Preparativos de una Boda

Cuenta regresiva

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Día 21. Gotham City. ¡Faltan cinco días!

Bruce empezaba a tomarle gusto el asistir con tanta frecuencia y regularidad a las juntas. Incomodar a los socios que tenía le estaba dando un placer casi similar al que sentía cuando castigaba algún malhechor. Sus socios no pensaban igual y rogaban porque ya llegara la fecha de la boda.

Lucius de mientras se estaba divirtiendo a lo grande, debía pensar en un maravilloso regalo para el señor Jordan, próximamente Wayne; por darle tantos días de relajación y diversión.

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Las revistas y periódicos estaban vueltos locas, no habían tenido tantas fotografías e historias que contar de los herederos Wayne desde nunca. No sabían que había sucedido, pero verlos juntos o por separado, haciendo cosas tan mundanas eran una fuente imperiosa de ingresos. Las redes sociales tenían al fin material digno de admirar.

Instagram: Damián Wayne paseando a "Titus" junto a un amigo, algo nunca antes visto.

Twitter: Timothy Wayne de paseo por el museo de ciencia. Hace comentarios y observaciones interesantes en la ponencia de tecnología vanguardista. ¡Un genio!

Facebook: Diversos en vivo de Jason Todd haciendo deportes extremos como paracaidismo, junto al controversial Roy Harper, han hecho que los chicos quieran imitarlos. ¿Un mal o buen ejemplo a seguir? ¿Serán los próximos Wayne y Queen, rompiendo corazones, armando líos, emborrachándose y disfrutando de la juventud y el dinero?

TikTok: Video de Dick Grayson se vuelve viral, ¿Es posible tener esa flexibilidad? ¿Cuántas "amigas" tiene éste chico?

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Día 22. Gotham City. Faltan cuatro días

¿Podrían declarar un periodo de receso de las actividades de la empresa? Los socios de Wayne Enterprises estaba pensando seriamente en someter esa pregunta a votación. Nunca, ni cuando el difunto Thomas Wayne vivía y tenía ideas por demás progresistas y altruistas, los habían agobiado como lo hacía su hijo. ¿Dónde había quedado el joven que designaba a un tercero para representarlo? ¿Por qué tenían que estar aquí? ¿No se suponía que tenía un marido, novio o lo que carajo fuera el piloto Hal Jordan? ¿Por qué los estaba torturando de esa forma tan cruel y despiadada?

Esas y muchas más preguntas rondaban los pensamientos de los ancianos que por primera vez en años, sentían el verdadero peso de su edad. ¿Qué mal habían hecho para merecer éste castigo?

―Tranquilos señores, ya solo faltan cuatro días para la boda y dudo mucho que el día previo venga a la oficina. –Lucius comentó con sonrisa en labios, disfrutando a lo grande las caras de sufrimiento al pensar que aún faltaban dos o tres días de arduo trabajo.

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Alfred veía divertido todo lo que el mundo hablaba de sus niños, feliz de ver que no era para evidenciar los desastres que usualmente hacían. Estos eran los verdaderos niños que crío y nada le había hecho tan feliz que verlos ser normales por una vez en la vida.