Cuando llegamos a casa mi padre y yo nos dispusimos a ver un poco la televisión antes de que yo tuviera que descansar para mi primer día de clases y él tuviera que organizar su siguiente día estábamos viendo Alicia en el país de las maravillas, la vemos cada fin de semana cuando tenemos tiempo, a mi padre le encanta la fantasía de las películas de Tim Burton, y a mí me encanta ver a Johnny Depp actuando, ver películas con mi padre era el momento que más apreciaba, verlo alegre mientras en sus ojos admiran la fantasía cinematográfica es lo que más me gusta de todo esto, verlo feliz es lo único que quiero.
De repente el sonido de nuestro timbre de la nueva casa nos sorprende a ambos haciendo que nos veamos con una gran incredulidad en nuestros rostros ¿Quién podría ser a estas horas de la noche?, ambos nos levantamos, pero mi padre me detiene.
- Quédate quieta y no te acerques – mi padre siempre ha sido de esas personas que se preocupan demasiado, aunque en esa ocasión lo entiendo, estamos en un lugar totalmente desconocido, a altas horas de la noche y comprendo el miedo que siente así que solo asiento y lo veo como se acerca lentamente a la puerta y ve por la pantalla que está a su lado.
- ¿Qué? - es lo único que escucho salir de su boca mientras veo su cara de confusión, pero despreocupado a la vez, decido acercarme a él para ver quiénes eran, él abre la puerta y reconozco a una de las personas que esta parada al frente de nuestra casa.
- Ah buenas noches queridos vecinos, me llamo Antonelli Fiore –la reconozco de inmediato, es una de las mujeres que se le ha quedado viendo a mi padre en el parque, llevaba un pastel casero a simple vista en sus manos y a sus lados estaban lo que parecían ser sus hijos, eran tres, un niño pequeño con cabello color negro -parecía tener unos siete años a lo mucho- , una chica con el cabello negro y bien recogido en una cola de caballo, parecía de mi edad, y un chico alto, con cabello negro algo largo y ondulado.
- Mucho gusto, soy James Hill y ella es mi hija Ann – le sonríe cordialmente a la mujer y saluda a las otras tres personas que estaban a su lado.
- Sabemos lo cansado que es la mudanza así que decidimos traerle un pastel para que puedan compartirlo – la mujer vuelve a sonreír y se lo entrega a mi padre – es muy amable de su parte Antonelli, muchas gracias por el gesto – dice mi padre sin quitar su sonrisa fingida de su rostro, lo conozco perfectamente para saber que este tipo de cosas lo incomodan bastante, yo solo rio en lo bajo y tomo el pastel de sus manos.
- Oh, pero pasen por favor, afuera hace frio – no era cierto, pero sabía que mi padre no era capaz de decirles que se largaran así que les hace pasar a esos desconocidos de mala gana, pero sin expresarla.
Fui a la cocina a dejar ese pastel ahí y hacer un poco de agua caliente para los nuevos invitados, después salgo de la cocina y me dirijo a la sala en donde estaban sentados todos y me senté junto a mi padre.
No podía imaginarme las ganas que tenia de hacer que se fueran de la casa, pero de pronto alzo mi mirada y doy un pequeño grito del susto.
- Me llamo Luciano – dijo el pequeño niño de ojos negros y cabello castaño.
- Yo me llamo Ann – se lo digo mientras sonrió, nunca he sido demasiado cercana a los niños, cuidarlos o verlos como indefensos nunca ha sido algo que yo haga.
-Vamos mocoso no la molestes – me levanto de mi asiento y veo a la chica, ella era solo un poco más alta que yo, tenía unos ojos color miel que trasmitían tranquilidad y solo luz al verlos, nada parecido a su voz que, aunque esta sea delicada se la escuchaba algo estricta y fría.
-Me llamo Pia y él es Santino – dice la chica señalando al chico que esta aun sentado en el sofá viendo a su madre
– Ya veo que conociste al mocoso, es algo inquieto.
-Si ya lo conocí – sonrió y vuelvo a ver al niño que me choca con su mira, esos ojos grandes y brillantes.
Me doy cuenta que estos chicos no son de Inglaterra, ya saben por su nombre, así que decido preguntarle a Pia de donde son.
- Italia, somos de allá, pero hace seis años que vivimos aquí, mi padre murió así que mi madre decidió mudarse a Inglaterra para olvidar el dolor de la perdida de mi padre –la chica pone los ojos sobre su madre y agita su cabeza en forma de desaprobación – pero parece que de un momento a otro ya se ha olvidado de él
No sabía que decir ante su rostro de desagrado, supongo que en el fondo entendía ese sentimiento, pero no lo suficiente como para intentar consolarla
- Y ustedes ¿Por qué decidieron mudarse?
- Negocios de mi padre –mentí, como se supone que le contaría a una completa desconocida de las infidelidades de Elena, claramente no iba a hacerlo ¿o sí?
Cambie drásticamente el tema para evitar más preguntas personales
- ¿Vas a la preparatoria?
- Si mi último año en preparatoria, ¿y tú?
- Igual, último año ¿en qué colegio vas?
-A la F.I., ¿y tú?
-Aunque suene extraño, aun no se ni a cuál iré –ambas reímos por mi incredulidad y continuamos platicando.
Después de un rato nos la pasamos conversando, Pia me estaba contando de la preparatoria, de sus amigos y de las fiestas a las que suele acudir, fácilmente me acople a su manera de ser y sentía que podíamos ser grandes amigas después de todo.
-Ey! Pia, ya nos vamos – dice su hermano
- Nos vemos mañana Ann, espero que tu primer día sea bueno –me dice Pia mientras me da un abrazo como despedida el cual yo correspondo – claro que lo será –le respondo y ella sale por la puerta.
Parece que todo está empezando a mejorar, me despido de mi padre y subo para tomar una ducha y meterme a la cama, presiento que mañana será un día bastante largo, pero para nada aburrido.
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KONFFISTON
HorrorUn pueblo ubicado en Inglaterra en donde se esconde un gran secreto que muchos piensan que es leyenda, otros una simple historia y algunos creen que es verdad Ann decidida en buscar respuestas se dirige al bosque del pueblo en donde ve algo que no e...
