Llegaste

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El tiempo pareció detenerse en cuanto escuchó su voz, había un toque de burla en ella acompañada con esa arrogante sonrisa, era tan hipnotizante como esos profundos ojos negros, era obvio que desde el escenario no lograba verlo con la misma nitidez con la que ahora lo veía. Tragó saliva cuando lo vio acercarse un paso más, sin perderlo de vista como vigilando que no escapara, instintivamente se giró a verlo cara a cara, en caso de que intentara algo no se la dejaría fácil.

Robert Hattaway dio otro paso más...

— ¿Cómo llegaste aquí?, en esta zona está prohibido el paso para el público—Dijo claramente molesto

—Digamos que no soy cualquier persona—una sonrisa galante de dibujo en su rostro, pero inmediatamente un semblante serio apareció en su lugar... como si hubiera recordado algo importante —No sabes cuánto tiempo había esperado por este momento—Terry estaba muy nervioso, se sintió en peligro por unos segundos pero después pensó que no intentaría nada con todo el mundo ahí afuera —Debo admitir que te ves mejor sin la caracterización de Menma.

—Gracias por el cumplido—le dedicó una falsa sonrisa— y ahora que me viste puedes regresar por donde llegaste—Señalo la puerta. Intentó sonar lo más seguro posible pero era algo muy difícil cuando esos profundos ojos no lo perdían de vista. Una parte de él estaba sorprendido; había algo diferente en esa mirada a como lo imaginaba. No estaba acostumbrado a las miradas llenas de lujuria que algunas veces le dirigían algunos hombres entre el público pero sabía reconocerlas y en la de Robert había algo diferente, no sabía que era y no sabía por qué le molestaba tanto

—Que amable—se encogió de hombros—... te ves molesto ¿Es por mí? —Tomo asiento en una silla que estuvo a su alcanza. Ahí estaba de nuevo esa sonrisita, como burlándose

—Claro que es por ti... ¿Después de todos esos horribles mensajes quieres que me sienta halagado por tu presencia? —Se cruzó de brazos enarcando una ceja

— ¿Horribles?—movió su dedo índice negando— No, no, no, ninguno de esos mensajes era horrible, yo solo escribí la verdad y es obvio que deberías sentirte halagado—Él definitivamente tenía un gran problema con su ego.

—No me vengas con esas tonterías—comenzaba a perder los estribos— ahora vete o llamaré al director para que te prohíban la entrada a este lugar— Estaba harto de la desfachatez de ese hombre al hablar, nunca se había topado con alguien tan molesto como él. Terry creyó ser muy claro con ese mensaje pero tal parecía que Robert simplemente no quería entender nada de lo que él decía— ¡¿Qué no oíste?¡ ... ¡vete!

Robert solo sonrió, era adorable verlo enojado

—Está bien me iré— Cerró los ojos por un momento al paso que dejo su lugar para incorporarse y acercarse a Terry que seguía estático cerca del tocador — pero antes contéstame algo...

— ¿Qué cosa? —Inquirió Terry curioso

— ¿Por qué estas molesto? —Robert le dedico una mirada que bajaría las defensas de cualquiera.

— ¿Eres idiota o qué? Estoy molesto por la justa razón de que la persona que me manda mensajes acosadores esta justo aquí, burlándose en mi cara—Dio un pisotón al suelo—sin ningún permiso...—Esto último lo dijo sin pensar, realmente era adorable verlo rabiar.

— ¿Solo por eso? ¿Entonces si consigo un pase especial dejarías de estar molesto conmigo? —Como si de un felino se tratará, Robert lo asechaba caminando alrededor de él como si esperara algo... algo importante.

— ¡No te burles de mí....! ¿A dónde quieres llegar con todo esto? —Suspiro cansado

—A que me digas porque estas molesto—Dijo con total seriedad. Terry no terminaba de entender y ya se estaba cansando

Nace una estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora