perfección defectuosa (2) - harry potter

capítulo 24: una razón para luchar

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Los Mortífagos pronto empezaron a salir de sus estados de conmoción y Harry, ignorando las dolorosas protestas de su cuerpo, se puso en acción. Se arrastró hasta el cuerpo de Lucius y rápidamente tomó su propia varita del bolsillo del hombre. Miró hacia atrás y vio a algunos Mortífagos volviéndose hacia Draco, quien no se dio cuenta mientras estaba allí, mirando el cuerpo de su padre en estado de shock.

Harry rápidamente sorprendió a esos Mortífagos y comenzó a lanzar maldiciones a los demás. Rápidamente agarró su capa de invisibilidad y corrió hacia Draco, sin siquiera molestarse en arrojarla sobre ellos, ya que solo los ralentizaría. Agarró la muñeca de Draco y tiró de él, enviando maldiciones por encima del hombro mientras salían corriendo de la habitación por la puerta más cercana.

Harry le rezó a cualquiera que estuviera escuchando para que los ayudara a salir de allí con vida mientras se precipitaba por un pasillo oscuro, Draco corría con él aturdido, todavía en estado de shock. Harry disparó hechizos de congestión detrás de ellos a todo, desde telarañas hasta guijarros, con la esperanza de frenar a sus perseguidores. Estaba ayudando, pero también significaba que Harry estaba mirando hacia atrás, en lugar de al frente.

De repente, Draco tiró a Harry a un lado, golpeándolos a los dos contra una pared mientras la maldición asesina se disparaba por el centro del pasillo. Golpeó al Mortífago más cercano detrás de ellos.

Obviamente Draco había salido de él y agarró la muñeca de Harry, tirándolo hacia adelante un poco agachado. Draco lanzó hechizos a los Mortífagos frente a ellos mientras Harry trabajaba con los que estaban detrás de ellos. Afortunadamente, Draco lo arrastró por un pasillo que se cruzaba y los dos corrieron a toda velocidad mientras Draco lideraba el camino, arrastrándolos por un zigzag de caminos, tratando de ahuyentar a los mortífagos.

Pasaron junto a una pintura de un hombre que llevaba una expresión fría y autoritaria con una placa que decía "Ozymandias".

"¡Sé dónde estamos!" Draco exclamó con inexplicable alivio antes de darles la vuelta al siguiente pasillo. Harry podría haber llorado de alivio.

Se detuvieron de golpe cuando escucharon una voz a la vuelta de la esquina que ordenaba a alguien que vigilara la puerta.

Harry arrojó la capa de invisibilidad que todavía tenía en sus brazos sobre los dos justo a tiempo para que varios Mortífagos corrieran por el pasillo cruzando el de ellos, moviéndose para cubrir todas las puertas.

"Alguien regrese a la sala principal y consiga el cristal y el mapa de este lugar para que podamos seguir la pista de Potter", ordenó alguien. "¡Tenemos que matar a ese pequeño bastardo ahora!"

Tan pronto como pasaron, Draco abrió el camino a través del pasillo, bajo la capa de invisibilidad, hacia una gran habitación. Cerraron la puerta y trabajaron juntos para levitar un gran escritorio frente a ella, la habitación era un estudio muy antiguo que parecía no haber sido usado en años. Los dos corrieron hacia la ventana e intentaron abrirla de un tirón, pero la madera se había hinchado y no se movía.

Desafortunadamente, parecía que la puerta cerrada no había pasado desapercibida, o que alguien había podido hacer un hechizo de rastreo en Harry, porque pronto hubo un Mortífago golpeando la puerta, pidiendo refuerzos. Al parecer, no quería pelear contra los chicos solo, especialmente ahora que tenían varitas.

Harry corrió y agarró un pisapapeles, arrojándolo con todas sus fuerzas a través del cristal. Agarró una pequeña alfombra y la colocó sobre la parte inferior del marco para que no fueran apuñalados por los fragmentos de vidrio que sobresalían de la parte inferior.