Tras perder a Steve Rogers, la vida de Bucky Barnes ha sido bastante caótica (y triste), y las cosas se torcieron aún más con la noticia de que Sam Wilson donó el escudo del Capitán al gobierno. Ambos vengadores eliminaron juntos la amenaza de los S...
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POV Hope.
Nada nuevo pasó el viernes. Florence había estado allí y al parecer todo iba bien. El día del viernes fue exactamente igual de aburrido que los anteriores, así que cuando Sam llamó y dijo que iría el sábado para estar conmigo no dudé en decirle que sí.
Los médicos habían dicho que ya no hacía falta tener tanto cuidado con Bucky, porque a pesar de que la operación era reciente los análisis decían que su sistema inmune y sus defensas se habían estabilizado.
Sin duda la noche del viernes fue una de las más incómodas, tanto que ni fui capaz de dormir del tirón. Me desperté varias veces en la madrugada para cambiar de posición, pero poco podía hacer en un sillón individual. Me resigné al final a desistir en los intentos de volver a dormir a las seis de la mañana.
Al revisar el móvil me percaté de que tenía algunas llamadas perdidas de Lydia y mensajes de Levi, Carol y Dylan. Debería haber sido responsable y haber llamado para informar de lo que estaba pasando al trabajo, pero los primeros días estuve tan cansada y agobiada que ni si quiera se me pasó por la cabeza. Decidí que la llamaría aquella mañana cuando fuese algo más tarde para explicarle todo.
Alrededor de las nueve de la mañana Sam llegó a la habitación y me saludó con un pequeño abrazo.
"¿Qué tal la noche?" preguntó sentándose en el sillón junto a Bucky. Yo estaba apoyada en la pared junto a la ventana.
"Horrible" contesté siendo sincera, y es que tampoco era complicado darse cuenta.
"Deberías ir a casa... Darte una ducha y desayunar en condiciones. Además esa ropa es de Wanda" contestó con una mueca preocupada.
"No te preocupes" dije caminando para sentarme en el borde de la cama que estaba libre, mirando al soldado. "Tampoco quiero irme".
"Te vendrá bien descansar un poco. Yo me quedo con él, y así tú puedes salir de estas cuatro paredes. Llevas aquí desde el martes" suspiré escuchando la preocupación de su voz.
Sam tenía razón, y aunque no quisiera irme sabía que necesitaba un respiro. No había pasado nada en los cuatro días que llevaba allí, así que no tenía porqué preocuparme porque algo malo pasase ahora.
"Vale" suspiré mientras me levantaba para recoger un par de cosas en la mochila de Wanda. "Gracias" dije dándole un pequeño abrazo antes de irme. "Eres el mejor".
"¡Lo sé!" lo escuché decir mientras cerraba la puerta de la habitación.
Crucé el pasillo para entrar en la habitación de Clint.
"Buenos días" dije con una sonrisa.
Clint estaba sentado en el sillón, moviendo su pierna ligeramente a pesar de los vendajes. "Buenos días, Hope".
