07.Eso podría haber salido mejor

102 23 7
                                    

«Eso podría haber salido mejor...»

Pensó Loki hundiendo la cara en la almohada para ocultar el rubor que rápidamente cubría sus mejillas.

Su piel ardía cada vez que recordaba el momento en que dijo aquellas palabras que llevaba reprimiendo desde que fue consciente de sus sentimientos, aprieta los labios para no gritar, en su lugar da unas pataletas.

Soltó una maldición interna, no es que no quisiera haberlo dicho a decir verdad ya llevaba tiempo planeándolo, de hecho, ahora que admitió sus sentimientos se sintió más ligero. Era solo que imagino distintos escenarios y la realidad es que no fue lo que pensó que pasaría.

Conocía a James desde los 10 años, él y Peter se volvieron sus mejores amigos, incluso sus padres se llevaban bien, a lo largo de estos 4 años ambas familias se habían vuelto cercanas por la amistad de sus hijos.

Fue cuando tenía 12 años que se percató de sus sentimientos por James iban más allá de una amistad, no se dio cuenta en que momento sucedió simplemente paso y ya, al principio se negó a reconocer que estaba enamorado, pero no podía tapar el sol con un dedo... Le gustaba observarlo cuando jugaba, o cuando hacían trabajos escolares, su mirada recorría la figura de su amigo cuando nadaban en la piscina en clases de natación, sentía el aguijón de los celos cuando alguna chica se aproximaba coqueta al castaño y disfrutaba ver que James las evadía.

Siempre procuro ser discreto, incluso si eso le hería, pero lo prefería antes que decir la verdad y ver en los ojos de su amigo el asco al saber que le amaba.

Se esforzó mucho, dicho sea de paso, Loki demostró un temple y una fortaleza por no sucumbir ante sus instintos cada vez que se quedaba a dormir en casa de su mejor amigo, más de una noche se pasó en vela observándolo dormir, añorando aquellos labios entreabiertos a la espera de un beso... Una vez casi cedía a su deseo y poco faltó para robarle un beso, pero se contuvo al imaginar el enojo de James, esas noches solo se conformaba con dormir pegado a su cuerpo, incluso a abrazarlo después de todo ¿Quién se molestaría si alguien durmiendo te abraza? Son cosas que suceden al dormir.

Ahora que era un chico de 14 años en medio de sus cambios propios de la adolescencia era que más sentía su amor secreto, esos sentimientos le asfixiaban al punto de hacerlo llorar por no poder amar con libertad, no solo temía el rechazo de su mejor amigo sino el de sus padres, claramente no los papás de sus amigos pues ellos eran una pareja de hombres, temía por la reacción de los suyos al enterarse de que su hijo gustaba de un chico.

Fue debido al estrés que le generaba sus miedos que comenzó a poner excusas para distanciarse de sus amigos, claro que seguían en contacto por móvil o chat, no estaba loco para privarse de su amor platónico, se volvería loco si no le hablaba.

Después de mucho pensarlo se armó de valor y coraje para admitir las cosas, aprovechó ese impulso de valentía que a veces nos da cuando estamos hartos de todo y solo queremos que nuestro sufrimiento termine.

«Soy gay...y ya no soporto tener que callarlo ¡No tengo porque ocultarlo como si yo estuviera equivocado! De una vez diré que nada está mal en mí, las cosas solo sucedieron sin que yo me diera cuenta, me enamoré y sé que amar no significa que deba sufrir, debería ser algo bello y yo quiero poder decirlo abiertamente... claro que estoy siendo egoísta porque ni siquiera sé si soy correspondido.» Soltó de golpe como si fuera una presa desbordándose y con cada palabra se sintió libre, confiado, fue el mismo.

Si bien aquello fue una gran revelación no era algo que no supieran.

—Loki, mi amor ¿Qué te hizo pensar que debías ocultarnos que eras gay? — respondió su madre con los ojos llorosos, estaba orgullosa de su hijo, verlo por fin decir algo que ellos ya intuían la llenaba de orgullo.

Thor y Jane comenzaron a notar como su hijo se volvía cada vez más cercano a ese par de hermanos, no pasaron desapercibidas las miradas o la forma en que se relacionaban, si bien fue algo nuevo para ellos no lo era tanto como para rechazar a su hijo, Loki era su pequeño y lo amaban sin importar lo que él decidiera ser.

No dijeron nada al respecto porque querían respetar la privacidad de su hijo, estaban seguros que una vez que se sintiera listo él mismo se los diría, además aún era muy joven en aquel tiempo, ahora que era un poco mayor las cosas eran distintas.

—¿Lo sabían? — preguntó aturdido el pelinegro.

—¿Qué estás loco por James? — respondió su padre con una sonrisa.

Eso fue lo que provocó que Loki se tornara tan rojo como le fue posible y terminará ocultando el rostro en su almohada, sus padres observaban la escena conteniendo una carcajada al verle en esa situación.

«Eso podría haber salido mejor...No, definitivamente no hay nada mejor que esto, mis padres siguen siendo fantásticos» pensó Loki tratando de recobrar la compostura.

—¿Desde cuándo lo saben?

Preguntó apartando la almohada para verlos, sus padres aun podía notar vestigios de un bonito carmesí en la cara de su hijo.

—Loki, eres nuestro hijo ¿Cómo no podríamos saber las cosas que son importantes para ti? — contestó Jane acariciando la cabellera del menor.

—Desde que tu mirada no se apartaba de su trasero, o como cuando insistías en que se quedara a dormir los fines de semana, también se reconocer la mirada enamorada de una persona cuando ve al amor de su vida.

Respondió Thor provocando que Loki gritara un «¡Para papá! ¡No digas esas cosas vergonzosas!»

—¿Se lo has dicho cariño? — intervino su madre tratando de hacer que su esposo dejara las bromas.

—Aún no... quería primero decírselo a ustedes.

—Gracias por confiar en nosotros hijo. —sonrió la castaña abrazando a su retoño.

—Mamá... ¿Qué pasa si él no siente lo mismo?... no quiero ser odiado...

—Loki, debes saber que nadie debe ser forzado a amar, es algo que solo ocurre y si no se da entre ustedes no pasa nada, llegará la persona correcta.

—Papá es la persona correcta...

—Cariño, estoy segura que así es pero si no fuera recuerda que todos somos libres de amar y por la misma razón debemos aceptar si alguien no siente lo mismo que nosotros.

—Entiendo... pero una parte de mi desea que sienta lo mismo que yo.

—Todo es posible, deja que las cosas fluyan.

—Tomaré el consejo...Papás...

La pareja lo observa con curiosidad.

—¿Qué ocurre hijo?

—¡Gracias por ser mis padres!

Los tres continuaron charlando sobre el amor, y solo esperaban que su hijo no se llevará una decepción.

La OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora