Hago un escaneo lento desde su torso hasta su cabello, su penetrante mirada me observa sin emoción alguna, su cabello peinado debidamente, su barba castaña cubriendo la línea de su mentón. Es en pocas palabras, exquisito.
—Eres lo más hermoso que han visto mis ojos en mucho tiempo. —digo sin pensarlo.
Damascus no reacciona de ningún manera. Me doy cuenta que he metido la pata incomodandolo otra vez.
¡Artemis esa boca!
—Quiero decir, es lo que Ricardo le dijo a Olivia y por eso... —me encojo de hombros.
El señor Priest no dice nada y solo me observa. Me quedo en silencio por unos segundos, tengo un problema con este hombre y no puedo dejar de halagarle, Artemis tienes que tener claro que el hombre tiene novia y tienes que respetarlo tanto a él como a ella.
Código de mujeres...
¡Pero es que estoy enamorada de su rostro!
¡Artemis, ya!
—¿Qué hace aquí? —preguntó recomponiéndome, frunzo el celó confundida para darle más credibilidad.
El señor Priest se mantiene recto, cuando creo que lo responderá, lo hace.
—Estaba cerca, tus padres me pidieron que pasara por ti y te llevara a casa. —explica y tiene todo el sentido del mundo.
Checo la hora en el iPad y solo han pasado quince minutos desde que hablé con Luca. Mi padre molestando a la gente solo para cuidarme, no tiene remedio.
Ahora Artemis se educada y agradécele por estar aquí.
—En ese caso, gracias, suspendieron mi clase de la tarde y mis padres vendrían por mi a las 4:00pm. Lamento que Luca le moleste por ese tipo de cosas. —Damascus solo asiente.
Paso uno para no incomodarlo es no tutearlo, no le llamaré por su nombre jamás. Artemis por lo menos te habla así que no lo arruines.
Me pongo de pie arreglando las cosas dentro de mi mochila; todo bajo la sería mirada del señor Priest. Bien, Artemis respira profundo y no digas nada estupido que te haga terminar en la cárcel por acosar a un mayorcito.
Le sonrío levemente encaminándome hasta él, sin embargo su mirada verdosa termina llamándome al punto de perderme. Su postura es impresionante, solo puedo ubicarlo como un modelo de ropa masculina, tiene un buen estilo también. Traje completamente oscuro, como un vampiro.
¡Sexy!
—Vamos. —masculló.
Él asiente, serio como siempre. Nuestras miradas se encuentran y aunque yo no causo ningún tipo de efecto en él, a mi de alguna manera me pone nerviosa porque me rio sin sentido alguno. Son bonitos.
—¿Qué es lo gracioso? —pregunta.
Como una total tonta respondo;
—Estoy nerviosa porque no quiero terminar en la cárcel por acosar a un hombre mayor, eres verdaderamente el hombre más guapo que he visto. —respondo como si fuese lo más normal y obvio.
El señor Priest no parece sorprenderse al escucharme pero no dice nada, me muerdo el labio negando como una tonta. Estoy por decir que no es lo que quería decirle pero soy interrumpida y no por él.
—¡Artemis! ¡Nena! —Wilder viene apresurado hasta mi.
Por un segundo agradezco su intromisión porque el señor Priest parece a punto de decir algo.
Wilder llega hasta a mi haciendo lo de siempre, sujetándome de la cintura para después besarme, esta vez esquivo el beso y el gruñe.
—Nena tenemos que hablar, no me niegues un beso cuando estoy tan arrepentido. —suplica acercado su boca otra vez pero niego.
ESTÁS LEYENDO
P R I E S T (Un Hombre Perfecto)
RomanceDamascus Priest es ex capitán de la La Marina Real Británica, y ahora es propietario de la agencia de seguridad privada P.E.T.A Internacional. Cuatro años atrás abandono su puesto en la Marina para ocuparse de sus padres y de la ausencia que el ases...