Capítulo 1; ⭕

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-¿Quiere jugar a un juego conmigo?

Creo haber escuchado bien, ¿juego? Cuántos años cree que tengo, ¿cinco?

-¿Está bromeando? ¿Un juego? De verdad que ya me estoy cans-

No pude terminar la frase. Supongo que el desconocido ya estaba preparado para mi queja, por lo que giró el maletín que llevaba y lo abrió.

-Ostia puta.

Dinero. Mucho dinero. ¿Quién llevaba tanto consigo? ¿Estaba frente a un hombre de negocios o un miembro de la mafia? No lo tenía claro pero era lo último que me importaba.

-¿Me cree ahora, señorita? - sonaba cansado, no de sueño, sino de mí. No puedo culparle, yo también me canso de mí misma a veces.

-Supongo que si, ¿a qué tipo de juego se refiere?

Dicho esto, el hombre sonrió y sacó dos cuadrados; uno rojo y uno azul. ¿No será...?

-Habrá jugado a ddakji alguna vez, ¿no?

Asentí. Aún recordaba parte de mi infancia y este juego estaba en parte de ella. Debo recalcar que siempre perdia contra mis primos o compañeros de clase.

-Hagamos esto. Cada vez que usted gane, le daré 100 000 wones.

-Espere espere. Si giro su ddakji, ¿me dará 100 000 wones? ¿Lo dice en serio?

Esto sonaba irreal, pero mi curiosidad me impidió replicar otra vez.

-Así es. Sin embargo, cada vez que gane yo, es usted quien deberá darme 100 000 wones

¿Qué dijo? No lo sé. Me quedé mirando fijamente esos ddakji y el dinero al msimo tiempo.

-Dejaré que vaya primero, ¿le parece bien?

Asentí rápidamente y me levanté. Hacía años que no jugaba, pero no podía salir nada mal, ¿verdad?

-De acuerdo, vamos allá. - estaba decidida.

-¿Qué color elige?

¿Cuál debería elegir? ¿Azul? ¿Rojo? Cualquiera me valía, el resultado no va a cambiar por escoger un color u otro.

-El azul, mismo.

Y acto seguido me lo entregó en la mano.
Lo tiré. No se giró.

-Mierda

El señor se colocó y tiró su cuadrado segundos después.

Y así es como perdí la primera ronda. Creo que dijo algo de cuando él ganase pero no logro acordarme. Lo miré, esperando que me explicase que debía hacer ahora.

-¿No tiene dinero?

-¿Dinero?

-¿Recuerda lo que le dije? Debía darme 100 000 si yo ganaba.

-Ah, eso, si. - ups

-¿Y bien?

-Verá, me pilla en mal momento y no tengo dinero encima - intenté disimular mi vergüenza con una sonrisa. El señor prosiguió.

-Puede usar su cuerpo para pagar.

Qué.

-¿Mi cuerpo? Maldita sea, sabía que esto tenía truco, quién me manda a fiarme de un hombre con traje en el metro. Escuche, yo-

No pude terminar, y un dolor en la mejilla izquierda se hizo presente. Toqué la zona afectada. ¿Este desgraciado me acaba de golpear?

-¿Qué está-  ?

-Le perdonaré 100 000 por bofetada.

Ahora si que me he cabreado.

-Una ronda más. - le reté y volví a coger mi ddakji, decidida a ganar la siguente ronda.





¿Cuántas rondas llevamos ya? No tengo ni idea, pero la boca llevaba sabiéndome a sangre desde hace 20 minutos. Cogí mi cuadrado y lo tiré. No me lo puedo creer.

-Se ha.... Gi- girado.

-Así es. - me felicitó.

-Se ha girado, ¡se ha girado! ¡Chupate esa! ¡Ahora ver- !

100 000 wones se interpusieron entre el señor y yo.

Ah, es cierto, por eso estamos jugando.

-Gracias. - escupí. Estaba exhausta. Supongo que hoy podré meterme algo en el estómago.

-¿Sabe, señorita? Podría ganar mucho más que eso jugando solo por unos días.

¿Más? ¿Solo jugando? Guardé silencio, esto sin duda me interesaba, podría ser mi última oportunidad para salir de este pozo sin fondo.

-¿A qué se refiere?

-Ji Hana, 24 años. Dejó la universidad por su adicción al juego. Le debe 165 millones a unos mafiosos y no tiene nada en su posesión. -hizo una pausa- Su vida llena de estafas y apuestas puede terminar. Puede recuperar su apartamento, hacer las paces con sus padres o incluso encontrar a esa persona.

Vale. Ahora sí que me estoy asustando. Sin embargo, no contesté, no me fui; directamente no me moví. Ese hombre no se andaba con tonterías, y yo tampoco.

-Le escucho. - le di a comprender que me interesaba su propuesta y este pareció entender.

-Muy bien. - sacó una tarjeta. - si sigue interesada, no dude en llamar. Las plazas se ocupan rápidamente, por lo que si fuera usted no lo pensaría demasiado - terminó con una sonrisa.

Dicho esto se fue en el primer metro que llegó y se esfumó. Se fue de la misma manera en la que llegó, dejando un mar de dudas a sus pies.

Me fíje en la tarjeta.

No preocupé por su falta de diseño

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No preocupé por su falta de diseño. Más bien, lo que me interesaba era el número de la parte de atrás y después de pasar la noche en el primer motel que encontré, marqué el teléfono escrito.












-Qué frio, por dios.

Aquí estaba, a las 2 de la mañana, esperando a la supuesta furgoneta que me iba a recoger para llevarme al sitio del juego. No se si es muy seguro que una chica se suba a la furgoneta de un desconocido pero, honestamente, no tenía nada que perder.
Pude distinguir una luces a lo lejos y menos de un minuto después la puerta del vehículo se abrió.

-¿Está muy lejos el lugar? - pregunté al chófer.

Giré la cabeza hacia el asiento delantero y solo pude ver un uniforme rojo, y una máscara negra con un círculo blanco. ¿Halloween no pasó ya?

No obtuve respuesta de su parte. Lo único que pudo decir fue mi nombre y una contraseña. "Luz verde, luz roja", ¿que tipo de contraseña es esa?

- Supongo que es un hombre.... De pocas..... Palabras....

Todo se hizo oscuro.















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Heart Soldier [Squid Game Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora