Capítulo 10

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- Tienes suerte de que esté de buen humor y que me des penita porque sean los últimos días juntos, porque te aseguro que no me verías con esto puesto ni en tus sueños - le grito desde el baño de mi cuarto.

Koga está listo desde hace un rato acostado sobre mi cama y, cómo no, ya está echando humos. Se nota que va a ser una cena importante, ¿ver a mi amigo arreglado con camisa de vestir y pantalones elegantes? Pocas veces.

- Por la señora que te trajo al mundo, ¡¿quieres salir ya de una vez?! Tenemos que pasar a recoger a Ayame y todo, ¿pretendes llegar cuando el restaurante haya cerrado? - me contesta malhumorado desde el otro lado. Me río sin poder evitarlo, eso sí, bajito para que no me mate.

- Ya estoy, ya estoy - salgo del baño aún entre risas con ambas manos alzadas en modo de disculpa.

- Al fin - contesta sentado en el borde del colchón-. Un año para ponerse un vestido...- mofa rodando los ojos y dejándose caer hacia atrás.

- No seas exageradoo- me quejo lanzándole un cojín a la cara-. Si ya estoy lista.

- ¿No vas a maquillarte? - me pregunta extrañado.

- Ni tengo, ni sé, ni quiero - me siento a su lado y comienzo a ponerme los tacones. Me voy a matar con esto, está claro que esta noche no regreso a casa de una pieza.

- Claro que tienes - afirma levantándose con decisión. Rebusca por los muebles de mi habitación con toda la confianza del mundo y yo comienzo a estresarme. No me gusta hacer de un cuadro mi cara. ¿Puede que sea la chica más aburrida y simple de este planeta? Pues sí, pero tampoco me importa - Míralo aquí - saca una cajita de uno de los cajones de mi cómoda y me mira triunfante.

Estupendo.

- Se nota que esa chica es importante para ti. Se llamaba Ayame, ¿no? - digo sentada en la silla del escritorio con los ojos cerrados mientras este hombre me maquilla. Y sí, siempre ha sido así, es mi estilista personal.

- Sí... La verdad que sí. Es una chica fantástica. Durante estos meses nos hemos ido conociendo y la verdad que hasta me ha sorprendido, no pensé que fuese a engancharme de alguien de esta forma. Realmente quiero que esto funcione.

- Espera, espera, espera - le interrumpo apartando sus manos de mi cara. Abro los ojos y lo veo extrañado mirándome con el rímel preparado -. ¿¡Cómo que meses!? ¿Cómo me he perdido toda esa información y tanto tiempo? - le recrimino.

- A ver... No te había querido decir nada para no hacerte ilusiones, porque ni yo mismo sabía qué estaba pasando entre ambos, ni siquiera sabía qué estaba sintiendo en esos momentos. Tampoco llevamos mucho, solo unos tres meses.

-¡Si lo mucho que aguantas son unas semanas! ¿¡Tres meses!? ¡Pero si hace nada saliste con tus ligues!

- Bueno... ¿Era una mentira piadosa? - me dice con miedo como si fuese un niño a punto de ser regañado.

¡Ahora entiendo muchas cosas! ¡El muy capullo me estaba mintiendo, realmente estaba quedando con esa chica todo el tiempo!

- ¡Me has mentido! - le digo con una sonrisa golpeando suave su barriga con mi puño-. Mejores amigos para siempre... Confianza plena... Nos contamos todo... - digo con burla mencionando algunas de las "normas" que teníamos desde pequeños.

- Oye... No seas así- ríe conmigo-. Eres idiota, de verdad - De pronto, su sonrisa disminuye y se convierte en una de melancolía-. Te voy a echar muchísimo de menos - confiesa.

- Bueno... Yo no sé... Después de todo... Ayame me va a quitar un peso de encima. ¿Sabes lo duro que es tener que aguantar a un bicho como tú dándome el coñazo todo el día? Eres como un mosquito en medio de la noche, pero ¿de estos que se camuflan, que no puedes matarlos? Pues esos, esos.

Inuyasha y Kagome "Niégame"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora