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Podía jurar que estaba sudando frío. Los disparos ya no se escucharon y era clara la razón. Nadie se movía. Nadie tenía las agallas de moverse.

En ese momento pensé en todo. Podía morir hoy, podía morir por haber ingresado en este juego y no volver a ver a mi abuelo nunca más. Eso no podía pasar, tenía que hacer algo. Tenía que reaccionar.

"Jugaremos, muévete, luz verde"

La muñeca dio la vuelta y aún nada. Cuando la muñeca volvió a dar la espalda fue cuando lo noté.

El anciano. El anciano con el cual había hablado hace apenas unos instantes estaba caminando, feliz. Feliz y seguro.

"Jugaremos, muévete, luz verde"

Cerré los ojos esperando el impacto al abuelo, pero nada. Los abrí y se había detenido. Él estaba jugando. Caminaba y avanzaba cuando era el momento.

"Jugaremos, muévete, luz verde"

Y como lo espere, se detuvo. Cuando la muñeca volvió a dar la espalda, él avanzó y con él, los demás jugadores que se habían animado a caminar junto a él. Continuó el juego, y se escucharon unos cuantos disparos de las personas que se movían, aunque ya no tan continuos como la masacre de hace segundos.

Trague saliva y cerrando mis ojos, exhale aire de mi boca. Debía moverme, de eso estaba segura. Pero me faltaba el coraje.

Pero TENÍA que moverme.

—Oye. – y escuché su voz cerca de mí, no podía verlo por lo que supuse que se encontraba atrás.

Respire pesado y me frustre al volverlo a escuchar.

—¿Y ahora qué es lo que quieres? – le dije entre dientes sin articular los movimientos de mi boca. Y gracias al silencio del campo (a excepción de los disparos que se iban escuchando) él me escuchó.

—No voltees, solo escucha. – como si fuera a hacerlo, imbécil. —Tienes que moverte, o vas a morir. La muñeca tiene sensores de movimiento. Así que no te verá si caminas detrás de alguien. – me aconsejó con la voz inquieta pero estaba segura que era él. No dije nada. —¿Me escuchaste también, Gi-hun? – no sabía a quién se refería. Pero por lo curiosa que soy, moví mis ojos como pude y vi al sujeto que había hablado con él antes, a unos pasos míos de mi costado, en el suelo, pero estaba vivo, debía ser él.

La muñeca dio la espalda. Y escuche sus pasos acercarse y pasar por mi lado.

—¡Ahora, muévete! – me susurró con el tono fuerte y reaccione, por primera vez, me moví.

"Jugaremos, muévete, luz verde"

218 me llevaba unos pasos de ventaja, ahora estaba delante mío y como buena chica tome su consejo y logré hacerme detrás de él. No sabía si 456, había logrado moverse a tiempo, esperaba que sí.

𝐒𝐪𝐮𝐢𝐝 𝐆𝐚𝐦𝐞 | 𝐂𝐡𝐨 𝐒𝐚𝐧𝐠-𝐰𝐨𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora