Amar a una villana

Capítulo 10

Habían pasado tres semanas desde ese encuentro, nuestra castaña estaba más feliz que nunca y eso no pasó desapercibido por sus compañeros, aunque solo uno de ellos estaba intrigado por saber que era lo que le pasaba.

Kirishima, Bakugo y Denki estaban descansando en la sala de los dormitorios habían tenido un desgastante entrenamiento y a eso nos referimos a que el peli rojo y el peli amarillo habían sufrido varias explosiones por parte de su compañero, platicaban entre ellos hasta que algo desvió la atención del joven explosivo, cierta cabellera verde.

Presto atención a los movimientos de Deku, hace días que no podía dejar de pensar en él, no sabía que le pasaba. Esos pensamientos fueron interrumpidos al notar que el peli verde se encaminaba a la habitación de Uraraka.

(Mente de bakugo)

Tsk ¿Por qué Deku tiene que ir con esa extra?
Nonono ¿Qué estás diciendo Bakugo? No te importa en lo absoluto a donde va ese nerd.

(Fuera de la mente de bakugo)

Kirishima había notado esa acción por parte de su amigo, pero no dijo nada, solo se burlaba por lo celoso que podía llegar a ser ese cenizo.

~Con Deku y Uraraka~

D- ¿Uraraka-san?- Tocaba la puerta- ¿Estas bien?

No iba a negarse que el peli verde había notado que su compañera estaba más feliz que nunca, también noto que el día en que llegaron tarde Uraraka traía una chamarra nueva.

No quería hacerse ideas sin antes preguntarle a su amiga, pero tampoco podía evitar sentirse un poco celoso, tenía en cuenta las veces que la había rechazado pero también tenía en cuenta que necesitaba hacerse más fuerte para poder protegerla.

Un ruido lo despertó de sus pensamientos y por fin vio la puerta abriéndose, una castaña bastante feliz salía de la habitación. Deku estaba feliz de verla brillar nuevamente y su sonrisa lo reflejaba, hasta que vio que usaba esa chamarra misteriosa y por fin se decidió a preguntar.

D- Uraraka-san- La chica por fin le prestó atención- Sé que no es de mi incumbencia pero ¿De quién es esa chamarra?

Noto como la chica se tensó ante la pregunta y se puso nervioso pero aun así siguió firme con su postura. Necesitaba saber de quién era y por qué ella la tenía.

U- ¿Po- porque la pregunta D-Deku? Jejeje – Sin duda estaba nerviosa.
El peli verde saco su mejor sonrisa (Falsa por cierto) y dijo.

D- Solo me dio curiosidad, hace tres semanas llegaste con esa chamarra y cada que sales te veo con ella- Uraraka había notado esa sonrisa forzada y prefirió no contestar ya que se sentía incomoda.

U- Prefiero no entrar en detalles Izuku.- Su mirada fría intimido al chico el cual dejo de preguntar y prefirió salir huyendo.

~En el bar villano~

Twice no podía con los celos, Toga estaba más que pérdida en sus pensamientos y la culpable de eso era cierta castaña.

El enmascarado se sentía feliz por su amiga pero a la vez celoso, no quería compartir a su rubia favorita. Pero la castaña había demostrado ser alguien que merece a su amiga.

Por otro lado aquella rubia antes nombrada seguía perdida en sus pensamientos, los cuales obviamente eran invadidos por una sola cosa, Uraraka.

Suspiraba cada que podía, sus mejillas estaban rojas y sus pupilas dilatadas. Parecía un pequeño gatito emocionado en espera de su dueño, en este caso de su dueña porque si, Uraraka era dueña de su corazón.

Había decidido por fin ir a verla con la excusa de ir a por su chamarra, habían pasado tres semanas entonces ya ansiaba ver a su chica, “su chica” que bien sonaba eso.

Soltó una pequeña risa y salió de ahí, paso por una florería y compro unos girasoles, no sabía porque pero le recordaban a su chica y eso la ponía feliz.

Al llegar a la U.A se escondió en unos arbustos que apuntaban a la habitación de la castaña, por un rato no hubo señal de ella hasta que la vio entrar a su cuarto, se sonrojo al ver como llevaba puesta su chamarra.

Sin hacer mucho ruido subió hasta su balcón y toco la ventana, la castaña volteo y se asombró mucho al ver a la rubia pero no dudo en dejarla entrar, sin antes ponerle seguro a su puerta y cerrar las cortinas, no quería que nadie las interrumpiera.

Al estar segura de que nadie podía entrar se lanzó a los brazos de la chica de ojos dorados, no dudo en enterar su cara en el cuello de la chica, Toga tomo firmemente la cintura de su chica y la unió más a ella.

Ambas estaban embriagadas con la fragancia de la otra, Toga no podía resistirse al olor a fresas y Uraraka no podía resistir el olor a cereza, sabía que la chamarra que tenía también olía a ella pero al tenerla cerca es bastante diferente.