Capítulo 1

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—¿Te encuentras bien?

Jimin suspira profundamente antes de alzar su mirada hacia Taehyung. —Lo estoy. —susurra lo suficientemente alto para que su mejor amigo pueda oírlo.

Traga saliva en cuanto nota el ataúd desaparecer a medida que lanzaban la tierra.

—¿Quieres salir de aquí?

Niega lentamente sin mirarlo, sus ojos están directamente posados en aquella madera donde se encontraba el cuerpo de su novio fallecido: Jeon Jungkook. Se siente incapaz de poder formular otra palabra pues la garganta se le ha cerrado con un terrible nudo; simplemente no puede creer que hace dos días ambos estaban besándose mientras soñaban con irse a vivir juntos después de la universidad.

Todo fue tan rápido. Nadie sabe la verdadera razón de su muerte, la autopsia se fue al camino fácil eligiendo "epilepsia" cuando analizaron el cuerpo de aquél chico grisáceo tendido sobre su cama sin signos vitales. Según la versión oficial, fue que Jeon había tenido cambios en los latidos cardíacos durante un ataque de convulsiones. Había muerto al instante sin ninguna explicación. Su caso se cerró totalmente al encontrar el supuesto motivo.

Jimin se encuentra en una especie de shock cuando nota, desde arriba, un nombre escrito en el ataúd. ¿Qué era eso? ¿Acaso la familia de Jungkook había mandado a grabar algún nombre en especial? Puede leer perfectamente que dice "aequum curatio". Cuando está a punto de preguntarle a Taehyung por el significado, la escritura desaparece como polvo en el aire. 

Definitivamente tenía que descansar, al menos un poco, porque el no dormir de manera adecuada lo tenía alucinando. Sí, solo alucinando.

—Quiero irme. —masculla llamando la atención de su amigo.

Taehyung de inmediato se gira con preocupación, tomándole el rostro con cuidado. Las personas del funeral los miran de mala forma, incluso los padres de Jungkook están mirándolos con sorpresa por atreverse a realizar ese tipo de gestos cariñosos en un funeral. ¿Pero él qué había hecho? Taehyung era su mejor amigo, solo trata de ayudarlo como lo ha hecho en todos estos años. 

—Vámonos a casa, Jimin.

Y el de cabellos rubios asiente una última vez antes de mirar el ataúd enterrado hasta las profundidades más oscuras del cementerio. 

Taehyung lo toma de la mano sacándolo de ahí.

Jimin sigue sin entenderlo, está fuera de sí, como si de alguna forma no pudiera razonar de manera correcta.

Los recuerdos invaden su mente. ¿Por qué nunca se detuvo un poco a analizar las conductas de su novio? ¿Por qué jamás le preguntó si padecía algo? Era algo tan ilógico que Jungkook no le dijera, cosas delicadas como esa deberían saber ambos como pareja, pero no fue así. No se enteró de esa extraña enfermedad hasta que le informaron por teléfono que había fallecido; se sintió tan destrozado.





—Kookie...

No hubo respuesta.

—¡Jungkook!

Al parecer su novio no notaba su presencia en la habitación, estaba sentado sobre la cama observando fijamente la pantalla de su televisión, pero… ni siquiera estaba encendida. ¿Entonces qué es lo que veía con tanto fervor?

—¡Jeon Jungkook!

Y este se giró al instante como si fuera descubierto con las manos en la masa.

Jimin caminó a pasos lentos acercándose hacia donde se encontraba su pareja, y posó sus manos en las mejillas de este mirándolo a los ojos con angustia. —¿Estás bien, Kookie?

—Lo estoy, mi dulce ángel. Es solo que pensaba en algunas cosas. —responde sosteniendo las caderas del contrario, en sus labios se mostraba una sonrisa cariñosa.

—¿Qué cosas? —pregunta de manera bajita, divirtiéndose con aplastar las mejillas de su novio.

—Cosas como que deberíamos casarnos en alguna capilla, sería divertido.

—¿Por qué sería divertido, tonto? Es algo especial. Dios nos casaría. Aunque dudo que podamos casarnos en una capilla, sabes lo que piensan.

—Dios no es el único que puede casarnos, ángel —susurra cerca de los labios ajenos para después darle un rápido beso—. ¿Recuerdas que hay sacerdotes… abogados… y esas mierdas? Cualquiera puede casarnos, puedo sobornarlo con el dinero, sabes que me sobra. 

—¡No me refiero a eso, Kookie!

—Cásate conmigo, Jimin. No me interesa nada si tú estás conmigo.

Y vaya que no le interesaba.







—Jimin, te has quedado anonadado de nuevo, ¿seguro que estás bien con esto? Sabes que puedo quedarme en tu casa si me necesitas.

El rubio niega rotundamente pero en su rostro muestra un gesto afligido; no quiere molestarlo.

—No. Estaré bien, te lo prometo.

—Quieres deshacerte de mí… —resopla Taehyung con demasiada seriedad.

Jimin se contrae volviendo a negar con rapidez. —No, yo… no...

Entonces escucha reír a su amigo.

El universitario suspira un poco más aliviado; no desea causar problemas. A los segundos frunce su ceño cuando vuelve a analizar sus palabras, ¿acaso Taehyung solo bromeaba? Sin pensarlo mucho le brindó un golpe muy leve en el hombro a causa de su mini enfado.

—Era una broma, Jimin —le dice finalmente él con una pequeña sonrisa acogedora en su rostro.

El chico esboza un puchero asintiendo ante sus palabras.

—Llámame si necesitas algo, cualquier cosa, ¿de acuerdo?

—Sí, gracias... Ve con cuidado, por favor. 

Taehyung lo abraza con calidez rodeando su cintura con los brazos, a Jimin no le da tiempo de responder el gesto así que solo se limita a dejarse abrazar. Al final, su amigo le besa en la mejilla por última vez y se marcha a prisa por las pequeñas gotas que están comenzando a caer. 

Una triste lluvia de nuevo.

Jimin se adentra a su pequeño departamento; está tan solitario como lo dejó. Tan solitario sin la presencia de Jungkook. Las flores están marchitas sobre la mesa, están demasiado marchitas para que solo pasara un día; Hoseok se las trajo hace horas atrás. Se quita el largo abrigo oscuro dejándolo por doquier sin tomarle mucha importancia, toma las flores entre sus manos y de inmediato las suelta cuando se topa con una espina muy filosa sobre ellas.

—Auch, Hoseok no le quitó las espinas... —sisea chupando la sangre de su dedo en busca de detenerla.

Un ruido lo pone en alerta.

Los aullidos de un gato se escuchan por el balcón de su departamento, extrañado se acerca lentamente al sitio a pasos cuidadosos. Se lleva una mano a la boca en un intento por parar las terribles ganas de devolver todo lo que comió esta mañana, se aleja casi corriendo y sale por la puerta con prisa.

Algo acaba de comerse al gato de su vecino Seokjin, justo en su balcón. 











DON'T MOVE. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora