Capítulo Tres; Luz Verde, Luz Roja (Pt. 2)

1.4K 137 4
                                    

"Pum"

Un ruido sordo hizo que nos quedáramos helados. ¿Qué ha sido eso? Ha sonado como un...

-Disparo - terminé mi frase mental en voz alta. Ahora mismo, mi mente se había quedado en blanco, no podía ver el frente y la duda me estaba comiendo la cabeza. Íbamos a seguir jugando, ¿no?

Y el juego siguió.

-LUZ VERDE - volví a correr otros diez metros. A este paso, creo que podré alcanzar la meta a tiempo. - LUZ ROJA.

Silencio, como estatuas.
Pasaron unos segundos y la muñeca pasó su mirada por todos nosotros.

"Pum"

Un segundo sonido vino de la delantera. ¿Qué estaba pasando allí? Todo es muy raro y me estresa no saber lo que sucede a mi alrededor. A lo mejor si levanto un poco la cabeza....

-¡AAAAHHHHHH!








No sé cuanto tiempo pasó; unos segundos, unos minutos o más tiempo incluso. Allí estaba yo, a cuatro patas, en en suelo, rezando a lo que fuera que estuviera allí arriba. Todo pasó extremadamente rápido.
Disparos, muchos disparos, y sangre por todos lados. Justo a mis ojos yacía el cuerpo de una mujer, sus ojos sin vida, en los que pude distinguir un par de lágrimas, me miraban fijamente, con la expresión de terror más sincera que había visto en mi vida. Esa mujer quería vivir desesperadamente, pero el disparo situado en el centro de su cuello no le permitió ese deseo. Decenas de cadáveres a mi alrededor empezaban a desprender ese olor tan desagradable. El olor de la muerte. Luché, y luché intensamente para no vomitar.
Esto no podía ser real. Una pesadilla, eso es, todo esto es una pesadilla. Cuando abra los ojos estaré en.....

-LUZ VERDE - da igual cuanto lo pensara, no podía pensar en ninguna situación que me hiciese despertar. - LUZ ROJA

Mi vida de por si, ya es una pesadilla.

-LUZ VERDE - me levanté y, tambaleándome, conseguí avanzar, no más de dos metros- LUZ ROJA.

Me detuve. ¿Pero qué?
Mi mirada fue a parar al jugador 001, quien a pesar de su avanzada edad caminaba entre los muertos como si no fuese la gran cosa. ¿Será por su experiencia en la vida? No lo tenía claro, pero ese señor había entendido que quejarse no iba a ayudar en nada.

Disparos. Más jugadores eliminados.

Me fijé en la meta, esa línea que separaba la vida de la muerte de forma tan sutil y, a la vez, tan aterradora. Iba a necesitar acelerar el paso si no quería acabar como los demás.

-LUZ VERDE - todo el mundo empezó a moverse, seguidos por la determinación del anciano. - LUZ ROJA.

Esta vez, pude seguir mi ritmo de 10 metros. Otro disparo. Cerré los ojos del susto y esperé que un escalofrío no contase como movimiento. Seguía viva.

Quedaban 2 minutos. Mierda, ahora si que debía darme prisa.

-LUZ VERDE.... LUZ ROJA.





Ahí estaba la línea, la hermosa línea de victoria. Podía contar unos 25 metros y quedaban 30 segundos. Mierda, mierda mierda. Esto me lo ponía muy complicado.
Tenía dos opciones. Jugármelo todo en esta carrera o desear que diese tiempo a otra ronda. El sudor caía por mi cara y los nervios se hacían cada vez más presentes. Y me decidí.

Quién no apuesta, no gana.

-LUZ VERDE - corrí. Corrí sin mirar atrás y dando todo de mí en esos 20 metros. - LUZ... - mierda, ya casi estoy. - ROJA.

Me caí, A cámara lenta podía jurar. Ya está, hasta aquí llegue. Mi vida ha sido... Para que mentirnos, ha dado asco. Pero bueno, supongo que todo ya ha... ¿Eh? ¿Y mi disparo?

