Tras perder a Steve Rogers, la vida de Bucky Barnes ha sido bastante caótica (y triste), y las cosas se torcieron aún más con la noticia de que Sam Wilson donó el escudo del Capitán al gobierno. Ambos vengadores eliminaron juntos la amenaza de los S...
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POV Hope. Miércoles 16 de febrero.
Me desperté antes de que sonase la alarma y estiré mi brazo con cuidado para coger el móvil y desactivarla antes de que despertase a Bucky a las 7 y cuarto de la mañana.
Me deshice con cuidado de su brazo que reposaba en mi cintura y me levanté para ir a trabajar. Cogí la ropa del armario intentando hacer el menor ruido posible y entré al baño para vestirme y peinarme. Abroché los botones de la camisa azul que había elegido y después la coloqué dentro del pantalón blanco. Recogí mi pelo en un moño baño porque lo tenía demasiado sucio como para dejarlo suelto.
Salí del baño y preparé mi bolsa antes de irme. Entré por última vez a la habitación a las 7 y media para coger el móvil de la mesilla de noche y vi como el cuerpo de Bucky se movía un poco.
"¿Te vas?" preguntó aún con los ojos casi cerrados y la voz rasposa.
"Sí, pero puedes quedarte" contesté suavemente para que pudiera seguir descansando. Me contestó algo que no pude entender mientras se daba la vuelta para dormir otra vez y sonreí antes de dejarlo ahí.
Cogí el metro para llegar allí como cada día y trabajé durante toda la mañana sin descanso. Llegué a casa a las 14.25 y entré viendo que todo estaba silencio. Bucky había hecho la cama antes de irse y había dejado los platos de la cena de anoche limpios. Me acerqué a la encimera mientras dejaba mis cosas en una de las sillas y vi que había dejado una nota.
No me equivocaba cuando anoche te dije que eres la mejor, ten un buen día
Bucky
Sonreí como una tonta y me acerqué a la nevera para sujetar la nota allí con un imán. Siempre había sido una persona muy detallista y me gustaba guardar estos pequeños detalles. Si me regalabas una pulsera la iba a llevar puesta siempre hasta que se rompiese, ese tipo de persona era yo.
Me quité la ropa de trabajo y preparé algo rápido de comer. Me senté después a ojear el móvil hasta que pasaron un par de horas, después me di una ducha y me lavé el pelo.
Decidí ponerme un vaquero azul con rotos en las rodillas y una sudadera rosa que compré la primera semana que estuve viviendo sola en Brooklyn.
Salí de casa para ir a visitar a mis padres en Harlem. Últimamente había descuidado bastante las visitas que les solía hacer. Antes siempre los visitaba una vez a la semana si podía, y con todo lo que me estaba pasando con Bucky, Wanda y Sam no los había visto desde enero.
Llegué a casa y abrí la puerta con mi llave. "¡Ha llegado vuestra hija favorita!" grité en el pasillo sin saber dónde estaban mis padres.
Caminé hasta la cocina y encontré a mi padre haciendo algunos crucigramas mientras escuchaba un programa de radio. "¿Eres tú o es un fantasma?" dijo él bromeando. "Pensaba que te habías olvidado de nosotros".
