por si creéis que me he ido —los molesto para que me miren.

—Perdona pero ya estás calladita y dejándonos con la conversación a nosotros, porque tú has dicho bien claro que no quieres hablar del asusto —me espeta mi idiota amigo y yo me pongo tensa.

LA APUESTA  ( JK & TN ) 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora