Hace cuanto fue que nos conocemos...que tú me dijiste "es lindo este árbol ¿cierto?" y yo te mire mientras sonrojado lanzabas la mejor de tus sonrisas.
Me sentí alagada, porque te estabas esforzando y me estabas mostrando esa sonrisa que yo solo podría ver.
Desde ese día, cada mañana te veía y hablábamos de cosas sin sentido alguno, el tiempo se nos pasaba volando y cada momento era preciado para mí.
Recuerdo que una vez me senté debajo de aquel árbol y me quede dormida, entonces tú apareciste, sabía que me estabas mirando pero no hice nada, pues no quería que dejaras de hacerlo, entonces te acercaste y me diste un beso, no pude soportarlo y me sonroje, tú me miraste y saliste corriendo porque te había descubierto.
Pasaron los días pero a mí me parecieron minutos, tu sonrisa estaba en mi cabeza todo el tiempo, especialmente el beso que me diste, ocupaba mi cabeza y me alegraba el día.
Recuerdo ese día tan especial, en donde tus manos estaban temblando igual tu voz, al ver tu timidez salió una pequeña risa de mí, me preguntaste tímidamente "de que te ríes" mintiéndole le dije "me acorde de ese beso que me diste en aquel árbol" sonrojándome vi que tú también lo hacías. De repente tomaste mi mano y empezaste a decir un montón de cosas, mi corazón latía rápidamente como si fuera a estallar, entonces me miraste fijamente y con una voz entrecortada dijiste "T-te am..."y sonó un trueno muy fuerte que no me dejo escuchar lo que el quiso decirme, la lluvia empezó a caer sobre nosotros, agarraste mi mano y la jalaste, llevándome a alguna parte; Al terminar de correr, estábamos en tu casa, me invitaste a pasar, me trajiste una toalla mientras me secaba, preparaste chocolate y le pusiste un par de mámelos, tu cara parecía algo preocupada cuando te sentaste a mi lado quisiste hablarme pero no lo hiciste, me acompañaste hacia mi casa y al despedirnos nos quedamos mirándonos fijamente, su cara se acercó a la mía dándome un beso, yo lo abrace y el me susurro al oído "te amo" haciendo desatar todos mis sentimientos hacia él, yo le respondí diciéndole "yo también...desde el primer momento en que te vi" él sujetó mi mano con fuerza mientras que me decía "perdóname, pero me mudare mañana y no podía irme sin decírtelo" y se fue perdiéndose entre las calles.
Nunca olvidare aquel árbol en el que me mostraste esa sonrisa y que nacieron esos sentimientos que hasta el día de hoy perduran en mi corazón con la esperanza de que vuelvas y me es aquella sonrisa que tanto me gusta...y empecé a llorar.