Tragedy Eternity (IV)

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Atem no había estado tan tranquilo desde la última semana que paso con su amado.

De hecho, su vitalidad y energía era contagiada a los que le rodeaban de maneras distintas; Yugi se mostraba atento y paciente aun cuando la demanda de su carrera era lo suficientemente alta para querer arrojarse desde el segundo piso. Su madre por otro lado, comenzó a hornear casi sin parar, inventando recetas o reinventando algunas guardadas por generaciones.

La pastelería que manejaba en línea más como un pasatiempo que por una verdadera necesidad, crecía como la espuma en el mar. Mientras que el patriarca de la familia atendía su tienda con mucho más entusiasmo y deber, habiendo incluso quedado con su amigo de toda la vida para una nueva expedición. Alentado por la aventura y la nueva arqueología que representaba el Valle de los Reyes en Egipto. La fecha siendo próxima para moverse, emocionándolo como si de un niño en navidad se tratara.

De alguna manera la familia Muto, comenzaba sus rutinas con mucho más animo después de que llegara el "hijo mayor" de la familia. Alegrando sus tardes con juegos y otras actividades que siempre involucraban al mayor, quien estaba más que agradecido por su compañía. Relajándose como no lo hacía desde que, todo lo raro comenzó en su vida.

Las noches incluso se volvieron cálidas y silenciosas. Dejando atrás lo pasado o lo visto, haciendo que bajara su vigilia y su paranoia, la cual, ya había comenzado a crecer.

Por otro lado, las llamadas que hacía con su amado eran una cosa realmente distinta. Habiéndose quedado despierto mucho más de lo permitido solo por escuchar su voz, mandándose mensajes casi como si no hubiera un mañana. Contándose su día a día desde que decidieron deshacerse del problema principal. Amándose sin preocupaciones y sin ningún miedo; Atem siendo el que más se sonrojaba ante los comentarios "sutiles" de su esposo. Alegrándolo mucho más de lo que en verdad fingía molestarse.

Regresando entonces a sus rutinas, imaginándose incluso el volver a su departamento, ya sin ninguna angustia sobre... Cosas extrañas. Quedando en los planes venideros una vez Mahad presentara en América el nuevo producto que pudo terminarse aun con todos los percances. Aquellos detalles quedándose más guardados para Mahad que para Atem, quien apenas disfrutaba el regreso de sus hábitos. Viéndose ajeno a lo que su querido esposo en verdad estaba pasando.

El cual se mostraba renuente en creer que nada había terminado. Ignorando todo lo extraño a su alrededor, concentrándose solo en su trabajo y en lo que tenía que hacer. Aun si a esas alturas era complicado. Creyendo firmemente que una vez se encontrara al lado de Atem, todo volvería a estar bien.

Tenía que estar bien...

Además, el proyecto y producto estaba a poco tiempo de presentarse. Nada podía salir mal... Aun con todo lo que eso implico; aun cuando se negaba a creer que aquellas muertes estaban sobre sus hombros, manchando sus manos... Nada estaba conectado, nada era como lo presentía. Se negaba a creerlo...

[19 de octubre, año XXXX, 9: 00 pm]

Después de que Mahad se deshiciera de aquella caja de oro, Brian cumplió su papel de manera eficiente y digna. Llevándolo a tiempo hasta al aeropuerto, en donde abordaron el avión privado del mayor, para luego acompañarlo a su destino final, las instalaciones principales de las Industrias Encinereb en Occidente. Lugar en el que fueron recibidos de manera rápida y magnifica, colocando de primera mano el servicio VIP, que tanto enorgullecía a Mahad y a su esposo. (Quien no dudo en realizar un proyecto solo para la comodidad del mayor, haciéndose de un renombre mucho más rápido de lo que imagino. Volviéndose uno de los principales diseñadores de las Industrias Encinereb). A la vez que los trabajadores asignados a cada puesto por delante, trataban de darle una bienvenida corta y concisa, esperando no estorbarle en su camino.

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