Gege, lo siento

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¿Soy una buena persona o una persona perdida?
¿Valdrá la pena cuando haya terminado?
¿Desaparecerá el dolor o vendrá más?
Quizás algún día pruebe la libertad.
Let me go - NF

El objeto yace frente a sus ojos pero Wei Ying se rehúsa a cogerlo entre sus dedos. Aún no se recupera del asombro inicial, presiente que estos archivos ocultan un abismo de cosas que no desea saber porque dañarán su alma. Pero también existe este deseo innato de llegar al fondo del asunto, ¡ah! Jiang Cheng supo presionar sobre su curiosidad y sentido de la justicia. Jiang Cheng sabía que no sería capaz de dejar las cosas así, en el aire, que la duda carcomería su corazón hasta hacerle ceder.

Wei Ying exclama un sonido de frustración y dolor, sostiene su cabeza con ambas manos intentando conectar la línea de sus pensamientos y llegar a una decisión final porque una vez que recoja la memoria USB y vea el contenido de ella, no habrá punto de retorno en este laberinto. Sin embargo, Jiang Cheng le confió esta información, Jiang Cheng recopiló estos datos con el fin de revelarlos solo a él, a su hermano adoptivo. No a su hermana, no a sus padres, no a las autoridades. ¿Significaba que Jiang Cheng confiaba ciegamente en él? ¿Qué se lanzó a los brazos de la muerte sabiendo que el hermano que tanto amó cumpliría su deseo o necesidad de justicia? ¿Por qué ahora, luego de ver esos archivos, siente que el intento de suicidio de su hermano no fue solo a causa de su sufrimiento personal?

—Ah, Jiang Cheng, Jiang Cheng, esto es difícil —murmuró en las penumbras. Luego se levantó de un brinco con la memoria en su mano y caminó de regreso al escritorio.

La pestaña se abrió inmediatamente luego de conectar el USB al puerto. Wei Wuxian frunció el ceño ante la vista de cinco archivos de audio más una nota, tal como en el e-mail. Estos estaban organizados por fecha, Wei Ying imaginó que se trataba del día en que fueron realizados y que la nota era otro mensaje de Jiang Cheng. Dio clic en la nota con desespero y un nudo en la garganta.

Gege, lo siento.
No culpes a Mo Ran, es una víctima más.
¿Conoces a Xiao Xingchen? Él era mi compañero de piso. Hizo muchas cosas por mi.
Estoy en deuda con él. Hace algunos meses enfermó, fue internado y no ha vuelto a salir del hospital. Ve a visitarlo por mi, ¿si? Y por favor, dale lo que necesita para sobrevivir.

Wei Wuxian no lo pensó demasiado. No conocía al hombre, tampoco escuchó a Jiang Cheng hablar de él. O quizá si lo hizo, pero estaba demasiado ocupado siendo un perfecto imbécil y no le prestó atención. Su concentración estaba dispuesta sobre el primer nombre. Mo Ran. Tampoco lo ha visto. Imagina que es otro estudiante que asiste a la misma universidad de Jiang Cheng, pero la pregunta es, ¿culparlo por qué? Siente el sabor amargo y ácido de la bilis subiendo por su esófago, la ira quema sus entrañas pero se controla y abre el primer audio. Al principio se oyen ruidos estrangulados, Wei Ying imagina que la persona va caminando en el exterior y que solo se trata del viento haciendo de las suyas. De pronto se escuchan respiraciones apresuradas y sollozos. Una voz entrecortada intenta formular palabras pero nada consigue ser entendible hasta la mitad del audio.

Estoy en... En su casa, no puedo salir. Tengo miedo, por favor vengan por mi La voz temblorosa acabó por romperse al final de la oración. Le tomó un par de segundos más recobrar el aliento, parecía caminar a pasos apresurados pero de pronto se detuvo, hubo ruidos de bolsas que perduró un instante. Me escondí entre la basura, por favor, vengan rápido yo... yo presiento que me encontrará.

Entre el farfullo de sus respiraciones resonaron un segundo conjunto de pasos. Shi Mei, ¿por qué no me dijiste que querías jugar a las escondidas?

El corazón que cambió de dueño., xichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora