Capitulo 21. Problemas

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Ante el asentimiento de todos, corrí a los baños por mis cosas y regresé a las gradas con mi bolso.

En mi regreso al campo, pude sentir la mirada de ambos equipos sobre mi, por primera vez, estudiando mi rostro al descubierto.

Simplemente me despedí de ellos con un movimiento de mi brazo y me acerqué a mi familia, notando que nuevamente Mamá hacia una llamada y fruncía el ceño.

Huele a problemas en el trabajo.

—¿Todo bien?—Preguntó Damian en voz baja, para que solo yo lo escuche.—Pasará un tiempo antes de que vuelvas a jugar Béisbol de forma oficial.

—... Aun tengo una oportunidad.—Juego entre mis dedos con la tarjeta del representante.—No me rendiré.

—Eso niña.—Dijo con una sonrisa de lado revolviendo de forma juguetona mi cabello.

Entre risas, me quejé en voz alta y corrí hacía Will, que estaba caminando detrás de mis padres.

Solo me sonrojé hasta que caí en cuenta que, de forma inconsciente, al ir a su ritmo y escapar de Damian, entrelazamos nuestras manos.

No me atreví a soltarlo cuando él desvió la mirada al momento de usar mas presión en su agarre sin llegar a lastimarme.

Rayos, estoy tan avergonzada que no me atrevo a articular palabra alguna, eso esta tan fuera de mi personaje. 

¡Parezco una colegiala perdidamente enamorada! ¡Yo no soy una colegiala!

La felicidad se esfumó cuando varios rayos blancos nos tomaron por sorpresa a mi y a mi familia, rasgando mis pantalones deportivos, mi bolso, los tirantes a juego del traje de Damian y el bolso de mano de mamá.

Shit, here we go again.

—Tenían que hacer su emboscada justamente hoy...—Hablé lentamente, sujetando con fuerza mi bate de Béisbol al mismo tiempo que Will se apresuraba a crear una barrera.—Arruinaron el ambiente...

—Danielle, ten cuidado con...—Damian puso una mano sobre el hombro de Mamá y negó.

Antes de que los tipos con cuernos pudieran recargar sus armas ya me había lanzado sobre ellos, logrando inutilizar su armamento.

¿Who wanna play with mommy... ?Dije en un tono de voz siniestro que les causó escalofríos.

Algunos valientes intentaron abalanzarse sobre mi, queriendo arrebatarme mi bate, pero terminaban inconscientes en el suelo. Otros, mas inteligentes, atacaban en grupos queriendo superarme en numero.

—¿Quién te enseñó a pelear así?—Preguntó Papá.

—¡Detrás de ti!—Gritó Anthony pateando a un tipo en la entrepierna cuando este intentó atacarlos.

Damian lo mandó a dormir de una patada cuando el sujeto cayó al suelo de rodillas.

—Mi hermana me enseñó lo básico.—Respondí, y con una patada barrida inversa derribé a quien quería hacer un ataque sorpresa.

Mamá sacó su paralizador de su bolso y me lo lanzó para rematar al ingenuo.

Con todos los tipos ya inconscientes, los reuní con ayuda de los mellizos en una pequeña montaña para que Will creara un portal para mandarlos lejos.

—Ni lo sueñes.—Comentó mamá al ver mis intenciones de quedarme con una de las armas de los cornudos.

Adiós a mi botín de guerra.

Afortunadamente pudimos deshacernos de los tipos antes de que el tiempo de la barrera se agotara.

Will estaba a punto de quitarla cuando nuevamente se abrió un portal.

—¡¿Ahora qué?!—Pregunté molesta.

Pasaron un par de segundos sin que un grupo de nuevos mercenarios saliera de ese nuevo portal, lo que me extrañó.

Enseguida supe que algo no estaba bien.

Lentamente, del portal comenzaron a emanar... ¿Ramas...?

A un velocidad lenta, pero aun así mas rápida de lo natural en este mundo, las ramas secas de un árbol salían poco a poco del portal.

—Nadie se mueva.—Dije con cautela, sin apartar la mirada.

Solté un jadeo de sorpresa cuando repentinamente la maleza creció en dirección a Will, atrapándolo como si se tratara de una serpiente constrictora estrangulando a su presa. Corrí hacia el, golpeando las ramas secas con mi bate y destruyéndolas con facilidad.

Parecen mas duras de lo que en realidad son, inesperadamente son fáciles de quebrar.

De nuevo, las ramas crecieron en un parpadeo y volví a romperlas antes de que llegaran a tocar a Will.

La tercera vez que esa cosa creció a una velocidad anormal, no intentó atrapar a Will. Sino que comenzó a enrollarse hasta reverdecer, provocando que apareciera un gran capullo que apuntó a donde se encontraban mis padres y los chicos.

El capullo se disparó y yo me puse en medio, lista para anotar otro Home Run.

Sin embargo, al golpearla esta explotó, liberando un humo verde que olía a peonías.

Dispersé el humo intentando respirar lo menos posible, pensando que puede ser algún tipo de espora venenosa o paralizante. Esa cosa, sin darnos un respiro, crece cada vez que Will intenta quemarlo con su magia sin éxito, pues tal parece que la magia lo atrae.

Mierda, falta poco para que la barrera se deshaga, hay que acabar con esto rápido.

No me di cuenta que mi bate resbaló de entre mis manos hasta que lo escuché chocar contra el suelo.

¿Eh...?

Mi visión comenzó a distorsionarse y mi cabeza daba vueltas. Mis parpados se sentían cada vez mas pesados, lentamente también dejé de escuchar lo que pasaba a mi alrededor.

Solo supe que caí al suelo antes de cerrar por completo mis ojos y perder la conciencia.

**

El conocimiento volvía a mi junto con una inusual incomodidad en mis brazos que me hizo fruncir el ceño.

—Hasta que despiertas, dormilona.

Abrí los ojos de par en par al escuchar su voz.

La reconocía a pesar que habían pasado años y su voz había cambiado a una mas gruesa.

La sangre comenzó a hervir en mis venas a punto de ebullición al ver a Dipper recibirme con una sonrisa, pero este era uno mas joven, mejor vestido y con un peinado de lado que dejaba al descubierto su extraña marca de nacimiento.

El no era Dipper Pines, era Dipper Gleeful.

Detrás de él, al otro lado de la habitación estaba Mabel, su hermana. Parada de brazos cruzados y con una expresión seria junto a un Will con lagrimas corriendo por sus mejillas, con la mirada al suelo y con unos grilletes en sus manos igual a los que también tenía yo.

Estaba temblando de miedo, y yo comenzaba a temblar de rabía.



Childhood Friends ||Will Cipher||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora