Tragedy Eternity

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"Se dice que la cordura de una persona pende de un hilo de araña; tan frágil, tan soluble, pequeño como para estar dispuesto a ser roto en cualquier momento, una copa de cristal desquebrajándose en miles de pedazos. Y, sin embargo, el ser humano se aferra a él, como un niño a su madre, no hay cosa más valiente que esa; aunque solo los locos logran ver la verdad. El hilo yace roto desde hace mucho tiempo..."

—Azura

Aquella era el inicio de una bella noche. El clima húmedo y frío solo invitaba a los aventurados a entrar a sus hogares en busca de refugio y de calor. El anuncio de una tormenta apenas escuchándose a la lejanía era motivo suficiente para muchos el quedarse en casa o correr de sus trabajos. Otros tantos simplemente caminaban más rápido o en todo caso ignoraban el tiempo. Como sí esa brisa que les acariciaba en un olor a petricor no les dijera nada relevante a suceder. El ritmo de la ciudad Domino apenas mostrándose acorde con el momento. Mientras paraguas y demás movimientos eran percibidos cuando las primeras gotas de lluvia cayeron.

Volviéndose en segundos una ligera tormenta una vez el cielo mostro nubes pesadas y oscuras. Tapando las estrellas y la luna llena que antes se revelo en un corte menguante. Revelando entonces las luces de la cuidad como si fueran fuegos incandescentes y atrayentes, dando un bello escenario digno de una fotografía. El sonido venidero siendo disfrutado solo por aquellos que ya descansaban en sus hogares o en lugares llenos de calidez.

Siendo la excepción el hogar de la familia Muto.

En donde se escuchaba el bien por venir de felicitaciones y alegrías, producto de lo que parecía ser un cumpleaños. Pues los adornos coloreados de brillos y demás regalos depositados en una mesa, bien podían decirlo. El pastel que era adornado caseramente con pequeñas velas decorativas siendo la cantidad exacta de veinticinco, convirtiéndose en lo más atrayente por el momento. Mientras los presentes tenían puesto un gorrito de fiesta apenas bien colocado, y sus aplausos se escuchaban en son de apoyo a lo que cantaban.

La alegría notándose en sus rostros poco antes de que celebraran al ver cómo es que la sala se quedaba a oscuras a causa del cumpleañero que apago las velas como la tradición mandaba.

Siendo la matriarca de la casa quien las encendería segundos después para seguir con el festejo que se vivía.

Pasando entonces una espátula pequeña para que siguiera el corte de pastel. El cual casi sucedió en seguida para después todos en minutos pudieran obtener algo de pastel en sus manos, y una pieza de chocolate importado. Cosa que solo hizo reír en leve burla a los presentes, quienes no necesitaban saber quién había sido el que mando tal obsequio, así como al más pequeño del grupo.

Su traje blanco siendo bien visto ante los demás. Era obvio que el menor de los Kaiba no necesitaba menos. O al menos así lo hacía ver el mayor, quien mando en su representación a su hermano y a su novio. El cual solo remedaba sus frases y tonterías ante sus amigos y hermano, el cual le seguía el juego libremente.

Apenas deteniéndose cuando uno de los presentes hablo. Siendo Anzu quién tomo la palabra, alzando una de sus manos antes de depositar su pedazo de pastel en la pequeña mesa de centro. Su sonrisa, así como su tono, contagiando a los demás ante su sugerencia. Atrayendo la atención de Mai, y Rebeca.

A la vez que Honda, Mokuba y Yugi pasaban a imitarla. Dejando de lado por un momento sus pasteles para sonreír y poner atención.

Jonouchi siendo el único que saco una queja leve ante el corte de su burla a su excéntrico novio.

Atem, Mahad y el mayor de los Muto siendo los únicos que asintieron en reconocimiento. El buen humor notándose a simple vista.

La corona de cumpleañero siendo colocada mediantemente bien en la cabeza de Atem, siendo arreglada por su esposo. Quien le sonrió con satisfacción.

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