Tuve la suficiente valentía para abrir los ojos y observar, para mí sorpresa, que lo único que tenía en aquel campo de minas era mi pie izquierdo. Lo metí rápidamente para adentro y me tiré, poca arriba, observando el cielo. Me parecía más azul que nunca. ¿Es cierto lo que dicen de que en el momento que te encuentras cara a cara con la muerte, es cuando empiezas a apreciar tu vida? No sé si aprecio mi vida pero de verdad estaba aliviada por estar viva. Me cubrí la cara con ambas manos y dejé salir un grito junto a unas lágrimas.



El juego había terminado. Seguía en el mismo lugar donde me tiré un par de minutos atrás. Todos estaban agitados y exhaustos. No podía saber que pasaba en la cabeza de ninguno. Ni siquiera sabía que pasaba por la mía. Acabamos de sobrevivir a una pesadilla y teníamos que recobrar el aliento.




Ya nos encontrábamos todos en la sala de antes, cansados, Nadie hablaba y el miedo caminaba entre nosotros, riéndose de nuestras caras a su paso.

-Me estoy meando.- Pensé para mí misma y aproveché que había un guardia en una de las puertas.

Me acerqué al enmascarado. "Círculo" pensé al ver su máscara. Todo aquí ya me estaba dando dolor de cabeza.

-Baño - fue todo lo que logré dejar salir de mi boca. Tardo unos segundos en reaccionar y me abrió la puerta.

Pasamos por las coloridas escaleras y solo pude reírme. Una risa sarcástica, al pensar que era divertido como todo este colorido y divertido lugar, sea un matadero humano. Llegamos al baño y tras terminar lo que tenía que hacer, me acerqué al espejo. "Menuda cara, doy asco"
Las ojeras y los ojos rojos no eran buena combinación. La cicatriz del lado derecho de mi frente tampoco mejoraba mi aspecto. La acaricié y, aunque no dolía al tacto, sentí ese dolor, como si me lo acabase de hacer. Todos esos hermosos recuerdos se esfumaron cuando llamaron a la puerta. Me acomodé mi flequillo y contesté.

-Ya he terminado, un segundo.

Dicho esto se abrió la puerta. "Este cuadrado ya me está tocando las narices"

-Oye, he dicho un segundo. - silencio- Bah, déjalo. A veces me pregunto si habláis mi idioma.

Intente pasar por la puerta, pero una mano en mi cuello y mi espalda contra la pared impidieron mi acción.

-¡¿ Qué narices haces?! ¿Está esto permitido? ¡Voy a gritar! ¡AH-! - la segunda mano ya estaba en mi boca. Mierda, ahora si me tenía pillada.

-¿Qué haces aquí? - una voz sorda salió del guardia, como un susurro o un lamento.

-¿Perdona? - intenté decir pero su mano seguía en mis labios, apretandolos fuerte, pero suave al mismo tiempo.

-Te he preguntado que qué cojones haces aquí, Hana.

-¿Quién?

Él suspiró y soltó su agarre. Cada vez entendía menos este lugar y su gente. Este sitio va a hacer que gaste el dinero del premio en el mejor psiquiatra del país, porque no creo que esté muy cuerda cuando esto termine.

-Olvídalo. - me miró fijamente y ahí me di cuenta.

-Tú, no eres el soldado de antes... El de antes era un círculo.

No contestó. Solo se dignó a guiarme a la habitación, y no me quejé, no quería hablar mucho que digamos.

Me dispuse a abrir la puerta y una mano en mi hombro me detuvo.

¿Ahora qué?

Me miró de arriba a abajo durante unos segundos, sin decir ni una palabra y se dio la vuelta. Justo antes de salir, escuche algo, pero no creo lo haya escuchado bien.

-Sobrevive.

Cerré la puerta detrás de mi.

Heart Soldier [Squid Game Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora