Soledad, soledad al despertar.
Soledad, soledad sin quien hablar.
Soledad, ¿de qué sirve estar bien, si al final no sé cómo me voy a encontrar?
Sin nada ni nadie alrededor, sin nada que resaltar ni nada que comentar.
Un punto negro en un espacio blanco, un alma tratando de equilibrar.
Tratando de hablar, de sentir y de poder amar.
A veces inspirado, a veces desesperado,
la mayoría del tiempo aislado.
Quizá el punto fue rechazado, quizá éste jamás se sintió amado,
incluso hasta se llegó a sentir abandonado.
El punto es, aquello que no sabe que esperar,
si se va a mover o se va a estancar.