Regalo

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Día 13. Wayne Manor. Biblioteca. 11:45 AM


Los cuatro chicos Wayne se encontraban reunidos, en sus rostros se podía observar que habían tenido por demás una noche completa de "relajante" y recuperador sueño.


–De verdad chicos, Hal ya está más que recuperado – expreso el primer Robín mientras con su mano se daba un ligero masaje en su cuello.

–Ni que lo digas y parece que su poder es mayor –fue el turno de Tim para quejarse mientras se quedaba estirado en el sillón de tres plazas.

–No es que sea más fuerte, su poder es más duradero, antes hubieran sido solo unos minutos, esta vez fueron casi dos horas sin descanso y por lo que pude observar no gasto mucha energía – menciono el pequeño ex asesino mientras llevaba una taza de té a su boca.

–Concuerdo con el demonio, antes dividía su energía entre los cuatro, por esa razón duraba poco y lo hacía simultáneamente para que fuera más efectivo y ninguno escapara –vio a cada uno de sus hermanos – anoche fue diferente, no solo por el tiempo, pudo dedicar a cada uno de nosotros atención mientras mantenía a los otros tres controlados, durante más tiempo y al final, creo que solo nos dejó porque ya se había aburrido.

–También lo note; no se dio cuenta del tiempo, simplemente se aburrió, eso y que escucho llegar a Bruce – Tim se estiraba para alcanzar su amado termo de café.

–Siguen habiendo cambios en él, no los nota, pero están ahí, debemos de estar atentos chicos – se dejó caer en el sillón individual al tiempo que mordía un pastelillo.

–Sobre todo y más importante, no volver a hacerlo enojar, hablo en serio idiotas, no quiero volver a sufrir un castigo de su parte por culpa de ustedes – el dueño de la capucha roja los señalo.

–Todd ¡tú eres el idiota! Fuiste el primero en gritarles y no solo eso, los llamaste ancianos, sabes cuánto odia Jordán que le digan así.

–Tú lo llamaste "vulgar", eso sin duda lo enojo más que ser llamado anciano – Jasón se defendió.

–Cálmense los dos, todos les dijimos cosas, olvidamos que Hal suele no ser tan paciente como Bruce, pero estoy seguro y hablo al menos por mí, que lo pensaremos mejor antes de hacerlo enojar – Dick siempre siendo conciliador.

–Chicos Dick tiene razón, aparte estamos aquí por otra cosa – bebió de su café haciendo una pausa y logrando captar la atención de sus tres hermanos – y por lo que veo ninguno lo recuerda – suspiró – la boda está muy próxima, básicamente a la vuelta de la esquina y nosotros aún no tenemos un regalo de bodas para ellos.

– ¡Rayos!

– ¡Diablos!

– ¡Tt, maldición!

–Alégrense de que Alfred salió sino ya los estaría reprendiendo – un nuevo suspiro salió de sus labios -¡Bien! ¿Qué haremos? –les cuestiono.

–Primero que nada ¿Cuánto presupuesto tenemos?, segundo ¿Qué le puedes dar al hombre más rico de la ciudad y a un hombre que ha vistos más mundos que nadie? – el mayor de todos expreso lo que a todos les rondaba en la mente.

–Creo que será complicado, básicamente tienen todo y cuando digo todo es todo. Hal no debe de preocuparse más que de comida y ropa, obviamente el anciano puede darle eso y en montones – expuso el segundo Robín.

–Padre no requiere de nada, puede comprar o crear lo que quiera, quizás lo único que le falta es tener a Jordán por completo, pero eso lo conseguirá en unos días más.

Preparativos de una BodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora