Abro los ojos reaccionando a lo que está pasando. Me encuentro frente a los ojos verdosos más bonitos que he visto en mi vida. Agitó la cabeza tomando conciencia de lo que está pasando.—Voy a sacarte del coche, sostente de mi cuello. —dice la voz acentuada.
Mis ojos se adaptan al mundo y a él, sus verdosos parecen estudiarme y me dejo llevar por ellos sonriéndoles. El hombre sonríe por un segundo pero la elimina en seguida desviando la mirada.
¿Qué está pasando?
—¿Recuerdas lo sucedido? —pregunta en inglés.
Respondo de la misma manera.
—Te arrolle con mi auto.
—Hablas ingles. —asiento.
—Nací en Australia. —una arruga aparece en su frente. Como si analizara lo que digo.
¡Analízame todo lo que quieras!
El hombre con cuidado pasa mis brazos por su cuello, me sostengo de él como lo ha pedido y seguido me saca del coche en brazos. Me confundo con el hecho de que no he tenido que guiarlo hasta mi casa, sino que me ha traído hasta aquí en mis minutos de perdida de conciencia.
—¿Como conoces mi casa? —preguntó.
No me vuelve a ver o hace caso, solo continúa caminando conmigo encima de él. Dejo caer la cabeza sobre su hombro con confianza. Sus brazos me sostienen sin preocupación, a comparación de porte parezco un pequeño saco sobre él.
El cabello húmedo le cae hacia atrás, un corte de pelo con estilo. Por la vestimenta que lleva, pese a que está húmeda, es elegante. Un traje hecho a la medida.
—Deja de mirarme. —espeta molesto.
Niego.
No dice nada más.
Llegamos a la entrada principal de mi casa, toca el timbre y a los segundos abren la puerta.
—¡Dios mío! ¡¿Que ha pasado?! —levantó la cabeza al escuchar a Félix.
—Hola papá. —expresó con un suspiro.
En este momento no tengo ningún tipo de explicación. Lo único que puedo decir es que el hombre que está cargándome es mi amor a primera vista. Está guapísimo.
—¡¿Cariño, que sucede?! —escuchó a Luca.
Me incorporo rápidamente.
¡Papá está aquí!
—Maldición. Luca. —espeto.
Me muevo sobre el cuerpo del hombre perfecto, presa de los nervios. Va a matarme.
Mi mencionado padre aparece con un gesto serio, que al momento de verme se descompone por uno de preocupación.
—Artemis, mi vida, ¿que ha pasado? —se acerca casi corriendo hasta mi.
Le miro y en segundos, sin poder detenerlo me pongo a llorar.
¡Soy débil con Luca!
—Papá lo siento, estaba conduciendo y no veía nada, llovía mucho... venia lento y después rápido... —digo entrecortada. —Lo atropelle y no sabía que hacer con su cadaver... después revivió y yo me lastimé el pie. —explicó mirando al hombre que sigue cargándome.
Luca se acerca más para tomarme en brazos.
—Oh, mi amor, ven aquí. —me dice.
Lleva la mirada de mí hasta el hombre que está sosteniéndome pero no dice nada, solo le asiente con la cabeza y se dirige a mi otro papá.
ESTÁS LEYENDO
P R I E S T (Un Hombre Perfecto)
RomansDamascus Priest es ex capitán de la La Marina Real Británica, y ahora es propietario de la agencia de seguridad privada P.E.T.A Internacional. Cuatro años atrás abandono su puesto en la Marina para ocuparse de sus padres y de la ausencia que el ases...