Nova Murphy
Un aire tan silencioso, ademán que señala cada rincón de los lugares más hermosos que alguna vez se haya visto en el mundo y una sublime sonrisa te llevan a viajar en el tiempo de las acciones más elocuentes del mundo.
Y entonces, mis pestañas dejan de colisionar con las inferiores cuando el grito de emoción de mi mejor amigo invade por completo mi alrededor de lo que yo había estado experimentando en el Central Park, bajo el crepúsculo de una tarde de verano. Nunca era capaz de poder estar en un lugar relajada cuando Naím Sencler se encontraba rondando a mi alrededor como el acosador número uno en mi vida.
Paso las manos por mi cabello soltando un quejido audible cuando una rama cruje sobre el césped y tengo al insoportable de Naím de pie enfrente de mi con el rostro lleno de entusiasmo. Me levanto del suelo sacudiendo el ceped adherido a mis pantalones y le miro en silencio con una sonrisa llena de incredulidad que me hace enarcar una ceja. Durante todo los años en los que Naím y yo somos amigos, siempre lo conocí lleno de felicidad, con una alegría contagiosa que hasta el día de hoy no soy capaz de entender. Nunca se detiene ante las adversidades, solo les sonríe y hace de cuenta que nada sucedió. Le doy un empujón cuando se acerca con su cabello en un rubio oscuro y esa sonrisa que forma hoyuelos alrededor de sus mejillas, y dentro de esas hipnotizantes facciones se haya un chico soltero abierto a la vida como nunca nadie lo había hecho. Me acerco a él pellizcando sus mejillas con cariño mientras gruñe tedioso separándose de mi para sentarse sobre el césped e invitarme a imitarlo.
— ¡No sabes de lo que acabo de hacer Nova! — exclama emocionado jugueteando con sus manos haciendo que ruede mis ojos totalmente curiosa por saber lo que va a decir.
— ¿No me digas que se te olvidó el pastel? — abre sus ojos como platos y me cruzo de brazos ofendida — ¡Naím quedamos en que tu y yo ibamos a celebrar mi cumpleaños aquí como todos los años! — reclamo viendo la cara conmoción de mi amigo al haber olvidado aquel pequeño detalle pero en cuestión de segundos la cambia y vuelve a sonreír.
— No seas dramática Nova, hay cosas más importantes que un pastel con crema hasta el cielo y pequeño trozo de bizcocho — asegura y me cruzo de brazos. Aunque era verdad que el pastel era más crema que bizcocho no podía dejar pasar por alto que nuestra pequeña tradición quedara en el olvido justamente hoy, el primero de julio, el día en que cumplo tan solo dieciocho años.
— Ajá, ¿Y qué puede ser más importante que mi pastel de cumpleaños número dieciocho? Si recuerdas que acabo de pasar a ser legal y por lo tanto es una fecha en la quiero embriagarme con mi mejor amigo — vuelve a sonreír con una miralla llena de seducción y picardía comenzando a revolver mi cabello desordenado.
De por sí que odio peinarme viene este idiota a dejarme el cabello como un nido de pájaros.
— ¡Agárrate mi amor, porque esto te va a coger más duro que tu ex hace un año! — advierte y sonrio divertida dándole un empujón leve.
— ¡Ya Naím, solo habla de una vez que me estresas! — alza sus cejas divertido y lleva sus manos hacia uno de los bolsillos traseros de su pantalón y me extiende dos trozos de papel sobre la palma de mi mano.
— ¡Compré los boletos para un juego de los Yankees dentro de tan solo tres horas! — lo miro con la boca abierta sin saber que responder, solo suelto un grito audible alarmando a algunas personas que pasan cerca de nosotros y me levanto dando saltos de emoción sin dejar de gritar.
ESTÁS LEYENDO
El Primer Homerun
Lãng mạnNo creía que el amor fuera tan complicado... Hasta que lo conocí a él y supe que desde ese momento nada de mí iba a volver a ser como antes.