Tema: pareja enferma
Una vez cruzaron el gran portón que daba acceso al interior de la gran fortaleza que protegía todo el área de la aldea de la hoja, Naruto estiró los brazos al aire con intención de desperezar sus músculos al mismo tiempo que exhalaba un suspiro de alivio, contento por regresar a casa después de otra exitosa misión. Apenas dieran su informe a Kakashi-sensei, pensó motivado, podría irse a casa donde lo esperaban Hinata, Boruto y la bebé que nacería en otoño, ya los extrañaba muchísimo.
Durante casi todo el informe quien más habló fue Sakura-chan y él decidió no quejarse de eso, el cansancio ya comenzaba a ganarle terreno además del hambre que sentía, ojalá Hinata hubiese preparado una rica cena para hoy, aunque todo lo que cocinaba su esposa sabía bien.
—Naruto —su antiguo sensei esperó a que Sakura y Sai salieran de su oficina antes de evitar que Naruto los siguiera—, hay una cosa más...
Corrió tan rápido dieron sus piernas hasta el rincón de la aldea donde estaba ubicado el complejo del clan Hyuga. Tocando las puertas de la entrada con mucho más fuerza de la que le hubiera gustado.
Tras abrirse las puertas, fue recibido por el par de ojos blancos de uno de los miembros del clan—. Naruto-sama —le dio la bienvenida para inmediatamente después dejarle pasar—. Qué bueno que está de vuelta.
—Hinata —exigió saber lo más tranquilo que pudo disimular, aunque se estaba muriendo de ganas de activar su modo sabio y averiguarlo él mismo—. Kakashi-sensei me dijo que ella y Boruto estaban aquí.
—Naruto onii-sama —le saludó Hanabi de pie frente al recibidor principal de la gran casa de estilo tradicional propiedad de los Hyuga.
—Hanabi —el rubio la nombró caminando hasta ella—. ¿Puedes decirme qué pasó?
Su cuñada lo invitó a pasar y, una vez andaban por uno de los largo pasillos comenzó a explicarle la situación: hacía un día y medio Hanabi había ido a visitar a su hermana, lo que se encontró fue a una desmayada Hinata y un muy aterrado Boruto.
—Solo estuvo en observación unas horas en el hospital —la adolescente de cabello castaño continuó explicándole a Naruto—. Después de eso Otto-sama insistió en que se quedara aquí hasta que tú regresaras.
—¿Cómo están ellos? ¿Hinata, Boruto? —preguntó Naruto apenas Hanabi terminó de hablar.
—One-sama está mejor, aunque aún está un poco débil, el médico le ha indicado una dieta especial para que recobre fuerzas. Además que no debe moverse mucho —le tranquilizó Hanabi en un aire paciente—. Boruto estaba muy asustado cuando los encontré, pero ya ha pasado. Otto-sama se ha hecho cargo de su nieto casi exclusivamente él, yo apenas y he tenido que intervenir.
Escuchar eso hizo que el corazón de Naruto se sintiera mucho menos ansioso, pero entonces otra angustia se le clavó en el alma, faltaba alguien a quien Hanabi no había mencionado—. ¿Y la bebé?, ¿la bebé está bien?
Hanabi le sonrió en un gesto que, tal vez su cuñada no sabía, pero le regresaba el alma al cuerpo—. Está muy bien, no te preocupes —le respondió justo antes de parar frente a las puertas corredizas de una habitación—. En el hospital nos aseguraron que no había sufrido ningún daño.
—Naruto-kun —le saludó Hinata, acostada en un futón tan repleto de almohadas y sábanas que apenas podía distinguirse en el suelo—. Bienvenido a casa.
—Hinata... —la nombró al mismo tiempo que se apresuraba hacia ella, arrodillándose cuando llegó al borde del futón, la estudió con la mirada: su piel normalmente de un blanco parecido al de la porcelana, ahora se veía de un pálido lechoso, debajo de sus bellos ojos perla se dibujaban un par de bolsas de cansancio—. ¿Cómo te sientes?
Su esposa dibujó una suave sonrisa curvando sus labios—. Bien. Me siento bien —le respondió con una voz apacible—. Otto-sama y Hanabi han cuidado excelentemente de nosotros tres.
—Siento mucho no haber estado en casa cuando te desmayaste —se disculpó sin apartar sus ojos de los de ella.
Hinata negó con un suave movimiento de su cabeza al mismo tiempo que tomó su mano derecha—. No es tu culpa, no podías saberlo —le calmó—. Con Boruto nunca pasamos por estos sustos, quién diría que Himawari sería un poco más escandalosa.
Por primera vez desde que había llegado a casa de su familia política, Naruto se permitió sonreír. La tensión que sentía sobre sus hombros de pronto se esfumó al escucharla reírse ante su último comentario.
—Y lo importante es que ya estás aquí —le aseguró Hinata sin borrar de su rostro su sonrisa.
El corazón dentro del pecho del Uzumaki se sintió lleno de nuevo—. Sí —corroboró al mismo tiempo que soltaba suavemente la mano de su esposa para inmediatamente después colocarla sobre su bien hinchado vientre, siguiendo la circunferencia con su palma. No hablando solamente con Hinata, sino con Himawari también—. Ya estoy aquí.
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Ahora y para siempre [NaruHina] #Flufftover
FanfictionDescubrir el mañana con la persona con la que quieres pasar el fin del mundo, hace que incluso olvides el miedo a vivirlo. Serie de Oneshots NaruHina #Flufftover